A eso de las 9 horas, en la Facultad de Derecho de la U. de Chile figuran cientos de mujeres sentadas en un semicírculo en el patio central. Todas levantan la mano, todas quieren opinar y son escuchadas en un ambiente de completo respeto. A la entrada del recinto, desde el pasado viernes 27 de abril cuelgan lienzos que rezan frases como "hermana, yo sí te creo" y "queremos espacios seguros para todas". Estos mensajes se replican en los frontis de varias facultades del país. Quienes están detrás son alumnas con un objetivo común: erradicar la educación sexista y acabar con la violencia de género al interior de los planteles estudiantiles.
El inicio de este histórico movimiento de alumnas partió en la Universidad Austral de Valdivia, luego de que trascendiera que un docente, acusado de acoso sexual en contra de una funcionaria, sería despedido y por ello recibiría una millonaria indemnización. Este hecho detonó la molestia del alumnado y la toma de las dos sedes de la institución (Valdivia y Osorno). Dos semanas después se sumó Derecho de la U. de Chile, y desde entonces la cifra ha ido en alza.
Hasta este martes, 10 universidades tenían carreras paralizadas y/o facultades en toma. Las últimos en sumarse fueron las facultades de Psicología de la U. Diego Portales y de Ingeniería y Ciencias Sociales de la U. de Chile.
"Hemos sido testigos (sic) de distintos hechos de violencia que constantemente viven las mujeres en todo espacio social, y las universidades no son la excepción", manifestaron las alumnas de Ingeniería, luego de tomarse la torre central de la facultad.
Pero, en lo concreto, ¿cuáles son las banderas por las que luchan las alumnas?
Educación no sexista
El punto principal y en el que todos los planteles convergen es en eliminar la educación sexista. Un concepto amplio, que abarca desde el lenguaje que utilizan los docentes en las clases hasta agregar más bibliografía de autoras femeninas en la lectura complementaria, pasando por quitar el estigma de que algunas carreras son para mujeres o otras de hombres.
Eva Saavedra es vocera de la mesa de coordinación de Trabajo Social de la U. del Bío Bío. En su plantel no existe un protocolo, pero la educación no sexista "es el piso mínimo", que piensan exigir. "Parte importante de esto tiene que ver con incluir una bibliografía equilibrada en las carreras y que los profesores no hagan 'bromas' sexistas, aunque estén en una sala solo con hombres", sostuvo.
Mejora de protocolos
La creación o mejora de los protocolos internos que abordan las situaciones de acoso y/o abuso; denuncias que se demoran mucho tiempo en ser resueltas y otras que son declaradas inadmisibles son parte central de este problema.
"Hay una gran cifra negra de denuncias que nunca llega a puerto. Pedimos que se baje la discrecionalidad de los fiscales y que se cree una oficina centralizada que se haga cargo de las denuncias de género de manera integral", planteó Millaray Huaquimilla, vocera de la toma de Derecho de la U. de Chile.
En la U. Católica de Valparaíso rige un reglamento contra acoso desde marzo de este año. Y si bien Valeria Verdejo, secretaria general de la federación de estudiantes, reconoce que es mejor que el de otras universidades, es consciente de que con eso no se soluciona el problema de fondo.
Mallas curriculares
De la insuficiencia de los protocolos nace otra necesidad: que las mallas curriculares sean modificadas para que tengan cursos obligatorios con enfoque de género. En la U. de Chile proponen, en concreto, un ramo optativo para cada carrera, para que cada alumno haya cursado una materia referente a esto antes de egresar. "Esto es muy necesario para que nosotros como futuros abogados, por ejemplo, podamos hacer una sentencia con enfoque de género", dijo Huaquimilla.
Capacitaciones
Pero la transformación tiene que ser transversal. En varias facultades consultadas las alumnas concuerdan en que académicos y funcionarios deben ser capacitados en materia de igualdad de género. Verdejo señala que la obligatoriedad de esto es clave. "Hoy en la U. Católica de Valparaíso existe un curso de capacitación opcional para estos dos estamentos, pero de poco sirve si solo llegan los que están interesados. Hay que llegar a las personas que creen que el acoso o abuso no es un problema".
Mujeres a cargo
La presencia de más mujeres en cargos de relevancia, como la rectoría o los decanatos, también es otra de las exigencias. Luna Mansilla, secretaria de comunicaciones de la Federación de Estudiantes de la U. de Concepción, explicó que en su plantel -que se movilizó por denuncias internas y también en apoyo a las alumnas de la U. Austral-, "todos los cargos más relevantes son ocupados por hombres. Los ramos más importantes siempre están a cargo de ellos. Y en facultades como Ingeniería es mucho más evidente".
Interlocutor
Uno de los puntos que desde Derecho de la U. de Chile se plantea es que para lograr avanzar en sus demandas, requieren de un interlocutor superior. "Hoy día la toma no se baja aunque se destituya a Carlos Carmona, porque va a llegar otro profesor u otro estudiante con esa misma formación. Nosotras aún estamos viendo quién va a ser nuestro interlocutor cuando esto estalle, con quién nos va a tocar sentarnos a negociar. Quizás va a ser el Ministerio de la Mujer o el Ministerio de Educación, una comisión grande. Todo eso lo estamos viendo en términos de la articulación que esta movilización está teniendo", sostuvo Danae Borax, vocera de la toma.
Ante un movimiento que parece no dar tregua, este martes el Consejo Universitario de la Universidad de Chile sostuvo "que valora y comparte las demandas por igualdad de género y defensa de los derechos de las personas, junto con rechazar la discriminación, la violencia y el acoso sexual en todas sus formas y espacios".
El organismo sostuvo que pedirán abocarse con la mayor brevedad a proponer nuevas medidas urgentes e indispensables en esta materia.