Cuando formalizaron a Felipe Rojas Lobos (25) el jueves pasado, como presunto autor del asesinato de su vecina y supuesta amiga Fernanda Maciel (21), el 10 de febrero de 2018, la fiscal Centro Norte Patricia Varas basó parte importante de su imputación en un Power Point realizado por el Servicio de Búsqueda de Personas (Sebv) de Carabineros, que exhibía el paso a paso de Rojas el día del crimen. Todos los movimientos fueron captados por distintas cámaras de vigilancia que se encontraban en las inmediaciones del sitio del suceso.

Según antecedentes de la fiscalía, el homicidio ocurrió en alguna hora después de las 17.30, en el interior de una bodega ubicada en calle Llaima, en Conchalí. Ahí Rojas, dijo la persecutora, se acercó a Maciel, le puso un lazo alrededor del cuello y la estranguló hasta matarla.

De acuerdo a las diapositivas que se encuentran en poder de Varas, todo comenzó ese 10 de febrero, a las 17.15 horas, cuando dos cámaras captaron a Rojas andando en bicicleta por la vereda norte de la calle Llaima. Los mismos dispositivos audiovisuales lo grabaron dos minutos después, a las 17:17 horas, parar con la bicicleta a la altura de la numeración 1635 de la misma calle, donde está la bodega.

Luego, a las 17.29 horas, las cámaras registraron a Fernanda Maciel saliendo de su casa, ubicada en la calle Puntiagudo 4943, en dirección a la calle Llaima. Caminó de oriente a poniente por la vereda sur. Luego, cruzó a la vereda norte y siguió en dirección al poniente. Un minuto después, se vio a la mujer caminando por la vereda norte de la calle Llaima, en dirección al poniente. Dejó de verse a las 17.30 horas con 20 segundos, producto de la vegetación. Luego a las 17.31 se ven dos perros que estaban adentro de la bodega, lugar donde se encontró posteriormente el cuerpo de Maciel.

Tras casi dos horas desde la última imagen que registró de Maciel caminando , a las 19.31 horas, se vio salir a la altura de la bodega a una persona en bicicleta en dirección al poniente, que todo apunta a que correspondería a Rojas. Las cámaras registraron su recorrido a las 19.39 por calle Puntiagudo y se le observó entrando a su casa (que estaba contigua a la de Maciel). Tres minutos después, a las 19:41 se vio al hombre salir a pie desde su casa en dirección al poniente, caminando por la vereda norte de la calle Llaima. Y luego, a las 19.55 horas, se le vio regresando a su domicilio.

De acuerdo a la reconstrucción que ha podido realizar la Fiscalía Centro Norte, en los días siguientes del crimen Rojas compró en una ferretería cal y cemento. Con estos elementos intentó ocultar el cuerpo de la joven. Lo logró con éxito por 499 días, hasta que el lunes de la semana pasada Carabineros halló los restos de la joven y su hijo aún no nacido enterrados a 70 centímetros bajo tierra, en la misma bodega donde fue vista por última vez. Fue, además, el sitio que la policía uniformada había revisado anteriormente en cinco oportunidades, sin obtener resultados.