Las interrogantes tras el asesinato a sangre fría del comisario Valdés

Daniel Valdés
Daniel Valdés Donoso (42), comisario que fue asesinado en La Cisterna.

Daniel Valdés Donoso, comisario de la Bridepi de la PDI, murió tras recibir cuatro disparos. Su crimen, en un comienzo fue vinculado a un robo, sin embargo, con el paso de las horas han surgido otras hipótesis respecto al hecho. El funcionario de 42 años, murió en el frontis de su casa en La Cisterna, una comuna en la que vivió desde su niñez.


Cuando faltaban 20 minutos para las 10 de la noche de este martes 17 de enero, la tranquilidad de los vecinos de la zona sur de La Cisterna se vio interrumpida por una serie de disparos. Al salir, quienes habitan en las inmediaciones de la intersección de las calles Alonso de Ercilla con Goycolea se encontraron con una trágica escena: en la puerta de su casa Daniel Valdés Donoso (42), comisario de la Brigada Investigadora de Delitos de Propiedad Intelectual (Bridepi) de la PDI, agonizaba luego que desconocidos le dispararan a sangre fría para luego huir del lugar.

Los testigos declaran que Valdés recibió los impactos de bala cuando se encontraba en el antejardín de su casa conversando con un vecino mientras regaba sus plantas. En ese contexto, un sujeto -quien ocultaba su rostro- se les acercó, abrió fuego y disparó. El funcionario recibió cuatro disparos en su cuerpo, dos de ellos en su cabeza y otros dos en su tórax. Algunos testigos del hecho comentaron que se escucharon cerca de 15 disparos.

Tras recibir los impactos de bala, según indicó un vecino que llegó hasta el lugar, el comisario comenzó a ser auxiliado. El sujeto con el que estaba hablando, que era técnico paramédico, escapó y no pudo reaccionar ante lo que había visto. “Empezamos a llamar a los carabineros, a la ambulancia, pero no llegaba nadie, así que un vecino llamó a otro PDI que vive por acá”, relata uno de los habitantes a La Tercera.

Ese funcionario policial llegó rápidamente al lugar y a través de las comunicaciones internas de la institución comenzó a pedir auxilio apuntando que uno de sus filas estaba herido en La Cisterna. En minutos, la madre de Valdés había llegado al lugar, ya que vivía muy cerca. Fue ahí cuando llegaron carros de la PDI en uno de los cuales trasladaron al detective hasta el Hospital Barros Luco. Sin embargo, las heridas fueron mortales y en el recinto asistencial se confirmó su deceso.

Un portonazo descartado

El hecho, que dejó conmocionados a los vecinos del sector, está siendo investigado por la Fiscalía Sur. Las primeras versiones apuntaban que el homicidio del funcionario habría ocurrido en el contexto de un “portonazo” cuando llegaba a su hogar. Sin embargo, un video de seguridad de las inmuebles aledaños descartó de inmediato esa hipótesis.

Esto, porque según quienes han analizado las imágenes sostienen que se logra ver a un sujeto que desciende desde un automóvil blanco que se encontraba en las inmediaciones de la casa del comisario. Luego de eso, cruza la avenida Goycolea, extrajo de sus vestimentas un arma y abrió fuego a casi tres metros del policía. Tras la seguidilla de disparos, luego se vuelve a acercar a la víctima, que ya estaba en el suelo y abre fuego nuevamente.

Horas después del ataque, y desde el Hospital Barros Luco, el director de la PDI, Sergio Muñoz, calificó lo ocurrido como un “atentado”. Horas más tarde otro que desestimó la versión de un presunto robo fue el subsecretario de Interior, Manuel Monsalve. La autoridad señaló en radio Cooperativa que “en principio, evidentemente no fue una encerrona. Esa es una hipótesis que, por lo menos por la información que me ha entregado la PDI, está descartada”.

Los vecinos del sector, y quienes le prestaron los primeros auxilios al funcionario, sospechan que este hecho ocurrió por un encargo o venganza. Esto, porque según sostienen, el sujeto tras atacar al comisario le habría quitado su arma de servicio y su identificación.

Además, y la mayores dudas y sospechas que se levantan entre quienes conocían al funcionario es respecto a su trabajo. Esto, porque como el comisario es un funcionario de la Bridepi, dicha unidad constantemente hace operativos sobre ropa y productos falsificados. Aquello, sostienen los vecinos, lo habría vinculado con una serie de casos policiales ligados al comercio ilegal en el país.

La investigación del caso está a cargo de la Fiscalía Metropolitana Sur. De hecho, el mismo fiscal regional de dicha repartición, Héctor Barros, asumió la dirección de las indagatorias. Desde el Ministerio Público aseguran que por el momento no se descarta ninguna hipótesis investigativa. Las diligencias por su parte están siendo desarrolladas por la Brigada de Homicidios de la PDI.

Horas después del crimen, el vehículo en el que se transportaban los sospechosos fue encontrado en La Pintana y está siendo periciado.

La vida tras el PDI

Fuera de la casa de Daniel Valdés una vecina cuelga globos blancos. “Cuando me enteré de su muerte, me empezó a doler el estómago. No he podido ir a hablar con su familia, estoy muy afectada”, cuenta. Otros fueron a dejar velas, algunos evitan hablar de la situación. “Siento que estoy viviendo una pesadilla”, comenta una amiga de la familia del detective.

Desde pequeño vivió en La Cisterna junto a sus padres y hermanos. Hoy vivía solo junto a sus mascotas. Los vecinos lo recuerdan como alguien gentil. Varias veces ayudó a personas que sufrían asaltos en la zona.

En 1998 egresó del Colegio San Ignacio y luego estudió publicidad, pero su objetivo era llegar a la Policía de Investigaciones, como lo habían hecho varios de sus familiares. Allí entró como Oficial Policial Profesional en marzo del 2011. Dentro de la institución formó parte de las Brigadas de Investigación Criminal, Móvil Metropolitana y de Delitos Económicos, hasta llegar a la de Delitos de Propiedad Intelectual en 2021.

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Frontis de la casa del comisario Daniel Valdés, lugar donde ocurrió el ataque. FOTO: DIEGO MARTIN/AGENCIAUNO

Tenía un hijo de 13 años, hacía todo por él. Una vez se rapó el pelo porque el niño quería hacerlo”, dice un amigo del detective. También recuerda cuando hacía asados en su casa e invitaba a todo el mundo.

Daniel Valdés tenía una costumbre. A las 21.30 salía a regar las plantas que se encuentran fuera de su casa y alimentaba a su gato y otros que viven en la calle, cuenta un conocido del detective. “Era animalista, los tres hermanos lo son, uno de ellos es veterinario”, comenta otra vecina.

Casi a la misma hora de aquella rutina cotidiana fue asesinado. De hecho, la tierra de las plantas aún está húmeda, un gato negro juega fuera de la casa y su perro ladra, todo esto a sólo horas de este trágico crimen que enluta a la PDI.

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