Las condiciones del Consejo Asesor para levantar el confinamiento
Los expertos que asesoran al gobierno definieron cuatro criterios principales, que implican la disminución sostenida de los contagios, un mayor testeo y la caída del nivel de positividad de estos, así como el seguimiento efectivo de los contagios y una desocupación de las UCI. De cumplirse estos índices, plantean levantar las restricciones en forma gradual, con límite de personas, y con énfasis en la información que se entregará a la comunidad sobre este proceso.
La “leve mejoría” que mostraron las cifras de contagios en los últimos días, luego de tres meses de cuarentenas dinámicas, instalan la pregunta de cuándo el país iniciará la transición hacia la nueva normalidad, bajo qué criterios y cuáles protocolos deberán seguirse.
Y si bien aún no hay fechas, el gobierno ya está analizando algunos lineamientos. El Consejo Asesor Covid-19, compuesto por 10 infectólogos, epidemiólogos y representantes del Ministerio de Salud, entregó el viernes al gobierno una propuesta con criterios sanitarios que determinarían el momento propicio para la fase de desconfinamiento y una serie de recomendaciones para ponerla en marcha.
Al mediodía, los expertos se reunieron con el Presidente Sebastián Piñera y discutieron las sugerencias, que plantean un retorno gradual, tomando como referencia los casos como los de Nueva Zelandia y Alemania. “Cualquier apresuramiento en las decisiones de levantar las medidas en esta fase, puede implicar una nueva aceleración en los contagios”, advierten.
Así, se consensuaron cuatro criterios sanitarios: la situación epidemiológica regional y comunal; la capacidad de detección; la efectividad del seguimiento de casos y los recursos hospitalarios. Además, se detallan las condiciones para levantar las cuarentenas, cuándo estas se deberían reinstaurar y las fases para reabrir la vida social.
“El desconfinamiento no significa de modo alguno volver a las rutinas habituales de vida, sino que a una situación de menor restricción a la movilidad de las personas, manteniendo la distancia social, manteniendo una actitud vigilante y con capacidad de respuesta inmediata al menor indicio de un eventual rebrote”, advierte la propuesta.
María Teresa Valenzuela, integrante del Consejo Asesor Covid-19, dice que “estas medidas deben permitir el control total de la pandemia”.
Mientras, el exministro de Salud Osvaldo Artaza dice que es clave que el desconfinamiento sea gradual, organizando los tiempos de ingreso de los trabajadores, y que exista “una muy buena comunicación, para que haya una gobernanza de la crisis. Hoy no tenemos eso, porque hay un problema de credibilidad”.
Lo mismo cree Claudio Castillo, académico de Salud Pública de la U. de Santiago, quien dice que, para reiniciar las actividades económicas y educacionales, “el factor más crítico será el transporte público, porque no debería sobrecargarse. Por ello, hay que continuar con un teletrabajo regulado y con las medidas de distanciamiento social en las empresas”.
Carlos Beltrán, infectólogo del Hospital Barros Luco, dice que es clave que la gente comprenda que el desconfinamiento no es lo mismo que retornar a la vida normal. “El virus llegó para quedarse y tendremos que aprender a convivir con eso. Si volvemos a la vida que teníamos antes de la pandemia, habrá nuevos rebrotes”.
Lo mismo piensa la exsubsecretaria de Salud Pública Jeanette Vega, quien dice que el desconfinamiento tomará 18 meses, hasta que haya una vacuna. “En ese tiempo se debe mantener la capacidad de testeo y trazabilidad intacta, porque eso permite ver si hay que reconfinar. Este verano no vamos a estar en la playa, porque todo esto tomará un año y medio”, señala.
1.- Demanda asistencial en UCI
La propuesta describe como clave que la ocupación de camas críticas no supere el 85%, para que la red sea capaz de “tratar a todos los pacientes que requieran atención en sus diferentes niveles”.
María Teresa Valenzuela, académica de la Facultad de Medicina de la U. de los Andes e integrante del Consejo Asesor Covid-19, dice que este indicador se debería medir de forma regional y que es relevante porque “van a ocurrir otros brotes, en familias o grupos de trabajo, y hay que tener camas libres para enfrentarlos”.
Según la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva, el jueves las regiones de Antofagasta, O’Higgins y Metropolitana no cumplían el criterio y esta última tenía 94% de ocupación. A nivel nacional, en tanto, la saturación de las UCI llegaba al 88%. “Hoy sería impensable (bajar el confinamiento), porque todavía no tenemos camas UCI de forma holgada”, dice Valenzuela.
2.- Incidencia de casos
Se señala necesario que los contagios nuevos bajen de forma “objetiva y sostenida” durante 21 días, lo que implica que el número de reproducción efectivo del virus (el R) sea menor a 1 y se detenga su difusión. “Se definirá operacionalmente como área libre de coronavirus aquella con 0 casos nuevos en los últimos 28 días”, dice la propuesta.
La consultora de la OMS, Jeanette Vega, dice que para desconfinar, el R efectivo debe ser menor a 0,7 -es decir, que un enfermo contagie a menos de una persona en cinco días- “y debe haber una tasa de incidencia menor a 20 enfermos por cada 100.000 habitantes”.
