La sorpresa al interior del Ejército por el procesamiento al excomandante en jefe Humberto Oviedo no solo impactó por el monto de lo supuestamente malversado: "Era militar, comando. El que abogaba por la anticorrupción", señalan fuentes de la institución, algo opuesto a lo de su antecesor, general (R) Juan Miguel Fuente-Alba, también encausado por la malversación de $ 3.500 millones.
Además de las diferentes percepciones que hay de ambos generales (R) en la institución, los antecedentes de la investigación judicial de la ministra Romy Rutherford expuestos en el procesamiento revelaron otras disparidades más prácticas.
Por ejemplo, según las declaraciones del exjefe de Inteligencia del Ejército Sucre Elgueta, y del exjefe de Finanzas de la Comandancia en Jefe, comandante Patricio Rozas, Oviedo se asignaba un "perdiem" de US$ 1.000 para viajar al extranjero, con gastos reservados. Este dinero era por día.
En el caso de Fuente-Alba, este, según su procesamiento en febrero de este año, se autoasignaba entre US$ 3.000 y US$ 5.000 para todo el viaje. Es decir, el monto no variaba, aunque fueran tres o 10 días.
Además, otra diferencia detectada es que Fuente-Alba habría gastado más en lujos y adquisiciones propias, pero que pocas veces se depositó el dinero en efectivo en su cuenta. Habría operado con testaferros. Oviedo no, pues entregaba dinero a generales en "perdiem" y además se detectaron 44 depósitos realizados por él en su cuenta corriente, entre 2014 y 2017, por un monto de $ 200 millones.