La cruda lucha interna que divide a la ex Colonia Dignidad

Villa Baviera
La cruda lucha interna que divide a la ex Colonia Dignidad

La confirmación de que el gobierno expropiará toda el área habitada de Villa Baviera activó una ofensiva de parte de sus directivos, quienes son hijos de los exjerarcas de la secta de Paul Schäfer y también víctimas de su régimen. Disidentes y excolonos acusan que todo sigue en manos de unas pocas familias y temen que el pago del Fisco por los terrenos no llegue a los accionistas.


Steinmeier meidet die wahren opfer (Steinmeier evita a las verdaderas víctimas), decía un cartel en alemán que un grupo de hombres y mujeres instaló al bloquear, la mañana del pasado lunes 3 de marzo, la ruta que une Parral con Villa Baviera, en la Región del Maule. Con un parlante y otras pancartas que decían “fin a las empresas de Paul Schäfer, unas 10 personas impidieron por unos minutos la llegada de turistas al hotel y al restaurante de la ex Colonia Dignidad.

Colonia Dignidad
Una protesta de disidentes y excolonos se registró el pasado lunes en el acceso a Villa Baviera.

El líder de la manifestación era Winfried Hempel, abogado, excolono e hijo de fundadores de la hoy Villa Baviera -con quienes dice no tener relación-, quien lleva años representando a exhabitantes y disidentes de la actual administración del lugar, que hoy opera como un holding de empresas que pertenecen a 128 colonos-accionistas. Entre ellas, un hotel, un restaurante y una casa donde ocurrieron diversos abusos y crímenes, una avícola con 35 mil aves y fábricas de cecinas, pasteles y cerveza.

Hoy son sólo cuatro familias las que tienen el control absoluto. El colono común y corriente no tiene ninguna posibilidad de participar en la administración de las empresas. Lo que hay detrás de esto, y que a ellos les molesta mucho, es que nosotros creemos que aún subsiste una secta al interior de la colonia”, denuncia Hempel, lo que es negado por los acusados.

La protesta no era casual, ni tampoco inédita. Al día siguiente, el martes 4 de marzo, ocurrirían dos hitos. Primero, Frank-Walter Steinmeier, Presidente de Alemania y objeto del mensaje en las pancartas, llegaría a Chile en una visita oficial marcada por el rol que ha asumido el Estado alemán en la reparación a las diversas víctimas del enclave creado por su ciudadano Paul Schäfer en 1961 al este de Parral.

Segundo, ese mismo día, el gobierno de Gabriel Boric ratificó la decisión de expropiar 116 hectáreas del terreno donde, entre otros delitos, por décadas se abusó sexualmente de niños, se aplicó electroshock y se esterilizó forzosamente a colonos disidentes, se fabricaron armas químicas como el gas sarín y se torturó, asesinó y enterró ilegalmente a opositores durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Colonia Dignidad
Esta semana las autoridades de Justicia y Vivienda dieron a conocer los detalles del terreno que se expropiará en Villa Baviera.

El anuncio, que incluyó un mapa con el polígono de los terrenos a comprar forzosamente, desató un vendaval al interior de la villa. Allí hoy residen y trabajan unas 123 personas, la mayoría de ellos descendientes de los primeros colonos, pero también de los cómplices de Paul Schäfer, quien huyó del lugar en 1997 y falleció en 2010 mientras cumplía 27 años de condena por diversos delitos.

Al superponer la superficie de expropiación presentada por el gobierno a un mapa real de la zona, una cosa salta de inmediato a la vista: además de lugares emblemáticos del horror que allí se vivió, como la casa de Paul Schäfer, el hotel, el restaurante y el exhospital, todas las otras construcciones de la villa, incluyendo casas, fábricas y galpones, también serán expropiadas con miras a la instalación de un sitio de memoria.

