Como Paola Givovich. Así se identificó, el 11 de enero, una mujer que llegó hasta la Congregación de los Hermanos Maristas. Ocurrió en la tarde, en la casona de calle Monseñor Sótero Sanz, Providencia, justo al frente de la Nunciatura Apostólica. Ella fue directa. Pidió hablar con el hermano Adolfo Fuentes, uno de los miembros de la orden denunciados por presuntos abusos sexuales.
No se trataba de una entrevista concertada. Paola llegó de improviso. La recibió Mariano Varona, religioso de la congregación. Conversaron poco más de una hora. La visitante agregó aquel día un nuevo nombre a la lista de personas que acusan a los maristas. Uno que hasta ese momento no había aparecido públicamente. El de su hermano menor, Isaac Givovich, yerno de Joaquín Lavín.
En ese minuto no se habló de reparaciones ni compensaciones económicas. El tema salió después, en febrero.
Tras ese encuentro, la congregación efectuó una denuncia a la Fiscalía Sur sobre los hechos que habrían afectado a Isaac Givovich. En específico, al persecutor Guillermo Adasme, quien indaga los abusos ocurridos años atrás en diferentes colegios de este instituto religioso.
En el informe a Adasme se cuenta que, según Paola Givovich, su hermano se reunió a fines de 2017 con otros ex alumnos del Instituto Alonso de Ercilla (IAE), donde estudió hace más de 30 años, entre 1986 y 1989 y que, tras ese momento, comenzó a recordar escenas de lo que había vivido con Adolfo Fuentes, que se iniciaron cuando tenía seis años. Los abusos habrían consistido en "tocaciones y sexo oral".
Hasta ahora, Isaac Givovich no ha concurrido al Ministerio Público, pero sí a otras instancias. El martes de esta semana entregó su testimonio en la Nunciatura Apostólica, ante el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado papal para indagar la actuación del obispo de Osorno, Juan Barros, en el caso Karadima.
El egresado de bibliotecología llegó acompañado por tres personas que también acusan a los maristas, a quienes llamó "mis hermanos sobrevivientes", y por su abogado representante, Eduardo Arévalo. A la salida, como vocero del grupo, habló con los periodistas presentes.
"Estamos agradecidos hoy, quienes somos católicos, del gesto que han hecho la Iglesia y el Vaticano por nosotros. Creemos que esto es un paso más para la justicia, porque la verdad ya está, eso es algo irrefutable, y ahora lo que nos queda es esperar justicia y reparación, para que haya reconciliación", dijo.
Vorágine
El 1 de diciembre de 2017, hace tres meses, Isaac Givovich (38 años), casado con Asunción Lavín y padre de tres hijos, aparecía en los medios en un escenario totalmente diferente. Esa mañana, en el Juzgado de Garantía de Rancagua, fue formalizado en el caso Caval por el delito de facilitación de facturas falsas a Juan Díaz. El tribunal decretó arraigo nacional y prohibición de comunicarse con el resto de los imputados.
Así, el ex dirigente gremialista, que trabajó en la Fundación Jaime Guzmán y que fue parte de la campaña presidencial de su suegro, en 2005, comenzaba a ser formalmente investigado por presuntas facturas ideológicamente falsas de su empresa, llamada Sociedades Ges Consultores S.A.
Alfredo Morgado es su abogado en lo relativo a Caval. "No he sido consultado por mi cliente para ninguna otra causa", dijo a La Tercera.
Su nombre, sin embargo, arrastraba otra polémica reciente. Una familiar.
Mes y medio antes, el 10 de octubre, Radio Bío Bío divulgó que Isaac Givovich y su esposa habían presentado una denuncia contra Joaquín Lavín en el SII por supuestas operaciones irregulares durante la campaña senatorial de 2009.
Hasta ese momento, las graves denuncias en contra del religioso marista Adolfo Fuentes no figuraban por ninguna parte. La primera aparición pública de Givovich en este caso de presuntos abusos data de un reportaje de Canal 13, emitido el 21 de enero. Fue la misma semana en que el Papa estuvo en Chile y cuando el tema de los abusos y el caso del obispo Barros acaparaban la atención.