El viernes, el Minsal reportó 3.548 casos nuevos, un alza respecto a los cinco días previos, que tuvieron cifras a la baja. Según el Centro de Modelamiento Matemático de la U. de Chile, las regiones de Arica y Parinacota, Atacama y Aysén tienen un R mayor a 1, mientras que la tasa de reproducción más baja está en la Metropolitana (0,65). Y según el último informe epidemiológico, hay 74 comunas con menos de 20 casos activos por cada 100.000 habitantes, donde viven 1,3 millones de personas.
3.- Testeo y nivel de positividad
El Consejo Asesor dispone que se examine rápidamente a quienes presenten síntomas. “Se sugiere adoptar el indicador de OMS de al menos una muestra por cada 1.000 habitantes por semana en cada localidad (municipio)” y que la positividad de los exámenes PCR sea menor al 10%. Según el reporte de ayer, el 23% de los test fueron positivos.
Carlos Beltrán, infectólogo del Hospital Barros Luco, difiere de este indicador, pues dice que hasta ahora los exámenes se aplican principalmente a quienes llegan a las Urgencias, por lo que es lógico que la positividad se mantenga, aunque caigan los casos. Además, como no circulan otros virus, dice que se debería considerar como caso de Covid a cualquier enfermo con síntomas respiratorios. “Lo central es hacer una buena detección de los casos sintomáticos, aislarlos y trazar sus contactos, para cortar la cadena de contagio”, plantea, ya que la variación de casos con síntomas sí permite medir el desarrollo de la pandemia. Los casos sintomáticos equivalen al 90% de todos los detectados y en el reporte del viernes fueron 2.703.
4.- Trazabilidad de contagios
El Consejo Asesor plantea que debe existir capacidad para seguir y aislar al 90% de los casos nuevos confirmados en menos de 48 horas, y para identificar y seguir al 75% de los contactos de esos casos durante 14 días. “El 60% de casos nuevos debe provenir de los contactos en seguimiento”, agregan.
El exministro de Salud y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. de Las Américas, Osvaldo Artaza, dice que para trazar es vital cambiar la mirada “hospitalocéntrica”, de testear solo a quienes acuden al hospital, pues “se corre el riesgo de dejar de contener la pandemia. No es posible reanudar las actividades si no se tiene el control sobre la pandemia y para eso la trazabilidad tiene que funcionar muy bien”.
Claudio Castillo, académico de Salud Pública de la U. de Santiago, agrega que para trazar bien a los contactos de los enfermos “primero hay que definir un tiempo máximo de 24 horas para tomar los exámenes y entregar los resultados y esa capacidad hoy no está instalada”.
¿Cuándo volver atrás?
Regresar al confinamiento. El documento de los expertos también plantea indicadores a observar por si es necesario volver a enclaustrar a la población. Dice que no se debe esperar a que los contagios aumenten para decretar de nuevo una cuarentena y que se debe observar a las conurbaciones como un todo, como es el caso de Santiago y Valparaíso, y no de forma comunal. Por ejemplo, se sugiere reinstaurar la cuarentena si los contagios nuevos diarios se duplican cada tres a siete días, para lo cual es necesario que haya un acceso oportuno a los test PCR, o si se observa una sobrecarga de la red asistencial, como falta de camas, ventiladores o si hay falta de personal médico.
También aconsejan atender las condiciones de vulnerabilidad de las localidades, como el nivel de aislamiento, dónde es más difícil acceder a un hospital y considerar sectores con alta densidad poblacional, como los cités y torres residenciales. “Este no es un virus estacional, afectó a Brasil con su calor, como afectó a Punta Arenas con su frío. Es decir, esto no se acabará en septiembre”, dice el infectólogo Carlos Beltrán.
Regreso en fases
La Organización Mundial de la Salud sugiere que el desconfinamiento sea en fases, cada una de las cuales debería tomar dos semanas, para evaluar su efectividad. Y el documento de los expertos recomienda elaborar un plan para volver al trabajo y a los colegios, y que permita abrir restaurantes, gimnasios, teatros y centros comerciales.
Esto requiere una “educación permanente a la comunidad” para mantener las precauciones de higiene, y “reforzar las medidas de aseo y desinfección de los espacios cerrados donde circulan personas”.
Por ejemplo, se podría comenzar con establecimientos pequeños, con menos de 20 personas, para seguir con aquellos donde circulan más de 20, pero con un bajo flujo, para luego reabrir aquellos de alto flujo, como centros de eventos o iglesias.
En todos esos momentos, advierten, se debería considerar la separación de al menos un metro entre las personas en todos los espacios -recintos y transporte público-, el uso de mascarillas, y la aplicación de restricciones vehiculares y alternancia de horarios de ingreso.
Otros criterios para la “nueva normalidad”
Estrategia comunicacional
Los expertos dicen que será crucial que la ciudadanía entienda las fases de desconfinamiento y sus criterios. “Se debe informar sobre los riesgos de rebrote y la necesidad de tomar nuevas medidas en caso que ocurran”, dicen. Con ello, se busca reducir la incertidumbre y que “la comunidad tenga un itinerario claro de cambios y contribuya a una mayor adherencia a las indicaciones de la autoridad sanitaria”.
Protocolos de funcionamiento
También sugieren que los organismos públicos y privados cuenten con planes y protocolos de continuidad de sus funciones en situación de pandemia, enfatizando las medidas de prevención, como la distancia física, la higiene y el autoaislamiento en caso de tener síntomas. El Consejo Asesor recomienda que esta labor sea supervisada por el Instituto de Seguridad Laboral y las mutuales.
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