Colonia Dignidad

“Toda esa generación que ahora vivimos ahí, que nacimos ahí, somos víctimas también de un sistema muy cruel. El Estado chileno hizo atrocidades en nuestro predio, no defendió nuestros derechos cuando crecimos sin familia, sin educación. Ahora, el mismo Estado nos está sacando todo el sustento que por fin pudimos establecer”, se lamenta Dorothee Münch, parte de la actual administración y esposa de Friedhelm Zeinet, exguardaespaldas de Paul Schäfer en Chile y durante su clandestinidad en Argentina.

¿Quién controla Villa Baviera?

En 1989, cuando se avecinaba la democracia, Paul Schäfer tomó una decisión. Ante la inminente desaparición de la Sociedad Benefactora Colonia Dignidad debido a las atrocidades cometidas -lo que finalmente ocurrió en 1991-, todo el patrimonio de la entidad pasó a una empresa: Cerro Florido.

La nueva compañía tenía tres dueños, sociedades anónimas cerradas, con nombres de plantas: Agripalma, Bardana y Cinoglosa, conocidas como las “ABC”. Por la misma época, Belisario Velasco (DC), entonces subsecretario del Interior, intentó llevar el Estado de Chile a una zona que por décadas funcionó con su propia ley.

Colonia Dignidad - Aus dem Innern einer deutschen Sekte 2
Paul Schäfer gobernó los destinos de Colonia entre 1961 y 1997, cuando escapó a Argentina.

“Para justificar a la Inspección del Trabajo el porqué los colonos trabajaban allí sin sueldo y sin horarios, casi como esclavos, Schäfer le dio a cada colono un paquete de 360 acciones en las ABC para demostrar que eran socios y no empleados de la empresa”, recuerda Winfried Hampel, quien presenció esos momentos en la excolonia.

En los años venideros, pocas cosas cambiaron. Hasta que en 1997 el escape de Salo Luna y Tobías Müller terminó por revelar al mundo el cúmulo de abusos que ocurrían en el enclave. Acusado de decenas de delitos sexuales, el 20 de mayo de ese año Paul Schäfer desapareció y no sería encontrado hasta 2005, en Argentina.

Fue en ese mismo año, recuerda Dorothee Münch, cuando la empresa de Villa Baviera recién comenzó a pagar sueldos a sus trabajadores: los mismos colonos. Ya a partir de 2009, una nueva generación de hijos de los primeros habitantes, quienes pudieron estudiar fuera, comenzaron a tomar las riendas comerciales de la entidad.

COLONOS VILLA BAVIERA - COLONIA DIGNIDAD
Dorothee Münch lidera hoy parte de la administración del holding Villa Baviera. FOTO PABLO VÁSQUEZ R.

Desde 2006, todos los bienes de la excolonia estaban embargados por el Fisco para indemnizar a las víctimas de abusos sexuales, que en ese tiempo buscaban justicia. En 2009, los administradores de la villa lograron levantar el embargo a cambio de dejar como garantía 3.425 hectáreas para futuros pagos, que, dilatados judicialmente por los mismos colonos dirigentes, recién se hicieron en 2022.

Markus Blanck, agrónomo e hijo de Hans-Jürgen Blanck -encargado jurídico de la excolonia y procesado como encubridor de Paul Schäfer- es hoy director de las matrices Bardana y Cinaglosa -por elección de los colonos accionistas- y, además, es gerente del área agrícola y avícola. “Yo empecé a administrar la agrícola en el año 2009. La villa estaba prácticamente quebrada. Cuando hicimos el acuerdo con el Fisco y se levantó casi todo el embargo, pudimos respirar. De ahí empezamos a tomar nuevos créditos”, asegura.

COLONOS VILLA BAVIERA - COLONIA DIGNIDAD
Markus Blanck es director de empresas y gerente de la agrícola y avícola de Villa Baviera. FOTO PABLO VÁSQUEZ R.

El año 2011, los negocios de la matriz Cerro Florido fueron divididos en una decena de empresas a cargo de diferentes áreas: avícola, agrícola, turismo, generación eléctrica, servicios, entre otras. Por otro lado, se crearon siete sociedades inmobiliarias, en las que se repartieron los bienes raíces que inicialmente sumaban más de 17 mil hectáreas. Así se dio vida al “holding” Villa Baviera.