Ese domingo, en una nota que incluía a otros denunciantes, Givovich entregó detalles del abuso que acusa: "Me muestra una copa del cáliz, la levanta y me dice, mira, levántala así, y él, en ese minuto, me empieza a manosear". Agregó: "Yo era un niño de seis años, me cruzaba con otros hermanos y él me llevaba de la mano a su dormitorio y se repetía esa dinámica de sexo oral, de tocarme". En su cuenta de Twitter agradeció el apoyo y pidió respeto para su situación.
Congregación
Isaac Givovich fue alumno del IAE entre 1986 y 1989, de primero a cuarto básico. En ese período, efectivamente, Adolfo Fuentes se desempeñó en ese colegio. El religioso estuvo ahí hasta 1991.
Sobre la denuncia de Givovich, la orden dijo a La Tercera que "como congregación hemos actuado teniendo siempre presente el principio de la buena fe; hemos escuchado a quienes han querido voluntariamente informar de estos hechos, se les ha acompañado en su dolor y en algunos casos, cuando ellos han accedido, se les ha brindado ayuda sicológica con especialistas y acompañamiento espiritual. Todos los antecedentes se han presentado ante la justicia civil y canónica".
Los cuestionamientos a la entidad religiosa ya estaban instalados en la opinión pública. El 28 de agosto del año pasado, la congregación, a cargo de 12 establecimientos educacionales, emitió un comunicado reconociendo el caso del hermano Abel Pérez. Según su propia confesión, habría abusado de ex alumnos del Instituto Alonso de Ercilla y del Colegio Marcelino Champagnat.
Tras este hito, las denuncias no pararon. Hoy existen cerca de 15 ex alumnos víctimas, mientras que los nombres de ocho religiosos fueron comunicados a la fiscalía por la propia orden. Cuatro de ellos están fallecidos. Y entre los otros cuatro figura Adolfo Fuentes, el único que, según los Maristas, niega todas las imputaciones.
En los medios
Isaac Givovich volvió a aparecer públicamente el 9 de febrero, cuando entregó su testimonio al sacerdote David Albornoz, instructor canónico del caso, en la Casa Provincial Salesiana. Llegó junto a José Andrés Murillo, director ejecutivo de la Fundación para la Confianza. "Nosotros no comentamos la relación que tenemos con las personas que nos piden ayuda. No es nuestro rol cuestionar los relatos. No somos un ente fiscalizador ni jurídico, sino de acompañamiento a quienes han sido víctimas de hechos de dolor", comenta ahora Murillo. En esa oportunidad, solo él habló con los medios de comunicación.
El 20 de febrero irrumpió en el caso el abogado Eduardo Arévalo, director de problemas.cl, quien le comunicó al representante provincial marista en Chile, Ernesto Reyes, que asistiría legalmente a Isaac Givovich. Arévalo le expresó su interés en conversar acciones reparadoras, por los perjuicios sufridos por su cliente. Pidió una reunión para analizar la posibilidad de un acuerdo y dar, así, punto final a esta situación.
Ese mismo día llegó un e-mail a la congregación. Era de Paula Givovich, la hermana de Isaac. En él, les expresa que, producto de las licencias médicas por los abusos, Isaac percibe $ 1,2 millones de los $ 8 millones que es su sueldo en su trabajo. Y solicitó que se pagara el año escolar de los tres hijos de Isaac, que en ese momento eran alumnos del Alonso de Ercilla (luego fueron cambiados de establecimiento, según el entorno de Givovich), sus listas de útiles escolares y un apoyo económico para vivir.
"Fue mi solicitud, porque el mismo Ernesto Reyes me pidió que le enviara nuestros gastos, mi hermano se enteró mucho después (...). Si Isaac está con licencia es producto de un abuso sexual que sufrió y del momento que está viviendo", explicó Paula Givovich a La Tercera.
Consultada la oficina de abogados de la congregación, se señaló que "dos de las personas que manifiestan ser víctimas han efectuado peticiones directas de compensación económica. Entre ellas está el señor Givovich. Y, a través de su abogado, se le señaló que existen investigaciones en curso, tanto por la fiscalía como por el investigador canónico, a quienes les compete juzgar y establecer la efectividad de la ocurrencia de los hechos".
Se añadió que "es la justicia quien debe determinar, una vez verificado el hecho y establecida la autoría por parte del denunciado, si corresponde algún tipo de compensación y monto".
