Alrededor de 800 mil visitas llegan cada año al Zoológico Nacional, reserva fundada en 1925, donde niños y adultos se divierten y también aprenden sobre la vida salvaje.
El lugar, sin embargo, debió cerrar sus puertas el 16 de marzo pasado, debido a la pandemia del coronavirus. Había que cuidar al público y también a los 800 animales que habitan en el recinto, ubicado en una de las laderas del cerro San Cristóbal.
En este zoológico hay turnos de personal en el día y en la noche para cuidar a los ejemplares. Son alrededor de 15 personas para esas labores, de un total de 60 trabajadores que lo hacen normalmente, quienes alimentan y cuidan a los animales.
¿Cómo viven y se mantienen no solo las especies animales en exhibición, sino también las instituciones, en medio de la grave crisis sanitaria?
Manejo crítico
La directora del Zoológico Nacional, Alejandra Montalba, explica que entre las especies que deben tener un “manejo crítico” están los elefantes, osos y tigres, que requieren de dos personas para ingresar a sus jaulas.
Y en el contexto del coronavirus, en el lugar se han aplicado medidas especiales con algunos de los primates (hay una familia de cinco gibones y dos chimpancés), debido a que pueden contraer enfermedades respiratorias al igual que los humanos.
Así, el personal que labora con ellos debe mantener una “distancia social” y, además, realizar, de manera permanente, la higienización de ropa, zapatos y utensilios con los que los animales juegan y comen.
La misma medida se tomó con Layna, la tigresa del lugar, luego de que se conociera que en el zoológico de Nueva York se detectó a un felino contagiado con Covid-19.
La directora añade que también hay que guardar “distancia” en el cuidado de los quiques, pues también hay análisis que hablan de que pueden contraer enfermedades respiratorias.
Exámenes
¿Se han efectuado exámenes a los animales para detectar si están contagiados con la enfermedad? “Hasta ahora no, pues no han mostrado síntomas. Además, eso requiere anestesiarlos y realizar un procedimiento más complejo, que en estos momentos es innecesario”, asegura Montalba.
Por ahora, todos los animales siguen siendo alimentados con 450 kilos de alimento al día, entre lo que se cuenta forraje, frutas, verduras, carnes y pescados.
El zoológico capitalino también es un centro de rehabilitación donde han llegado tres pumas durante marzo, los que fueron encontrados en la zona urbana de la capital.
Incluso, fue trasladada al lugar un águila, a la cual le dispararon. En este lugar se efectúan atenciones clínicas y luego las especies son liberadas en la naturaleza.
Un detalle interesante: los vecinos de Bellavista dicen que, como nunca, escuchan rugidos y el canto de los pájaros desde el recinto. En una ciudad casi paralizada, el mundo animal se hace notar con toda su fuerza.
Apadrinamiento
En el Buinzoo, en tanto, se realiza un duro trabajo para proteger a los 2.500 animales que viven en las casi 15 hectáreas de superficie que tiene este recinto.
Se trata de uno de los centros más grandes de América Latina, por lo que allí laboran casi 50 personas, entre ellos los veterinarios y cuidadores, que se rotan en turnos.
Ignacio Idalsoaga, director del Buinzoo, aclara que se han extremado las medidas de seguridad con orangutanes, leones, jaguares y pumas, por lo que los funcionarios deben guardar la distancia, como también protegerse con equipos especiales, como lentes y mascarillas, cuando se acercan a alimentarlos.
“Cuando se conoció del contagio a un tigre en Estados Unidos, nos contactamos con especialistas para conocer el caso y, efectivamente, se recomiendan redoblar las medidas de cuidado sanitario”, sostiene.
En este recinto, los ejemplares tampoco han mostrado síntomas de la infección, por lo que no les han tomado el test. Pero más allá de la contingencia, el director advierte que este zoológico, que recibía a casi a un millón de personas por año, desde que ocurrió el estallido social, en octubre pasado, ha mostrado una drástica baja de sus visitantes, lo que impacta de lleno en los ingresos económicos.
Idalsoaga plantea que lanzarán una campaña a través de la página web www.buinzoo.cl para apadrinar a un animal, hacer donaciones o adquirir entradas por anticipado. “Vamos a necesitar un par de años para recuperarnos, por ahora estamos recurriendo a los bancos”, plantea Idalsoaga, con preocupación.