A las 10.10 de hoy, el Presidente Sebastián Piñera arribó por tercera vez a La Araucanía, desde que asumió como Primer Mandatario en marzo pasado. Entre quienes conformaban su comitiva se encontraban el ministro del Interior, Andrés Chadwick, y el titular de Desarrollo Social, Alfredo Moreno. El objetivo del viaje era presentar en terreno el Acuerdo Nacional por la Paz y el Desarrollo de La Araucanía, uno de los proyectos claves que el gobierno pretende impulsar en sus cuatro años de gestión.
Fueron más de 30 las propuestas que Piñera presentó a los pies del cerro Ñielol, en Temuco, algunas de ellas nuevas e inéditas, y otras que coincidían con lo planteado por la expresidenta Michelle Bachelet el 23 de junio de 2017, cuando anunció el Plan de Reconocimiento y Desarrollo Araucanía, en La Moneda.
Entre estas iniciativas se encuentra darle urgencia a la tramitación de los proyectos de ley que crean el Ministerio de Pueblos Indígenas. Al igual que Bachelet en 2017, el Presidente también anunció ponerle urgencia a esta iniciativa, la cual está desde mayo de 2016 en el Senado y actualmente se encuentra en segundo trámite constitucional.
Otra similitud está en la compensación a las víctimas de violencia rural en la zona. Bachelet propuso "apoyo a la recuperación económica de las personas y empresas afectadas por actos de violencia a aquellas víctimas que han sido afectadas con la pérdida de sus hogares en las regiones de Biobío, La Araucanía y Los Ríos".
En esa misma línea, el actual gobierno planteó la necesidad de ayudar "a las víctimas de la violencia y el terrorismo que han afectado en esta región. Y eso está relacionado con recuperación de actividades productivas, con permitir un reemprendimiento de muchas personas que lo perdieron todo".
El Presidente también anunció la inversión en infraestructura, salud, educación, caminos y medioambiente, lo que también recogía la iniciativa de Bachelet. La exmandataria dio a conocer la necesidad de tener "una fuerte inversión en obras públicas, infraestructura educacional, caminos básicos e indígenas y obras de agua potable rural".
Las coincidencias no fueron soslayadas por Piñera, pues manifestó que el acuerdo "no parte de cero. Quiero decir con mucha claridad y firmeza que hemos recogido los aportes de gobiernos anteriores, y muy especialmente el trabajo abnegado y fecundo que realizó el grupo presidido por el obispo Héctor Vargas, aquí presente, y que hizo un conjunto de propuestas, después de un largo proceso, a veces difícil, pero siempre con buena voluntad, de buscar acuerdos y de buscar entendimientos".
Interpretaciones
También hubo diferencias entre los planes. Piñera hizo un fuerte hincapié en la inyección de recursos para la zona, incluso fijando plazos y cifras en concreto.
El ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, indicó que "lo que se vivía hace seis meses era una desunión grande, muchos problemas de violencia y en la operación de la policía, poca claridad de cómo salir adelante de manera conjunta para tener un desarrollo que pudiera enfrentar problemas".
El senador Francisco Huenchumilla (DC), en tanto, señaló que "modificar la Ley Indígena es un tema complejo. No creo que sea fácil el acuerdo". Eso sí, el parlamentario valoró el acto del gobierno y deslizó una crítica a las administraciones anteriores: "Quiero insistir en el hecho político de que hoy, por primera vez, haya venido un Presidente de la República, en este caso un Presidente de derecha, a plantear un plan integral sobre La Araucanía, que no habíamos tenido".
Para Aucán Huilcamán, encargado de relaciones internacionales del Consejo de Todas las Tierras, "el plan en ningún caso se debe interpretar como fórmula para resolver las cuestiones de fondo entre el Estado chileno y el pueblo mapuche".
Quien valoró la medida fue el obispo de Temuco, Héctor Vargas, quien presidió la mesa de trabajo en la zona impulsada por el gobierno anterior. "Es muy grato ver que ese trabajo que se hizo, ha sido tomado en cuenta, de manera muy importante, en muchos de los anuncios que hizo el Presidente", dijo.
Además, Jorge Luchsinger Mackay, hijo del matrimonio asesinado en el atentado del año 2013, sostuvo que los hechos de violencia "no van a dejar de ocurrir el día de mañana; pero sí creo que el gobierno, con las medidas que ha ido instaurando desde que asumió, está logrando de revertir la situación".
Por su parte, el empresario Bernardo Matte, director y uno de los controladores de CMPC, y quien estuvo en la ceremonia, afirmó que "valoro que por primera vez hay un Presidente y un equipo que enfrentan, y de frente, el problema de La Araucanía"
En tanto, crítico se mostró Jaime Huenchullán, werkén (vocero) de la comunidad Temucuicui Ercilla y quien fue investigado en la fallida Operación Huracán, quien dijo que "todas las medidas van a favorecer al empresario, al latifundio, acompañado por la represión y la militarización que hoy día ha venido violentando a las comunidades con allanamientos, solo para garantizar seguridad a las empresas forestales y el latifundio".