Los grandes anteojos de sol y el pelo rubio tomado con una improvisada cola le permiten a Natalia Compagnon caminar con total normalidad por el centro de Santiago sin que la reconozcan.
Hace tres años, en febrero de 2015, su vida y la de su familia dieron un giro. La repentina exposición mediática producto del estallido del caso Caval provocó que ella y su esposo, Sebastián Dávalos, hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, tuvieran que adaptarse a una nueva realidad y ajustar el estándar de gastos al que estaban acostumbrados.
La larga investigación judicial, con numerosos viajes a Rancagua para ser interrogados ante fiscales y extensas audiencias en tribunales, alejaron a una parte de su entorno social y les cerró la puerta a la posibilidad de realizar nuevos negocios, detallan cercanos a la pareja.
Sin un trabajo estable ni la posibilidad de cerrar nuevos tratos, Compagnon y Dávalos comenzaron a endeudarse. Debido al incumplimiento de los pagos, han enfrentado nuevas causas judiciales, como la demanda contra ella por una deuda de $ 30 millones por cinco oficinas y seis estacionamientos que tiene en un edificio de Providencia. La acción judicial derivó en que el Cuarto Juzgado Civil de Santiago decretara el desalojo de los inmuebles y avalara el uso de la "fuerza pública" para recuperarlos. Una segunda acción legal en su contra provino del Banco Santander por incumplir el pago de $ 12 millones de un préstamo.
Como una forma de reducir estas deudas, el matrimonio comenzó a vender parte de sus pertenencias que habían adquirido gracias a los negocios de la empresa Caval. Así vendieron el automóvil marca Lexus que aún les quedaba, tres terrenos de 5.000 metros cuadrados emplazados cerca del poblado de Los Choros, comuna de La Higuera, IV Región, y un departamento en San Alfonso del Mar, en la Región de Valparaíso. En su entorno señalan que financieramente también reciben apoyo de amigos y familiares.
Casa y estudios
Desde el círculo íntimo de la pareja aseguran que uno de los cambios que más resintió Compagnon en los primeros días desde que se inició la causa fue la necesidad de restringir sus salidas a lugares públicos como restaurantes o cafés. Los golpes y gritos que recibió en su primera declaración judicial en abril de 2015 fueron uno de los episodios más difíciles.
Desde entonces gran parte de su día lo distribuye en distintas tareas en su casa de tres pisos en un condominio de la comuna de La Reina. Allí divide su tiempo entre el cuidado de sus dos hijos, de nueve y siete años, y la mantención de un huerto instalado en el patio de su casa. El nuevo pasatiempo le ha permitido fabricar y regalar huertos de madera a sus amigas más íntimas.
Pero, según sus cercanos, su tarea más relevante es estudiar minuciosamente las nuevas declaraciones de testigos e imputados y los informes que cada 15 días la Fiscalía anexa al expediente del caso Caval y que le facilita su abogado Antonio Garafulic.
Uno de los temas que la pareja analiza con su equipo de defensores es intentar recuperar parte de los $ 187 millones que Caval entregó como garantía a la Tesorería General de República de la VI Región en marzo de 2016 para subsanar las eventuales deudas tributarias que mantenía la empresa. Luego de conocer que el Servicio de Impuestos Internos (SII) calculó que el monto adeudado es menor, comenzaron a intensificarse las gestiones para recuperar parte de esos dineros.
La idea de radicarse fuera del país una vez que concluya la causa judicial se mantiene presente en el matrimonio. El viaje que por casi dos semanas realizaron Compagnon y Dávalos a Miami, Estados Unidos, en julio de 2017, el cual tuvo que ser visado por la Corte de Apelaciones que suspendió temporalmente el arraigo, fue una instancia de respiro para la pareja. Lejos de las cámaras y los micrófonos, además de aprovechar de descansar y realizar actividades en familia, emplearon el tiempo en la búsqueda de centros de educación superior.
Al propósito de Compagnon de perfeccionar su inglés, se sumó el interés por adquirir nuevos conocimientos en el área de las comunicaciones y los negocios.
Y si bien el proyecto no está definido, su regreso al país la incentivó a continuar la búsqueda al otro lado de la cordillera, en Argentina. Según comentó Compagnon a sus cercanos, Buenos Aires sería uno de los destinos donde intentaría cursar un magíster o desarrollar parte de su vida junto a su familia.
En lo inmediato, una de las preocupaciones que asedian a Natalia Compagnon y Sebastián Dávalos es zanjar el futuro de la empresa Caval. Es por esto que, junto a su abogado, analizan las opciones para disolver la sociedad cuando la causa llegue a su término, y así poner fin a su vínculo con Mauricio Valero, acusado en el mismo caso por delitos tributarios y cohecho, y con quien los vínculos están cortados.
Contactado al respecto, Antonio Garafulic, abogado de Compagnon, aseguró que "no han sido momentos fáciles para mi representada, pero mantenemos la convicción de su inocencia".
Declaraciones de Dávalos
El ánimo de Sebastián Dávalos ha cambiado desde que el 2 de enero la Corte de Apelaciones lo sobreseyó definitivamente de la arista principal del caso Caval: la compra de los terrenos de Machalí.
Ese día pudo leer un comunicado que llevaba escrito de antemano y donde calificó de "muy corrupta" a la Fiscalía de Rancagua, amenazando con querellas por las filtraciones del caso. Aunque la Fiscalía Nacional respondió que los dichos son una "falta de respeto" y le recordó que todavía figuraba como imputado en la arista por estafa al empresario Gonzalo Vial, el cientista político recibió un inesperado gesto de La Moneda, cuando la vocera de gobierno, Paula Narváez, en vez de desmarcarse afirmó que él "es un ciudadano que se ha sometido a un proceso en la justicia durante tres años, que ha sido finalmente sobreseído y que ha hecho uso de un derecho que es el de la libertad de expresión".
El hijo de la Mandataria ha repetido en público y en privado que considera haber sido víctima de una persecución política estos años.
Sus cercanos dicen que se siente traicionado, rompió relaciones con prácticamente todos los asesores con los que trabajaba en la Dirección Sociocultural de La Moneda, y repite que llegó la hora de salir a hablar y hacer sus descargos. Por eso ha estado en conversaciones con varios medios de comunicación para dar su primera entrevista, sin embargo, finalmente, no ha llegado a acuerdo, debido a las condiciones que pone, como no referirse a su madre, Michelle Bachelet.