“No me extrañaría que en un plazo de dos o tres meses podamos ver quiebras de algunos prestadores”, comenta Alfredo Schönherr, presidente de la Asociación de Clínicas de Chile (asociación gremial que reúne a los 39 principales prestadores de salud privados de Santiago y regiones) al exponer sobre la mesa la preocupante situación por la que atraviesa hoy el sector privado de salud, en plena pandemia.
Schönherr explica que la disminución del 40% de ingresos en el período entre marzo y mayo, se traduce en una caída cercana a los 294 mil millones de pesos, considerando solo a los afiliados a la asociación.
El gremio precisa que, antes del inicio de la pandemia, estaban aquejados por una deuda de 50 mil millones que en un principio se atribuyó a Fonasa, pero que en este momento está en manos de los distintos Servicios de Salud del país. Pero el dirigente gremial señala que ese dinero que no ha sido pagado es por concepto de atenciones a pacientes Fonasa.
“Está compuesta de atenciones de urgencia, nosotros atendemos muchos pacientes Fonasa. Y por otra parte, se hace mucha atención ambulatoria en nuestros prestadores”, dice.
Eso sí, precisa que la atención de pacientes Covid-19 Fonasa -y que en este momento representan alrededor del 50% en el sector privado- aún no está cuantificada, y que podría elevar los 50 mil millones de “deuda base”, aunque ya han enviado facturas de pacientes que han sido de alta o han fallecido. Un nuevo atraso en los pagos, explica Schönherr, podría ser letal para el sector.
Desde Fonasa comentan que “ya se han distribuido los dineros a los Servicios de Salud para que se ejecuten los pagos”, y que esa tarea “está descentralizada”. Sin embargo, desde las clínicas han solicitado que la entidad estatal pueda mediar, recuperar ahora los dineros y hacer los pagos de forma directa.
Carta al Presidente
El problema, en palabras del presidente de la asociación, es la falta de liquidez del sector en estos momentos. “Desde el inicio de la pandemia, el sector privado fue obligado a dejar casi toda su infraestructura a disposición de las autoridades de salud, y dedicarse solo a la pandemia”, comenta, aludiendo al impacto económico que implicó cesar las cirugías electivas y atenciones ambulatorias. Más aún, considerando que el 40% de las camas críticas del país son parte de la red privada.
Por ello, el gremio hace 10 días envió una carta al Presidente Piñera exponiendo la situación. El documento, al que tuvo acceso La Tercera, detalla que las clínicas no esperan “regalos”, sino que la agilización de los pagos de las atenciones pendientes previas al período de la pandemia, pues la situación económica ha sido mermada por la misma.
En otro párrafo se recalca que en este período “duro” se han desplegado todos los recursos disponibles, pero que dicha contribución “contrasta con la situación económica” del sector.
También se manifiesta que han sostenido reuniones con Hacienda, Trabajo y Economía, sin obtener respuestas concretas.
En la misiva, y hacia el final, se le pide a la autoridad que sean considerados como sector para créditos de apoyo u otras medidas financieras. “Como el Fogape o Fogain”, ejemplifican.
La carta fue enviada hace 10 días atrás, y aún no ha tenido respuesta, lo que ha generado malestar en el sector. “Somos los únicos que no pueden acceder a créditos blandos por distintas razones”, reclama Schönherr.
Sobre si hay ánimo o no en la asociación de que el rubro o ciertas clínicas sean consideradas como “empresas estratégicas”, aún no hay un consenso, pero su representante es claro: “No queremos ningún rescate, ni ninguna ayuda gratuita. Queremos que se nos pague lo que se nos debe, y tener acceso a créditos blandos como se les ha dado a muchos otros. Los necesitamos, no es que nos guste, la verdad es que no nos gusta, pero hoy es un imperativo”.
Ley de Urgencia
Otra situación que ha generado molestia es lo que han denominado como “cambios en las reglas del juego”, a partir de un oficio de Fonasa que permite que los pacientes Covid-19 positivo o sospechoso que lleguen a una clínica privada de manera particular, sin necesidad de traslado, sean atendidos bajo la cobertura de su tramo en el seguro público, acogiéndose en la Ley de Urgencia. “Se pasó a llevar la ley”, advierte Schönherr.