Este 18 de octubre se cumplen 5 años del estallido social en Chile. Y en este marco, el Centro de Estudios Públicos (CEP) realizó esta jornada el primer encuentro de un ciclo destinado a discutir sobre sus causas y consecuencias, en el cual reunió a dos protagonistas de ese convulsionado momento: Gonzalo Blumel, exministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres) y del Interior, y Cristián Larroulet, exjefe de asesores del Segundo Piso de La Moneda durante el segundo gobierno de Sebastián Piñera.
En la cita, denominada “Octubre 2019: testimonios y miradas desde La Moneda”, Blumel y Larroulet coincidieron en destacar la falta de elementos de inteligencia que pudieran hacer prever los violentos ataques, principalmente a estaciones del Metro, que se registraron en los primeros días del movimiento social.
Al respecto, Larroulet indicó que “lo que más me sorprende de ese día no es tanto el hecho, sino una realidad: tú cuando vez eso te haces la pregunta ¿qué pasó?, ¿qué datos tenemos? ¿qué antecedentes hay? Y lo más dramático que todo es que no había ninguno”.
“Para mí lo más impactantes es que en ese evento, con esas circunstancias, la información de inteligencia no haya puesto una alerta de ese tamaño”, destacó.
Por su parte, Gonzalo Blumel, quien el 18 de octubre era el titular de la Segpres y 10 días después asumió en la cartera de Interior, destacó que a cinco años de los incidentes, aún se desconoce quienes fueron los responsables de vandalizar 77 estaciones del Metro, de las cuales 20 fueron incendiadas.
“Me parece grave que a cinco años de esos hechos no tengamos una respuesta concluyente”, indicó Blumel, quien destacó que desde el punto de vista de la inteligencia y de la persecución penal “había mucha debilidad y sigue habiendo mucha debilidad”.
“Mirando la evidencia, lo poco que sabemos, sabemos que las personas que han sido detenidas y condenadas son chilenos que cometieron hechos graves de violencia, que se sumaron a llamados a realizar protestas y que posteriormente realizaron ataques mayoritariamente incendiarios”, destacó. “La evidencia es poca y la poca evidencia que hay tiene que ver con orgánicas anarquistas, radicalizadas, que se coordinaron a través de redes sociales para llamar a protestar en torno a la red del Metro como manera de manifestar la rabia, la frustración, el día 18 de octubre”, agregó.
Añadió que a partir del día siguiente, tiene la “convicción” que hubo una “intencionalidad”, un “direccionamiento de distintas entidades y agrupaciones políticas formales y no tan formales”.
“Golpe no tradicional”
Consultados sobre las palabras del entonces Presidente Sebastián Piñera, quien destacó que durante el estallido social se intentó dar un “golpe no tradicional” para derrocarlos, Cristián Larroulet sostuvo que “con el paso del tiempo se le han ido colocando distintos nombres (...) pero lo que no está en duda, a mi juicio, es el propósito, que el Presidente de la República dejara el cargo, y eso se veía en los carteles en la calle o en las expresiones de algunos destacados dirigentes políticos”, entre los cuales mencionó a Lautaro Carmona. “Y después vinieron las acusaciones constitucionales” contra el exmandatario, recordó.
Para explicar el origen del estallido, el ex jefe de asesores del Segundo Piso destacó que uno de los principales componente es “el malestar o de la rabia, el que a mi juicio se explica fundamentalmente por la frustración que produjo que este país que crecía, que daba oportunidades sistemáticamente, dejó de hacerlo”. Esto, aseguró, tras las reformas realizadas en el segundo mandato de la Presidenta Michelle Bachelet.
Por su parte, Blumel destacó que quienes realizaron el estallido no fue solamente un grupo de jóvenes, sino que culpó a lo que calificó como “una especie de delirio colectivo” que tuvo a “muchísima gente detrás”.
En este sentido, recordó que dos meses después del inicio del estallido, dos tercios de los chilenos manifestaban apoyo a estas manifestaciones, aunque la mayoría no estaba de acuerdo con la violencia. Pero al mismo tiempo, la mayoría rechazaba el uso de la fuerza de Carabineros para contener las manifestaciones violentas. “Era una contradicción muy feroz”, destacó.
Asimismo, acusó a los medios de comunicación de “romantizar” hasta cierto punto las manifestaciones, al destacar los grandes movimientos de personas con “episodios de violencia aislados”. Asimismo, criticó a la izquierda por “llevar a la primera línea al Congreso Nacional” y de votar en contra casi la totalidad de la agenda que impulsó el gobierno de Piñera para intentar contener la violencia”.
