Una postal similar a la que dejó el megaincendio del año 2014 se podía ver esta mañana en la parte alta de Valparaíso, luego del siniestro que afectó a 245 viviendas en los cerros San Roque y Rocuant, previo a los festejos de Navidad. La madera carbonizada y las estructuras desnudas de las casas revelaban el severo daño que habían padecido por la intensidad de las llamas, que no dieron tregua.

Algunos habitantes habían sorteado incendios anteriores, pero ahora no corrieron la misma suerte pese a la rápida acción de bomberos. Acusaron la supuesta falta de fiscalización de las autoridades en terrenos que se han transformado en verdaderos basurales, además del funcionamiento poco regular de la red de grifos que abastece a Bomberos en este tipo de emergencias.

Cristián Apablaza, quien vive hace 31 años en cerro Rocuant, comenzó con el retiro de escombros de su vivienda junto a familiares. Debió salir con su madre del incendio, mientras se quemaban sus pertenencias. "Acá los bomberos no dieron abasto. Hay grifos, pero hubo un momento en que no había agua y tenían que bajar a buscarla abajo, y luego los mismos bomberos tenían que subir", sostuvo.

Además, agregó que en la parte alta de Rocuant el incendio se propagó por existencia de basureros clandestinos. "Arriba la gente mantiene limpio su sector, pero hay camiones de constructoras que vienen y botan la basura. Allá arriba una persona tenía un basural porque le pagaban por el ingreso de camiones".

En cerro San Roque el escenario era el mismo. César Herrera, quien vivía con 11 familiares en su terreno, relató que "acá se quemó completo, porque el fuego comenzó en Rocuant, al frente, cuando se formó un cordón de fuego. Los bomberos no tenían agua; no había agua en los grifos. No había mucha presión. Son instalaciones muy antiguas".

El comandante de Bomberos de Valparaíso, Rodrigo Romo, sostuvo las fallas en la red de grifos complicó sus labores. "Hubo momentos que no tuvimos suministro", dijo. Al respecto, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, indicó que "la mantención del buen estado de los grifos es responsabilidad de Esval y la fiscalización de ellos le corresponde a la Superintendencia de Servicios Sanitarios".

Desde Esval, el subgerente de zona, Alejandro Salas, indicó que "durante todo el incendio, toda la presión del agua se concentra en los grifos. Por eso puede ocurrir que en los primeros minutos la presión del agua baje o incluso el suministro presente intermitencias en algunos hogares. Los grifos por sí solos no apagan incendios, por eso es tan importante que la gente no los manipule ni dañe".