A Eliana (64) le detectaron cáncer de mamas en enero de 2008 y en diciembre de ese año ya le estaban extirpando su mama derecha, la que hasta hoy no ha podido reconstruir. Lleva 10 años esperando una cirugía para ello, que si bien está dentro de la canasta de prestaciones del Auge/GES, lo que significa que por ley se debe otorgar, no cuenta con un plazo determinado.
No hay médicos, no hay insumos, no hay hora. La palabra "no" es lo que ha escuchado desde entonces cada vez que consulta por las razones de la demora. "Lo necesito. Me da vergüenza. Tengo ropa preciosa y no puedo ocuparla, ando tapada hasta las orejas. No entiendo por qué ha pasado tanto tiempo si mis exámenes están bien", dice sin querer resignarse a que esta pelea pueda perderla.
Eliana vive en una pequeña casa pareada de dos pisos, en una población de Quilicura. Paciente de Fonasa, se ha atendido todos estos años en el Hospital Dipreca, y a pesar del tiempo transcurrido, se niega a aceptar su actual estado. "No quiero morirme así como estoy. Sé que con la operación no quedará perfecto, pero que quede bien ya es salgo. La necesito en mi mente".
Tres años lleva Daniela Armijo (31) en la misma situación de Eliana, donde se repiten las respuestas del sistema: no hay insumos, no eres prioridad, no hay pabellón, no hay cirujanos. Ella es de Rancagua, pero llevó todo su proceso en el Hospital San Borja. "Me afecta mucho, porque tengo 31 años y no me siento 100% mujer. Mi autoestima es baja, me sacaron algo que era propio mío, sicológicamente no estoy bien, y si bien lo asumí cuando me operaron, pasa el tiempo y uno se mira y aparecen los cuestionamientos: ¿Por qué me pasa si soy tan joven, por qué me la sacaron?".
Daniela no quiere que su pareja la vea desnuda, su único hijo nunca lo ha hecho después de la mastectomía o extirpación de sus mamas, y pese a que venció el cáncer, aún siente que no ha sanado del todo. "Cuando me operé, desperté de la anestesia y lo primero que toqué fue mi pecho y no estaba, y ahora me pasa lo mismo", dice.
Ella está agotada, cansada física y mentalmente. "No sé qué hacer, porque sé que la respuesta que me van a dar siempre será la misma". Ella no está dispuesta a esperar 10 años y, por lo mismo, ya comenzó a cotizar operaciones de reconstrucción mamaria en el sistema privado de salud. ¿El problema? La operación cuesta entre cinco y siete millones de pesos, que no tiene.
Sistema
El cáncer de mamas es la primera causa de muerte en mujeres afectadas por tumores malignos. La tasa de mortalidad es de 16,2 por 100 mil habitantes, y ante ese escenario la prioridad del sistema es salvar la vida. Por ello, el tratamiento como la extirpación están garantizados por ley para ser otorgados en plazos determinados, no así la reconstrucción mamaria.
Si bien La Tercera consultó por cifras de cirugías de reconstrucción en espera al Minsal, no fue posible obtener datos oficiales. Sin embargo, tanto médicos como organizaciones aseguran que no existe un catastro al respecto. La jefa de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital San José, Gladys Ibáñez, indica que en ese recinto durante 2017 se realizaron 40 mastectomías y 24 reconstrucciones. "Muchas veces no podemos realizar las cirugías, porque no tenemos insumos, como expansores o prótesis, además que faltan especialistas", indicó Ibáñez.
Pese a no haber un número claro de mujeres que requieren esta cirugía y continúan en espera, el Observatorio del Cáncer inició una campaña en redes sociales con el hashtag #Hastacuándo, para llamar a las autoridades a incluir plazos.
Al respecto, Manuel Inostroza, exintegrante del Consejo Consultivo del Auge/GES y actual decano de Medicina de la U. San Sebastián, explica que si bien se ha evaluado mejorar la canasta de prestaciones del cáncer de mamas, "cada vez que se revisó eso se decidió mantenerla (como está), porque no ha habido los recursos suficientes, no hay capacidad instalada para ponerle garantía de oportunidad (plazos)".
Por su parte, el ministro de Salud, Emilio Santelices, aseguró que el Plan Nacional del Cáncer, política pública que trabaja el gobierno y que sería presentado en noviembre, "permitirá resolver progresivamente las brechas de equipamiento y especialistas con mirada país". Sin embargo, Daniela, Eliana y otras mujeres requieren de prontas soluciones. "Todavía no puedo decir que estoy completamente sana. Me sané del cáncer, pero aún no cierro un capítulo. La reconstrucción mamaria es cerrar un capítulo en mi vida. El cáncer me marcó mucho a mí, a mi familia, y necesito superarlo", enfatiza Daniela.