La Corporación Nacional Forestal (Conaf) pidió a la ciudadanía que no construya torres de piedras dentro de los parques o reservas nacionales.
Mediante una publicación, desde la organización se llamó a no realizar las estructuras dado que, con ello, los visitantes “están destruyendo la casa, el hábitat, de pequeños seres vivos que son fundamentales para la salud de los ecosistema”.
Esta petición no es antojadiza y se suma al grito de atención que han hecho diversas organizaciones ambientales advirtiendo el daño que generan estas estructuras.
“Quiero conversarles sobre este tipo de estructuras, que yo sé que en algunas comunidades de trekking, los invitan a hacerla. Como ustedes pueden ver, cada una de estas roquitas dentro de un Parque Nacional es un microhábitat”, señaló un funcionario de Conaf al momento de ahondar en la petición.
Siguiendo esa línea, explicó que “aquí viven hormigas, abajo de ellas las arañitas hacen sus casitas y por tanto necesitamos pedirles enfáticamente que no realicen este tipo de estructuras dentro de los Parques Nacionales”.
“Si vienes a un Parque Nacional, sé responsable y respeta la vida de los otros seres vivos”, cerró.
¿Qué son los apachetas?
Los apachetas o cairn, son montículos de piedras apilados que se mantienen erguidos por la forma y el equilibrio en que se posicionan las rocas. Son parte de una práctica antigua realizada por diferentes pueblos indígenas para demostrar agradecimiento a la naturaleza o deidades de la zona.
Actualmente, esto se ha masificado y no solo en Chile los visitantes de las reservas nacionales se encargan de dejar esta torre, aunque los expertos llaman a dejar de hacerlo porque perjudica a varias especies animales y vegetales, algunas de las cuales se encuentran en peligro de extinción, tal como arrojó un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Una de las principales razones es que las piedras alteran el hábitat de la fauna del lugar, muchas de ellas dependen de las rocas para crear refugios o controlar la temperatura y humedad de la zona.
Desde el CSIC, explicaron que “esta nefasta práctica tiene un impacto principalmente preocupante en áreas áridas, en las que dichas condiciones microclimáticas son primordiales para las especies que se refugian debajo de las piedras. Además, erosionan el suelo y provocan daños en la vegetación. Por esta razón, mover, quitar o romper estas piedras puede causar un desequilibrio en el ecosistema”.