Aquí, acusan los disidentes de la actual administración, se terminó de cristalizar lo que creen es un férreo control de parte de unas pocas familias, herederas o vinculadas a los viejos jerarcas que acompañaban a Paul Schäfer, que se repiten y cruzan en cargos directivos.

Markus Blanck, Hans Schreiber -hijo de Albert Schreiber, contador de Schäfer y que nunca pudo ser extraditado desde Alemania- y Thomas y Anna Schnellenkamp -hijos de Kurt Schnellenkamp, mano derecha de Schäfer y condenado por asociación ilícita y abuso sexual de menores- tenían la noble posibilidad en ese momento de decir: ‘Todos sufrimos lo mismo, todos estuvimos en el mismo campo, me empodero y lo hago a favor de las víctimas’. Pero optaron por otro camino”, acusa el abogado y excolono Hempel.

Una invitación confidencial

En julio del año pasado, un mes después de que el Presidente Gabriel Boric anunció en su cuenta pública la decisión de expropiar parte de las cinco mil hectáreas de lo que es hoy la ex Colonia Dignidad, los directivos del holding tomaron contacto con la agencia de comunicaciones Extend, propiedad de, entre otros, las hermanas Marilú y Pilar Velasco, hijas del fallecido exministro Belisario Velasco, quien fue un férreo opositor al enclave de Schäfer.

En la agencia aseguran que existe una convicción de que los actuales colonos son también víctimas y de que la expropiación, tal como está planteada, pasa por sobre sus derechos más básicos. Por ello, Extend hoy les presta un servicio Probono, en el que los clientes sólo pagan los gastos operacionales.

Fue en sus oficinas donde se ha afinado la estrategia de “hacer todo lo posible para salvar los terrenos” si el diálogo no funciona, lo que podría llevar a un conflicto judicial de largos años. Y donde también se redactó -sin consulta a los accionistas, reconocen- la carta a Boric publicada el lunes, tras la confirmación de la expropiación.

Villa Baviera
Entre los terrenos que el Fisco pretende expropiar a Villa Baviera están todas sus instalaciones comerciales y fábricas.

“Si bien algunos pocos llevamos el apellido de los exlíderes, todos crecimos separados de nuestros padres y todos fuimos víctimas de Paul Schäfer”, dijeron allí para pedir ser escuchados por el gobierno dentro del proceso. “Queremos ser claros en que no nos oponemos a la creación de un sitio de memoria en la villa”, complementaron.

Para aclarar el punto, Markus Blanck pone un ejemplo: “Nosotros entendemos que el Estadio Nacional está en una situación bastante similar. Es declarado monumento nacional, porque ocurrieron cosas bien crueles, pero hoy día sigue funcionando”, detalla. “Entonces, yo creo que hay que ser equilibrado en ese tema. No arrasar con todo y expropiar todo, lo encuentro bastante injusto”, agrega.

Por ello, además de la confiscación de las viviendas de los colonos, lo que más temen es la pérdida de los sitios que hoy son el motor de los negocios del holding, como el hotel y el restaurante. “Se entiende que algunos edificios tienen historias oscuras y, a lo mejor, como veo hoy día las cosas, deberían convertirse en centro de memoria. La dificultad es que la gente que trabaja ahí vive de eso”, dice.

El grupo ha buscado que su mensaje llegue a todos los actores clave. Así, se han reunido con Luis Cordero cuando era ministro de Justicia y con el equipo de Carlos Montes, ministro de Vivienda. Pero, dicen, varias otras solicitudes de reunión les han sido negadas.

Frank-Walter Steinmeier
Esta semana estuvo en Chile el Presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, con una agenda marcada por la ex Colonia Dignidad.

Con quien sí lograron hablar fue con el Presidente de Alemania en su visita a Chile durante esta semana. En particular, Anna Schnellenkamp, quien, dicen, “fue invitada confidencialmente”. “Ella pudo transmitir también toda esa preocupación que sentimos los habitantes de Villa Baviera”, sentencia Blanck. Frank-Walter Steinmeier también se reunió, entre otros, con Salo Luna y con Margarita Romero, presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos de Colonia Dignidad.

