Las intensas últimas semanas de Emiliano Arias en el Ministerio Público

Emiliano Arias

Tras 23 años al interior de la institución, hoy liderada por Ángel Valencia, el próximo viernes 24 de mayo el fiscal regional de O' Higgins dejará el cargo y, con ello, marcará el fin de sus labores en la entidad. Eso sí, los días previos estarán marcados por una serie de diligencias vinculadas a casos con repercusión nacional.


La cuenta regresiva que marca la permanencia del fiscal Emiliano Arias al interior del Ministerio Público comenzó a correr -formalmente- hace algunos días, cuando el fiscal nacional Ángel Valencia designó como nuevo persecutor regional de O ´Higgins a Aquiles Cubillos, quien hasta ese momento se desempeñaba como director ejecutivo de Aysén.

Y es que desde que asumió, “el halcón” -como apodan a Arias en el Ministerio Público por su afición a entrenar esta ave- tenía claro que su periodo culminaría este 2024. Por lo mismo, como revela en conversación con La Tercera, definido su sucesor planificó un traspaso ordenado del puesto, para lo cual fijaron reuniones semanales que sostienen sagradamente los días lunes.

“En este caso, no hay un protocolo de entrega de la región, lo que estimo que no es adecuado. Por eso, en un proceso que es inédito en la institución y una vez que Aquiles fue designado, le propuse hacerle esta entrega y estamos teniendo reuniones todos los lunes. Le estoy haciendo entregas parciales de cifras, estadísticas, de casos, lo que va unido a informes que me deben enviar los fiscales jefes y mis directivos para que así él pueda llegar a trabajar desde el día uno”, comparte Arias.

La medida dice relación, en parte, porque justamente durante los últimos meses el saliente fiscal regional asumió indagaciones complejas y que han tenido relevancia pública nacional. Entre ellas, la del secuestro del empresario Rudy Basualdo Castillo y la referente al padre del senador Javier Macaya, Eduardo, contra quien la Fiscalía pidió 12 años de cárcel por el delito de abuso sexual infantil reiterado.

Ambas causas se encuentran en etapas decisivas y son reflejo de los casos que han mantenido a Emiliano Arias sumergido en semanas con alta carga de trabajo. Porque también, una vez que Ángel Valencia llegó a la cabeza del Ministerio Público le asignó al persecutor una serie de otras pesquisas y labores administrativas.

Entre estas, se ocupó junto a su equipo en la capacitación de fiscales en materia de incendios, debió abocarse en el proyecto de fortalecimiento de la institución, le fue asignada la causa sobre estafas vía préstamos online, la de los vehículos robados que son comercializados y la referente a las denuncias de abuso sexual contra miembros de Legionarios de Cristo.

Junto con esto, además, asumió junto a Ignacio Castillo, jefe de la unidad especializada en Crimen Organizado de la Fiscalía Nacional, la elaboración del primer protocolo de actuación ante secuestros, el cual se encuentra en etapa final.

Raya para la suma, “el halcón” dice estar despidiéndose de la institución que ha integrado por 23 años tal y como a él le acomoda, “haciendo la pega de fiscal”.

“Yo no veo esta carga ‘final’ como un problema, o como un cacho. A mí me gusta investigar estas cuestiones que son complejas, difíciles, y estar desarrollando estas labores. Entonces, que el fiscal nacional me haya dado la confianza, es una muy bonita forma de terminar mi periodo. Es como decir ‘así como empecé, estoy terminando’”, sincera el abogado.

Emiliano Arias

Su “segundo tiempo” en la institución

En medio de la despedida de Arias del Ministerio Público -pues como asegura no hay otro cargo para él actualmente en la institución-, sin duda ha tenido espacio para reflexionar sobre el periodo en que estuvo suspendido y donde enfrentó una infructuosa solicitud de remoción de parte de su entonces superior jerárquico, el otrora fiscal nacional Jorge Abbott.

Es que el aún titular de la Fiscalía Regional de O’ Higgins se convirtió en el primer fiscal regional del Ministerio Público en ser formalizado. Fue imputado por el exfiscal Eugenio Campos -previa denuncia de su otrora ex brazo derecho, Sergio Moya- por haber ordenado a su secretaria ingresar al sistema de información interno de la fiscalía para rescatar antecedentes de una persona indagada por drogas, su sobrino, y luego enviársela a su hermana en Puerto Montt.

Fue absuelto en dos ocasiones, y aún así el exmandamás de la entidad buscó su salida anticipada. Pese a ello, tras pasar casi tres años apartado de sus labores, retornó y tuvo una especie de “segundo tiempo” de la mano de la administración de Valencia.

Ese tiempo de suspensión si bien reconoce que le impidió -quizás- lograr mayores éxitos investigativos, fue un periodo que define como de profundo aprendizaje.

“Mala suerte aquellos que nunca tienen problemas porque nunca aprenden. Haber pasado por eso, como investigador, me permitió aprender y si no hubiese tenido los problemas que tuve, quizás hubiese tenido más investigaciones y más éxitos investigativos, sin duda, porque las investigaciones que en su momento me quitaron iban bien encaminadas, pero haberme sentado en el banquillo de los acusados, haber participado en un juicio como imputados, me enriqueció”, sincera el fiscal.

Pese al apego que dice sentir por la institución, Arias asegura que su vocación de servicio no es tan amplia como para asumir desafíos que impliquen tareas distintas a la de un fiscal. Por lo mismo, llegado el 24 de mayo “el halcón” emprenderá vuelo lejos de la institución, y según los planes que hasta ahora tiene definidos, se posará en el estudio de su pareja, la exfiscal Marisa Navarrete, para desempeñarse como abogado particular.

Emiliano Arias

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