Alas 9.30, el nuevo general director de Carabineros, general Hermes Soto, se reunió con efectivos de Fuerzas Especiales en Lo Espejo. Fue en esa actividad, la primera en el cargo, donde dio los primeros lineamientos de su gestión y su postura sobre las irregularidades detectadas en la Operación Huracán. "Soy un carabinero de verdad, comprometido con la institución y con el país (...).

Las situaciones que nos ocurrieron no las comparto, los tribunales de justicia dispondrán de ello como corresponde, la fiscalía está haciendo las investigaciones que corresponden, nosotros vamos a entregar todos aquellos antecedentes que se requieran. Espero que no nos vuelvan a ocurrir situaciones de esa índole", dijo.

Este fue el puntapié inicial de una jornada de cambios en la institución policial, dado que fuentes cercanas al Alto Mando, Soto está elaborando las propuestas para hacer profundas modificaciones, las que estarían enfocadas a repotenciar las labores preventivas y operativas. Con esto busca terminar con una "hipertrofia" en los departamentos enfocados en la investigación e inteligencia. Ese fenómeno comenzó tras el atentado al Subcentro ocurrido el 8 de septiembre de 2014: a horas del ataque, el entonces general director Gustavo González creó la Dirección Nacional de Inteligencia, Drogas e Investigación Criminal y designó a Bruno Villalobos en el cargo. Con esto se fusionaron los departamento que combatían el tráfico con los que tenían a cargo indagatorias de alta complejidad, como los atentados en La Araucanía y los bombazos.

Eso generó que el rol del jefe de Inteligencia subiera a los primeros puestos en la institución, desplazando a la Dirección de Orden y Seguridad, que es la que se encarga de los procedimientos policiales por delitos que afectan a la comunidad. Durante el mandato de Villalobos, que asumió en 2016, esa idea se fortaleció, siendo su mano derecha y reemplazante en dicha dirección Gonzalo Blu, la segunda antigüedad en la línea de mando. Pero eso cambió esta semana con la salida de ambos y la designación de Soto.

Este plan se lo comunicó ayer a 18 generales en un almuerzo en el Club de Carabineros, en calle Dieciocho. En la cita, Soto les dijo que el énfasis de su mandato iba a ser potenciar el lado operativo y de prevención, por lo que les señaló que iba a pedir al gobierno más recursos para aumentar la dotación de efectivos en la calle. Con eso, busca reforzar la cercanía con la gente y que la institución vuelva a estar en los primeros lugares de valoración, dado que su imagen cayó a niveles históricos después del millonario fraude.

Durante la tarde, el general director trabajó en la conformación del nuevo Alto Mando. Trascendió que decidió pasar a más de 10 generales a retiro, sumados a los cinco que salieron de la institución esta semana. Es decir, más de un tercio del cuerpo de altos oficiales, que en total suma 41, incluyendo al general director. Con esto busca sacar de la institución a altos oficiales vinculados a Villalobos y aplicar una "retroexcavadora" para hacer reestructuraciones profundas. De concretarse esa modificación, en tres meses se pasará a retiro a una treintena de oficiales del Alto Mando, dado que el 18 de diciembre Villalobos sacó a otros 11 generales. Esta es la modificación más grande al cuerpo de generales luego de que Rodolfo Stange salió de la institución en 1995.

De acuerdo a las fuentes, los cambios vendrían en reparticiones como Orden Público, Investigación criminal, Bienestar, Compras, Finanzas, Asuntos Internos, por ejemplo. Otro factor que se analizó fue que no estuvieran ligados a investigaciones administrativas y penales.

"El Presidente me ha instruido para que iniciemos nuestras gestiones, hagamos lo que tenemos que hacer, reestructuremos los sistemas que lo requieran, para que, en definitiva, Carabineros vuelva a ser la institución que la comunidad necesita. Reestructuración del Alto Mando a la brevedad posible, en lo que ya estoy trabajando, y además hacer una auditoría interna con empresas externas que nos den la tranquilidad de que las cosas se están haciendo bien", detalló Soto durante la actividad de la mañana.

Además, en esa instancia, indicó que los cambios a los departamentos de Inteligencia en que se trabaja buscan "poder mejorar el servicio que esa unidad requiere (...). La vamos a revisar, y si es necesario modificarla. Por supuesto que comparto que hubo errores". De acuerdo a altas fuentes de la institución, uno de los generales que podría llegar a ocupar el cargo de director de Inteligencia es Álvaro Altamirano, director de Control de Drogas. Él tiene un perfil operativo, además, es jefe del Departamento OS-7 y dirige la investigación del fraude en la policía uniformada.

Análisis

Daniel Johnson, director ejecutivo de la Fundación Paz Ciudadana, valoró que en Carabineros se promuevan las labores operativas por sobre las de inteligencia. Incluso va más allá, y cree necesario dejar "claramente" establecido en qué indagatorias debe actuar Carabineros y la PDI. "El perseguir delitos nos genera un costo país enorme. Un delito prevenido, en tanto, es mucho más efectivo y eficiente", dijo.

Para Juan Enrique Vargas, académico de la Facultad de Derecho de UDP, los cambios a la institución no reflejan el paso desde un aspecto al otro. E interpretó que la designación del Presidente no buscó pasar desde una policía más investigativa a una más operativa. "Creo que buscaron al general más limpio de todos", señaló.

No obstante, sí coincide en la obligación de reordenar las labores policiales. "Se debe hacer una reforma sustantiva en Carabineros. Entre ello, concentrar las labores de investigación en la PDI y enfatizar a Carabineros en su labor preventiva de orden público".