“Los crímenes de lesa humanidad que cometieron los jerarcas y grupos especializados de colonos con agentes de organismos represivos chilenos ocurrieron en todo el territorio del enclave alemán y no solo en algunos edificios señalados como emblemáticos”, consigna Romero en apoyo a la decisión del gobierno.

Sobre los actuales líderes de la villa, su juicio es tajante: “Si bien al igual que el resto de habitantes de su generación padecieron distintos tipos de violencias, luego de la fuga de Schäfer se comportan de la misma forma que sus padres. Obstaculizan la justicia, destruyen pruebas, ocultan información”, sentencia.

Vender todo y repartir

La futura expropiación no es el único fantasma que acecha a Villa Baviera. También está la división de los colonos y excolonos. Lo que mejor resume esta situación es una batalla judicial iniciada por el abogado Winfried Hempel en abril de 2024. Ad portas de una junta de accionista de las ABC, Hempel acusó que los actuales directivos no estaban transparentando a los accionistas toda la información de las empresas.

Por estatutos, los 128 colonos-accionistas, la mitad de los cuales están o en Alemania o en otras ciudades de Chile, sólo pueden acceder a las memorias y balances de las ABC y de Cerro Florido. Pero el cúmulo de sociedades aguas abajo son administradas discrecionalmente por un grupo de directivos, apoderados y gerentes, cuyos nombres se repiten.

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Colonos disidentes acusan que la actual administración de Villa Baviera no ha transparentado la situación de las empresas.

Un ejemplo de ello, aseguran los disidentes, es la forma en que se ha “consumido” el patrimonio de bienes raíces de la entidad. “Los terrenos de la excolonia se redujeron de 17 mil hectáreas a menos de cinco mil hectáreas. De eso, ningún colono ha recibido ni un solo peso”, critica Hempel.

Markus Blanck reconoce que la crítica “es válida”, pero que, “lamentablemente, no quedó nada de esas ventas como para hacer proyectos, solamente para pagar y para prepagar créditos, porque los intereses nos comían. Hubo dificultades económicas tremendas también por malas inversiones. Inversiones en muchas asesorías en forma desmedida”, asume.

Al mismo tiempo, afirma que, a partir de 2016, la situación de los negocios ha mejorado, lo que permitió pagar deudas y llevó a que el valor de cada acción en las ABC se duplicara en ocho años. “Hoy una acción vale entre $ 75 mil y $ 80 mil pesos”, detalla. Y cuenta con orgullo cómo la avícola que recibió en 2009 con dos mil gallinas, hoy produce 70 mil huevos diarios.

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Un hotel, un restaurante y fábricas de cecinas, cerveza y pasteles son parte de las empresas de Villa Baviera.

De cualquier manera, en julio pasado la Corte de Apelaciones de Talca acogió un recurso de protección presentado por Hempel y ordenó a las empresas del holding Villa Baviera a informar a los accionistas los balances y las memorias explicativas en las “sociedades coligadas o filiales”. Los directivos de Villa Baviera se siguen oponiendo y recurrieron a la Corte Suprema, que desde octubre de 2024 está redactando su fallo.

Hay grupos de interés que quieren vender todo y repartir, entonces nunca van a apoyar una inversión. Hoy día, gracias a las inversiones que hicimos en las empresas, hemos podido repartir dividendos los últimos tres años a los accionistas”, argumenta Blanck, quien dice que los disidentes “son un grupo pequeño”.

De las 116 hectáreas que podrían ser expropiadas por el Fisco, 78 corresponden al área “urbana” de la villa y son propiedad de Bamberg, una de las inmobiliarias del grupo, en la que son apoderados, entre otros, Markus Blanck y Dorothee Münch. Algunos colonos temen que, como en otras ocasiones, los accionistas no reciban ni un peso por la eventual indemnización.

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