30 minutos después que el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, anunciara la disposición de más de 100 agentes de diálogo para “acompañar” la romería de organizaciones de derechos humanos, la situación ya era crítica en torno a La Moneda.
Fue pasadas las 10:30 de la mañana que la marcha, que contó en un inicio con la presencia del Presidente Gabriel Boric, pasó por Morandé 80. Este recorrido había sido coordinado entre la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos y Sociales y la Delegación Presidencial Metropolitana, quienes “dieron conformidad” a la protesta.
Sin embargo, una vez que pasaron los manifestantes, fueron los encapuchados los encargados de instalar largos minutos de tensión en torno a la casa de gobierno. Primero, un grupo de cerca de 50 personas comenzó a romper el vidrio que separa La Moneda de la calzada de Morandé.
Luego, removieron las vallas papales para comenzar a tirar piedrazos al personal de Control y Orden Público (COP) de Carabineros. Además, encendieron bengalas justo por calle Morandé.
A pesar de la pasividad de la policía uniformada, la vandalización de La Moneda continúo: se rompieron seis ventanas y se rayaron algunas murallas del palacio inaugurado en 1805. En el interior, en tanto, las autoridades del comité de seguimiento del 10 y 11 de septiembre, encabezado por el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, seguían por cámaras lo ocurrido.
En las inmediaciones de La Moneda, en Morandé, una persona fue detenida. El subsecretario Monsalve explicó que “siempre habrá momento de evaluación. Nos parece que hay que proteger todos los espacios públicos y acá hubo una organización con la coordinación de quienes convocaron a la romería, pero también con Carabineros, quienes acompañaron la marcha con los agente de diálogo”.
“Siempre las actividades de eventos masivos tienen riesgos, riesgos que se ponderan y se evalúan. Acá ha habido una coordinación, pero un grupo de personas violente vulneraron los controles de la policía. Se le pidió a Carabineros actuar y así se vio y se concretó la detención de una persona. Quienes ejercen la violencia son adversarios del gobierno”, dijo Monsalve.
Más tarde, incluso, fue el propio Presidente Boric quien condenó lo sucedido.
“Al final de esta marcha, grupos pequeños de encapuchados de negro buscaron reventar la manifestación. Rompieron vidrios y atacaron a indistintamente a agrupaciones y militantes de partidos políticos como la JS, el PC y CS, entre otros. Después causaron desmanes en el camino y terminaron violentando tumbas en el Cementerio General, entre ellas la del exsenador Jaime Guzmán”, expresó el Jefe de Estado, a través de su cuenta “X”.
Así también señaló que “su intolerancia y violencia no deben tener cabida en democracia y quienes hayan sido partícipes de estos actos deberán enfrentar la ley y el Estado de Derecho”.
La policía uniformada nunca mostró conformidad con el recorrido trazado por Morandé. Además de advertencias verbales a los mandos y la autoridad civil, el 7 de septiembre evacuaron el “informe de factiblidad” en que situaban a La Moneda, como uno de los cuatro edificios públicos, como “lugar crítico”.
El análisis policial, firmado por el coronel Pedro Álvarez, concluyó que la posibilidad de alteraciones al orden público era “alto” y que “con los antecedentes otorgados y de acuerdo a la solicitud efectuada, este mando de repartición estima que existen factores que ponen en riesgo la infraestructura pública y privada, por lo tanto, la autoridad administrativa deberá pronunciarse respecto de la factibilidad”.
Mausoleos atacados
La romería siguió avanzando por el centro de Santiago, dejando ataques y desmanes en el mercado Tirso de Molina.
La romería logró llegar al Cementerio General. Allí, en avenida La Paz también se registraron graves incidentes, principalmente en el interior del lugar.
Las primeras, a eso del mediodía, ocurrieron en las afueras de la subcomisaría de Recoleta, donde un grupo de personas atacó la unidad policial con el lanzamiento de fuegos artificiales. Minutos después, ya al interior del cementerio, atacaron el mausoleo institucional de la policía uniformada.
Sin embargo, no fue el único monumento atacado. El mausoleo de Jaime Guzmán también fue objeto de piedrazos, rayados y remoción de algunos escombros, generándose algunos enfrentamientos entre los encapuchados y personal de Carabineros.
La jornada -que terminó con cinco personas detenidas y seis policías heridos- continuó con desórdenes en otros puntos de Santiago, en la previa de un 11 de septiembre en que Carabineros afinará algunos puntos de su plan de seguridad, dado que la evaluación interna de lo ocurrido el domingo no es del todo buena y, creen en la institución, traerá repercusiones internas.