Juan Datzira nació el 6 de mayo de 1935 y falleció el 21 de febrero de 2017... aunque también había muerto en 2007, diez años antes. Extraño, pero así es. Según el Registro Civil, Datzira habría perdido la vida el 12 de diciembre a las 17.00 horas, en su departamento de calle Las Encinas, en Ñuñoa. Sin embargo, la realidad es otra: su verdadero deceso se produjo más de una década después y a 11 mil kilómetros de distancia del primero, en Barcelona.
El caso, conocido al interior del Ministerio de Bienes Nacionales como "Lázaro" (por el resucitado bíblico), corresponde a la disputa de una herencia vacante por $1.000 millones en acciones.
Y otro dato. A pesar de todas las incertidumbres que existen hoy sobre ambos decesos, nada de esto habría sido descubierto sin un denunciante externo, quien entró en la disputa por la herencia. Es uno de los llamados cazaherencias.
Las sospechas
El 30 de junio de 2017 se realizó una denuncia de herencia vacante tras el fallecimiento de Datzira. La acción llevaba adjunto el certificado de defunción correspondiente, fechado el 21 de febrero del año pasado y emitido por el Registro Civil de Terrassas, en Barcelona.
A este denunciante no le bastó con conseguir el certificado en España. Además, solicitó un documento similar al Cementerio Municipal de la comuna de El Monte, donde supuestamente había sido enterrado el occiso. No obstante, esa institución no pudo acreditar cuándo fue sepultado. Según lo informado por Bienes Nacionales, "de acuerdo con las indagaciones realizadas por el denunciante, Datzira habría salido del país a inicios de la década de los 80, tras lo cual no habría vuelto a ingresar". Esto se dedujo sobre la base de información que habría obtenido en Extranjería.
Pero a este denunciante externo le salió competencia. Hay una supuesta hija a quien se le otorgó la posesión efectiva de la herencia en 2008. ¿Por qué levanta sospechas y es supuesta? Porque fue reconocida como hija no matrimonial en agosto de 2007, tres meses antes de la primera supuesta muerte y más de 20 años después de que Datzira dejara el país.
Felipe Ward, ministro de Bienes Nacionales, explica que las recompensas para los denunciantes de herencias sin beneficiarios son jugosas. "El denunciante recibe un galardón correspondiente a hasta el 30% de lo que haya ingresado por estos bienes al patrimonio fiscal. Se emite una resolución de pago, la que puede cobrarse en la Tesorería General de la República siempre que hayan transcurrido los plazos legales de prescripción de nuestro ordenamiento jurídico (cinco años), o bien si el denunciante haya garantizado la entrega anticipada de este beneficio".
Desde la seremi de la cartera destacan que existen ciertas irregularidades, sobre todo con la emisión de los certificados. "El proceso que, como ministerio, realizamos cuando recibimos una denuncia es bastante riguroso. La investigación pasa por un proceso de admisibilidad. Aquí fue donde saltaron las alarmas, al detectarse un certificado de defunción de 2007 y el reconocimiento de una hija, en el que las firmas del causante no concuerdan, habiendo antecedentes que apuntan a que el señor Datzira abandonó Chile por última vez en la década de los 80", señala la seremi metropolitana de Bienes Nacionales, Magaly Romero Espinosa.
Según informó la autoridad, "todos los antecedentes fueron entregados al Consejo de Defensa del Estado (CDE) para que realice la investigación correspondiente y se puedan esclarecer los hechos antes denunciados".
Ahora le corresponderá a este organismo fiscalizador del patrimonio fiscal averiguar qué puede haber detrás de esta "doble muerte".