En su mismo puesto de trabajo, durante horas, según constató la policía -a través de las cámaras de vigilancia-, la ejecutiva bancaria Kellins Ramírez se armó de lápiz, papeles y mucha paciencia. Supuestamente, ensayó y ensayó la firma de uno de sus clientes. Lo hizo con perseverancia casi religiosa. Hasta que logró reproducirla a la perfección. El resto fue el presunto delito por el cual la fiscalía hoy la formalizó: solicitar un crédito por $ 20 millones para una persona que jamás lo pidió, y luego cobrarlo junto a su pareja y, aparentemente, un tercero.

El caso es tan extraño como insólito, y dos de sus protagonistas fueron detenidos y enfrentaron cargos en el Juzgado de Garantía de Talcahuano por los eventuales ilícitos de "obtención fraudulenta de crédito bancario" y "usurpación de identidad".

Según informó el fiscal José Orella, la ejecutiva del Banco Falabella, ubicado en Mall Plaza Trébol de Talcahuano, llevaba 11 años en la entidad financiera. Por lo tanto, conocía muy bien los datos de un potencial cliente que podía acceder a un crédito.

Las pesquisas indican que le habría entregado la información de aquella víctima a su pareja, Rony Castillo, quien se encargó de obtener materialmente le cédula de identidad del cliente. Para ello, le encargó a un tercero engañar al afectado, haciéndose pasar como trabajador de una empresa de servicios. "Después, la imputada, con la cédula en mano, le pidió al suplantador ensayar la firma de ese cliente y, finalmente, con los documentos falsos, generó un crédito de consumo por $ 20 millones, abrió una cuenta corriente y obtuvo tarjetas bancarias", dijo el persecutor.

Los peritajes del Ministerio Público indican que el hecho se habría concretado durante la mañana del pasado 20 de julio. Y, tras habilitarse el crédito, uno de los imputados giró parte del dinero.

"No habiendo sido entregado ninguno de los plásticos de las tarjetas, que corresponden a los productos financieros que la ejecutiva generó, el suplantador giró una suma de $ 800 mil y luego otros $ 200 mil", explicó el comisario Cristián Hernández Acuña, jefe de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos, de la PDI de Concepción.

El hecho finalmente quedó al descubierto cuando el cliente afectado vio con desesperación que le estaban cobrando cuotas de un crédito que nunca solicitó.

La defensa de los imputados anunció que analizará los cargos presentados en la audiencia y una supuesta falta de pruebas. Ambos, sin embargo, quedaron con firma quincenal, arraigo nacional y la prohibición de acercarse a la sucursal bancaria mientras dure la investigación.

El fiscal Orella también indicó que se indaga "si existen más clientes afectados, producto de esta actividad ilícita".