"Me gustaría que esas palabras fueran solo personales, propias de alguien que vivió en otra época, y que un obispo actual saliera a refutarlo, a decir que esa visión no es correcta, que no es cristiana, pero desgraciadamente nadie lo hace. Y ese tipo de mirada ya pareciera algo institucional". Así lo manifestó hoy Osvaldo Aravena, vocero de los Laicos de Santiago, respecto de los dichos del cardenal Francisco Javier Errázuriz a la Fiscalía de Rancagua.
A fines de marzo (jueves 28 y viernes 29), el prelado fue interrogado durante 12 horas, en calidad de imputado, por eventual encubrimiento, en la causa donde el Ministerio Público indaga abusos por parte del clero.
En esta instancia, según publicó Reportajes de La Tercera, Errázuriz respondió 261 preguntas, en las cuales en 35 oportunidades, ante consultas directas de por qué no abrió investigaciones tras denuncias de posibles víctimas, dijo "no me acuerdo".
En una de sus respuestas, el prelado también señaló la frase cuestionada por Aravena: "Es mejor que no haya sacerdotes homosexuales. No está excluida una persona que domina totalmente su homosexualidad, pero la mayoría quiere tener la certeza de serlo, y hacen actos de homosexualidad".
Según el laico, "el tema de la orientación sexual revela cómo se enfrentan otras temáticas actuales, que son de importancia para muchos chilenos creyentes, que no se sienten representados por sus pastores. El cardenal ya no es la autoridad en la Iglesia de Santiago, pero no escuchamos a nadie que salga a decir algo en contrario".
Una opinión similar expresó Juan Carlos Claret, miembro de la agrupación de laicos de Osorno. "Nos preocupa el doble discurso que pareciera existir en nuestra Iglesia para ciertos temas. Algunos aún no aprenden que ser homosexual no es algo negativo. Y también es preocupante que cuando se le inquiere por denuncias de posibles víctimas, su respuesta sea el no me acuerdo. Eso no está a la altura de lo que el Papa le pidió a la Iglesia chilena".
Felipe Barraza, en tanto, uno de los voceros de la agrupación de laicos de La Serena, destacó que "acá nosotros tenemos un sacerdote que no quiere casar a una persona trans. Me parece que es una mentalidad muy negativa que todavía no se ha superado en el clero".