Acusación contra Boric
En este marco, Gonzalo Blumel destacó que “fueron muy pocos los que alzaron la voz para decir que en democracia la violencia no es admisible, al igual que interrumpir un mandato presidencial”.
Al respecto, sostuvo que “por eso es tan grave esto también que pasó con la acusación constitucional contra el Presidente de la República (Gabriel Boric por parte de la bancada RN), porque es como que no aprendimos nada”. En este sentido, sostuvo que tras “las lecciones de lo que vimos y de lo que ocurrió (...) cuesta entender que hay algunos que estén perseverando en esta misma lógica”.
“Desde lo personal me ilusiona pensar de que ojalá algo hayamos aprendido pero mirando la discusión de las últimas semanas, me parece que bien poco”, agregó más tarde durante la conversación.
Sobre las causas del estallido, indicó que no lo vieron venir. Al respecto, Blumel indicó que “teníamos mucha conciencia de que el fenómeno del mal funcionamiento de la democracia era un fenómeno global” y destacó que, en este sentido, “había una conciencia de que era necesario hacer algunos cambios en el sistema político y algunas reformas institucionales”.
“Había un tema de una cierta visión pero no era algo que visualizáramos que iba a estallar”, reconoció.
Por su parte, Cristián Larroulet indicó que el Estado falló en poner fin a la violencia en las calles debido a la falta de personal y de equipamiento de las policías, así como fallas en el sistema de inteligencia, lo que calificó como “un problema que no hemos resuelto”.
“Creo que hay algo en materia de inteligencia de no haber hecho el esfuerzo de tener una agencia de inteligencia potente”, sostuvo, tras lo cual destacó lo realizado por España con la ETA, donde destacó que existió una “institucionalidad muy potente” para combatir a esta agrupación.
En este sentido, destacó que “hubo un resabio que nos impidió avanzar en esta materia como correspondía”, haciendo alusión a las consecuencias de la dictadura militar.
En este mismo sentido, Blumel destacó que “después de las tropelías cometidas en dictadura se produjo una tranca muy importante”, que se tradujo en falta de inteligencia, con una Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) “muy débil”.
En este sentido, indicó que las condiciones del país “no había un riesgo de terrorismo que ameritase una estructura distinta, pero comprobamos a golpes que eso no era así”.
Violación de los DD.HH.
En tanto, Blumel descartó que hubiera una violación sistemática de los DD.HH. durante el estallido social, y que, en este sentido, el gobierno de Sebastián Piñera invitó a veedores internacionales, como la Human Rights Watch (HWR) y a Michelle Bachelet, entonces Alta Comisionada de la ONU para los DD.HH.
En este sentido, el exministro relevó que “en los casos donde hubo apremios, abusos, deben ser investigado (...) De ahí al salto que hubo una política sistemática (de violación de los DD.HH.) no tiene ningún fundamento”.
Ambos personeros destacaron, además, el manejo del gobierno de Piñera para poner fin a la crisis, incluyendo el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre.
Blumel recordó que el domingo 10 de ese mes “nos juntamos el Presidente, el comité político, presidentes de partidos y bancadas de Chile Vamos”, donde decidieron abrirse a la posibilidad de un “Congreso constituyente”.
Sin embargo, recordó que tras una serie de ataques contra regimientos realizados dos días después, se analizó la posibilidad de reinstaurar un estado de excepción, pero que finalmente primó la vía de un acuerdo político
“Se tomó el camino correcto”, indicó Blumel, quien señaló que haber sacado a los militares a la calle podría haber provocado “un quiebre de tal magnitud que hoy seguramente no seríamos capaces de dimensionar”.
Consultado Larroulet sobre cómo la historia va a leer ese capítulo en que la derecha decidió “entregar” la Constitución de Pinochet, el exjefe de asesores del Segundo Piso indicó que “se va a leer muy bien, se avanzó y se llegó a un acuerdo, hubo una propuesta que era el octubrismo y el 62% la rechazó (...) y hoy tenemos una Constitución que es la que nos está rigiendo”.
“La evaluación de ese proceso es que la derecha se la jugó por buscar un procedimiento político en el cual los chilenos, a través de su voto, dirimieran las diferencias”, agregó.
“Frente a la alternativa de haber llamado a los militares, en el sentido de esta dicotomía drástica, creo que va a ser trascendente para la derecha (...) va a ser u resultado muy favorable”, relevó.