Luego de años desde que desaparecieran sus preciadas piezas, el 23 de noviembre pasado un grupo de funcionarios de la Brigada de Delitos de Medio Ambiente y Patrimonio de la PDI encontró las reliquias que estas ocho personas buscaron por mucho tiempo. Sus pertenencias estaban entre las estatuas y otras especies de interés histórico del exfundo La Punta, en San Francisco de Mostazal, de propiedad del empresario Raúl Schüler.

Sus testimonios son parte de un informe de 34 carillas realizado por la PDI el 12 de diciembre pasado. En estas declaraciones en calidad de testigo, los dueños e integrantes de las instituciones dueñas de las especies robadas cuentan cómo perdieron sus antigüedades que ahora lograron reconocer en el fundo de Schüler.

Una de ellas es María Inés Cruz Barros: "Soy nieta de Guillermo Barros Hurtado, quien era propietario de una carroza, la que tenía en su casa en Curacaví. Posterior a la muerte de mi abuelo en 1982 se repartieron las distintas cosas que él tenía, dentro de ellas la carroza, la que quedó en manos de mi madre, María Inés Barros Echeñique. La noche del 15 de septiembre de 2012 ingresaron al domicilio de mi madre sustrayendo diversas especies, muebles y la carroza, por lo que hicimos la denuncia sin encontrar ninguna de las especies robadas, manejando diversos nombres de personas que trabajaban en la casa de mi madre y que pudieron cometer el robo, siendo todos de San Francisco de Mostazal". Agregó que la carroza que incautó la PDI en la casa de Schüler "es muy similar a la que tenía mi madre".

También declaró ante la PDI el diseñador Aldo Roba, encargado de la restauración de monumentos de la Municipalidad de Santiago. "En enero de 2014 fue sustraída la escultura denominada Polimnia, una pieza de origen francés, de la fundición Val D'Osne, traída a Chile en 1870 para ornamentar el cerro Santa Lucía". El 27 de noviembre fue a las dependencias de la PDI donde, según el informe, "reconocimos en un 100% la pieza artística la Polimnia que fue robada del cerro Santa Lucía".

Otra de las personas que reconoció una de las obras fue Raúl Rojas, jefe de seguridad del Cementerio General. El 24 de noviembre fue a la casa de Schüler, "donde reconocí ocho esculturas sustraídas", dijo. Luego, el 28 de noviembre acudió nuevamente y "reconocí ocho esculturas de mármol de Carrara". Agregó que en 2006 "Carabineros detuvo a una persona que estaba sustrayendo esculturas pequeñas en un auto rojo. Buscaré en mis registros si tengo más información".

En tanto, Fanny Canessa, funcionaria del Museo de Arte Colonial de San Francisco, encontró varias especies que pertenecían a su institución, entre ellas textiles precolombinos del norte, 18 cerámicas precolombinas, textiles con plumas de colores, morteros y piezas arqueológicas del sur del país. Además, identificó un rewe mapuche y dos palos de palín. "Estas especies poseen un avalúo aproximado de $ 60 millones", dijo.

Parque de los Reyes

La declaración que Schüler entregó el 17 de diciembre ante la fiscalía, publicada por este medio, generó reacciones en los galpones del Parque de los Reyes, lugar que el empresario identificó como uno de los sectores donde compraba las estatuas. El administrador del lugar, Osvaldo Muñoz, señaló que "ninguna de las esculturas que hemos visto en televisión (pesquisadas por la PDI) han estado en el centro comercial. Esas figuras no pueden estar acá por el tamaño y el peso. Así que si las vendieron, fue en forma directa".

La estatua que sí habría sido vista por locatarios del sector es la que Rubén Vergara tuvo entre sus antigüedades, descrita por Schüler en su declaración como la del "Arcángel Gabriel matando al diablo". Según indicaron fuentes del sector, la pieza habría sido comprada por otro anticuario de Los Reyes, por la suma de $ 1,5 millones, y le habría llegado a Vergara para ayudar a su venta, la que finalmente habría llegado a Schüler.

Cerca de la Plaza O'Higgins de Valparaíso está la calle Retamo, donde se ubican al menos tres acopios de objetos de colección. Uno de ellos habría sido frecuentado por Schüler. Asimismo, en la feria que se instala en el sector durante los fines de semana, un anticuario que lleva cerca de 40 años dedicado al rubro reconoce que desde "hace unos 20 años veo a Schüler dando vueltas".