Uno de los pilares de la reforma de salud que impulsa el gobierno del presidente Gabriel Boric apunta a potenciar la Atención Primaria en Salud (APS). En la administración actual, de hecho, han considerado el mejoramiento de estos servicios como “el corazón de la reforma”. Ahí es donde apuestan las fichas, aún a la espera, eso sí, de los lineamientos para llevarla a cabo.

Por lo pronto, el jueves 21 de septiembre el Ministerio de Salud publicó en el Diario Oficial, como cada año lo hace el Minsal de turno, las metas fijadas para este tipo de centros de salud para 2024, las que en algunos casos -no todos- apuntan un poco más alto que en 2023, sobre todo aquellas referidas a la salud bucal.

En ese documento se establecieron objetivos claros para ocho áreas: desarrollo psicomotor, detección de cáncer en cuello uterino, salud bucal infantil, diabetes tipo dos, hipertensión arterial, lactancia materna exclusiva, cobertura de tratamiento en personas con asma y participación social.

Formalmente la APS es la estrategia estatal de coordinación intersectorial que permite la atención integral e integrada, desde la salud pública, la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación del paciente en todos los niveles de complejidad, a fin de garantizar un mayor nivel de bienestar en los usuarios. Por ello, como ya se ha dicho, el gobierno de Gabriel Boric ha fijado allí el “corazón de la reforma” que quiere impulsar.

En ese contexto y a modo de ejemplo, se fija que a fines de 2024 el 90% de los menores entre 12 y 23 meses diagnosticados con riesgo del desarrollo psicomotor estén recuperados. Asimismo, determinan que el 16% de los niños de seis años estén libres de caries y el 41% de quienes estén en el rango etario de cero a nueve años tengan un control con enfoque de riesgo odontológico.

Respecto a las enfermedades crónicas, como la diabetes, establecieron como meta alcanzar al menos un 90% de evaluación anual del pie diabético en personas con diabetes tipo dos. Mientras que, por otro lado, se fijó un 45% de cobertura efectiva para las personas que tengan hipertensión arterial.

En tal sentido, el documento agrega que “se espera que las comunas que el 2023 registren un cumplimento inferior de la meta fijada, avancen al menos en un 50% de la brecha de 2024″. Y es que, en concreto, el no cumplimiento de metas no acarrea sanciones, mas sí exigencias de ser alcanzadas al año siguiente y, según se lee en el documento oficializado la semana pasada, “sobre dicha base se evaluará el desempeño de cada entidad administradora y se harán los traspasos de fondos correspondientes”.

Mario Villalobos, quien fue el primer director nacional de odontología del Minsal y exdirector de salud de La Reina, advierte que “sin duda uno de los problemas pospandemia es retomar los controles de personas con enfermedades crónicas. Hay que retomar y enfrentar los desafíos de pacientes crónicos y buscar nuevas estrategias de apoyo. Eso, sumado a un equipo de salud desgastado y estresado con temas de salud mental”.

Para prevenir el cáncer de cuello uterino, la autoridad sanitaria estableció como meta para 2024 el 80% de cobertura de tamizaje para personas entre 25 y 64 años que cuenten con PAP en los últimos tres años o test de VPH en los últimos cinco.

En ese contexto, Luis Castillo, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la U. Autónoma y exsubsecretario de Redes Asistenciales, afirma que “son metas aceptables y creo que cada centro de atención primaria de las comunas está capacitado para cumplir con esto. A mí me parece de mucha importancia las que fijaron de prevención de cáncer de cuello uterino, hay que trabajar mucho en la prevención”.

En comparación con las metas generales fijadas el año pasado, hay algunos cambios. Por ejemplo, aumentó la cobertura de salud bucal en niños, pues si antes se buscaba que un 15% de los niños de seis años estuvieran libres de caries y un 35% de menores tuvieran controles de riesgos odontológicos, para 2024 será 16% y 41%, respectivamente. Hay otros temas, como la cobertura de tamizaje para cáncer cervicouterino, y la cobertura de tratamiento para el pie diabético y la presión arterial, en que las metas son las mismas que en 2023.

La APS tiene un acápite especial en el presupuesto sanitario y, por ejemplo, para este año el gobierno aumentó en más 255 mil millones este ítem, por ser, justamente, el eje central de su anhelada reforma.

Alerta en la red

Por otro lado, Villalobos advierte que hay obstáculos importantes de mirar en la actualidad, como por ejemplo la reducción de personal sanitario por las personas a honorarios Covid que dejaran la red asistencial los próximos días: “Hay alarmas que se pueden encender con el cumplimiento de estas metas, porque estamos todos comprometidos con que se cumplan, pero hay externalidades que pueden complicar los objetivos que se establecieron”.

De hecho, este martes el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, y los representantes de los funcionarios sanitarios, se reunieron para abordar la situación, pero el Minsal les ratificó que mantendrán la decisión de desvincular a 6.347 de los 12.417 honorarios Covid que todavía permanecen trabajando. También la autoridad explicó que sus contratos terminarán en dos tandas -30 de septiembre, los primeros, y 31 de octubre, los restantes- manteniendo a 6.070 que la cartera catalogó con funciones que no pueden dejar de realizarse.