La carta marista
Esa misma semana, Givovich acrecentó sus actividades públicas. El 21 de febrero, La Segunda publicó una carta suya y el jueves 22 entregó, a nombre de los denunciantes del caso maristas, un documento en la Nunciatura solicitando reunirse con Charles Scicluna. A la salida habló con la prensa y dio detalles de su caso. También exhibió una carta que le envío la congregación, el 19 de febrero.
Esa misiva, encabezada "estimado Isaac", entre otros puntos, dice que "te pedimos perdón por los abusos que sufriste en el pasado, cuando fuiste alumno del Instituto Alonso de Ercilla...".
En la Nunciatura, Givovich enfatizó: "En esta carta se reconoce que fui víctima de un hermano marista, de un abuso sexual a los seis años".
La congregación confirmó la autenticidad del documento y destacó que "las diversas cartas en las que se ha pedido perdón a algunas personas que han señalado ser víctimas son un gesto institucional, basado en la buena fe, porque a nosotros no nos compete establecer la veracidad de los hechos. Eso está en manos de la justicia, penal y eclesiástica".
La Tercera comprobó que las misivas enviadas a otros denunciantes son textos con redacciones diferentes.
Por la tarde de aquel 22, Givovich concedió una extensa entrevista a Tele13 Radio, donde relató los abusos y sostuvo que "esto es un desbloqueo que yo hago recién el 18 de noviembre del año pasado", tras ver una foto de Adolfo Fuentes "en el grupo de Facebook de ex alumnos del colegio".
Esa es la primera vez que, en forma pública, fija el día exacto en que hizo memoria de los abusos. A la fecha han pasado 107 días.
Su relato de los hechos tiene similitudes con el de Eneas Espinoza (44), la otra persona que denuncia a Adolfo Fuentes, cuyo caso fue descrito en The Clinic meses antes, el 26 de octubre de 2017.
En T13 Radio también dijo que "este es el caso más grande de Latinoamérica de abuso sexual eclesiástico, y quizás uno de los casos más grandes del mundo".
Además, aludió varias veces a la carta de los maristas: "Es un reconocimiento del hecho, la congregación reconoce que yo fui abusado por este hermano", subrayó.
A la Nunciatura
El 23 de febrero publicó en su Twitter: "He recibido carta de la Congregación de Hermanos Maristas reconociendo los abusos sexuales que sufrí en mi niñez en el colegio; un primer paso es reconocer, espero que los próximos pasos sean justicia y reparación, valiente primer paso de la congregación".
A diferencia de otros denunciantes, sus apariciones en medios se multiplicaron.
El 26 de febrero, Givovich concedió una entrevista a Radio ADN. "Tengo súper claro que mi caso está absolutamente prescrito en materia penal, no así en materia civil", dijo.
El 27 de febrero, en conversación con Radio Cooperativa, manifestó que "tengo una declaración de reconocimiento de la Congregación Marista antes de que me cite incluso un fiscal a declarar".
Un día después, The Clinic publicó un reportaje con cuñas suyas. "Después de ver una foto de Adolfo Fuentes que acompañó el reportaje de Eneas (Espinoza) hice clic con todo lo que me había pasado", contó Givovich. Ahí cuestionó que el caso esté en la fiscalía desde agosto del año pasado y que "ninguno de nosotros hemos sido citados a declarar".
Su aparición pública más mediática fue el martes 27 de febrero, cuando fue recibido en la Nunciatura por el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, junto con otras tres personas que denuncian abusos maristas, todos mayores de 50 años, de generaciones distintas de la de Givovich, y que acusan abusos de Abel Pérez. De esa reunión quedó un acta que se difundió dos días después: ahí se reproduce el testimonio de Givovich. Dice que su abusador estaría en Bolivia, Cochabamba, y que "ha sido denunciado por dos víctimas (Eneas Espinoza, de Buenos Aires), de dos generaciones, por los mismos hechos".
Adolfo Fuentes, sin embargo, llegó esta semana a Chile, trascendió en los Hermanos Maristas.
En el entorno de Givovich dicen que existirían peritajes sicológicos y exámenes físicos que comprobarían la existencia de los abusos.
La Tercera se contactó con Isaac Givovich, quien declinó conceder una entrevista.