La semana que termina dejó tristes récords sanitarios en el país. Ayer se registraron 4.276 nuevos contagios de coronavirus, la cifra más alta en los 80 días desde que se detectó el primer caso local, y 41 personas fallecidas, lo que eleva a 630 el total de decesos y a 61.857 los contagios.

Solo entre el lunes y ayer, se contabilizaron 18.076 nuevos enfermos, un tercio de todos los casos registrados desde el 3 de marzo, cuando se confirmó el primer positivo. La curva subió tanto, que ahora Chile es el 16° país con más casos del mundo, superando a México, y ayer fue el quinto que reportó más enfermos nuevos, junto a Estados Unidos, Rusia, Brasil e India.

En parte, las cifras se explicarían por la cantidad de exámenes PCR que se están realizando, superior a cualquier nación de la región. Pero también es cierto que la infección lleva tres semanas sin dar tregua, haciendo que se alcance los 318 contagiados por cada 100.000 habitantes, la tercera tasa más alta de América, después de la de EE.UU. y Perú.

Esto mantiene a los recintos de salud trabajando al máximo. Según la encuesta de la Sociedad Chilena de Medicina Intensiva (Sochimi) a hospitales y clínicas que manejan pacientes complejos, ayer el 96% de las camas UCI de la R. Metropolitana estaban ocupadas. La situación más dramática se vivió en el Servicio de Salud Metropolitano Occidente, que administra al Hospital Félix Bulnes, que estuvo a solo una cama de colapsar.

Ante ello, el Minsal ordenó a las clínicas reconvertir la mayor cantidad de camas posibles. ¿Qué áreas pueden oxigenar a las Unidades de Pacientes Críticos? Las salas de pabellones y de anestesia, áreas de recuperación, las unidades coronarias y la UCI pediátrica son las zonas que mejor podrían recibir un desborde de pacientes, de acuerdo a la planificación para ampliar la respuesta hospitalaria.

En el caso de las áreas pediátricas, hay poco más de 240 cupos UCI. Y mientras en primera instancia se optó por retirar desde estas unidades los ventiladores que estaban desocupados, hoy la estrategia consiste en desocupar estas zonas en los hospitales generales, trasladando a los pacientes hasta los hospitales infantiles.

Según la Sociedad Chilena de Pediatría, al 20 de mayo se habían entregado 100 camas críticas de niños a adultos, y de todos los ventiladores pediátricos en uso, dos tercios los tenían mayores de edad con coronavirus. Mientras, según el reporte de Sochimi, ayer había 120 pacientes en ventilación mecánica fuera de las UCI, principalmente en unidades de anestesia y en Urgencias, todos ellos en Santiago.

Alberto Dougnac, decano de la Facultad de Medicina de la U. Finis Terrae, realiza la encuesta diaria junto a Sochimi y cuenta que esas unidades, y otras intermedias, tienen las condiciones técnicas para absorber parte de la demanda: “Estas son de menor complejidad, pero actúan de base para enfermos que no están tan graves y que requieren de observación”.

Pero la conversión de camas no basta si no existe disponibilidad de ventiladores mecánicos. El subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga, informó que ayer quedaban 346 máquinas libres, menos que en días anteriores, pero que hoy llegaría al país un avión con ventiladores y la próxima semana arribarán dos embarques más. “En los próximos días esperamos recibir nuevos ventiladores, para llegar a 500 adicionales al 31 de mayo”, agregó.

Máquinas de anestesia

A eso se suma la reconversión de máquinas de anestesia. El presidente de la Sociedad Chilena de Anestesiología (Sach), Cristián Rocco, coincide con el cálculo del Minsal, que estima en 550 las máquinas de anestesia disponibles para realizar reconversión, de las cuales 200 están en la R. Metropolitana, pero advierte que “no todas las máquinas de anestesia del país sirven para ventilar este tipo de pacientes, ni todas las máquinas de anestesia se pueden poner a disposición para ventilar pacientes, porque se sigue operando a un número de personas”. Se refiere a cirugías que se hacen en las Urgencias y a los pacientes con intervenciones impostergables. Por eso, plantea Rocco, “cada institución debe dejar un número de máquinas de anestesia para la actividad operatoria mínima, que en este caso va a ser un poco menos del 20%”.

El timonel de Sach también recalca que el personal de salud para manejar estas máquinas podría ser el gran tope.

El jueves envió una carta a los anestesistas, llamando a sus colegas a poner de su parte para apoyar los equipos que están enfrentando esta pandemia en los distintos centros asistenciales. “El objetivo es ponernos a disposición para ayudar. Nosotros no solo estamos para ventilar pacientes con máquinas de anestesia, podemos hacer turnos en UCI bajo supervisión de un intensivista. Ya que bajó la actividad operatoria, podemos hacer turnos en otras unidades. La recepción que hemos tenido fue de unidad y ánimo, podemos juntos con la pandemia”, dice. Respecto de si estas máquinas cumplen las mismas funciones que un ventilador mecánico, dice que “las máquinas de anestesia son algo distintas, pueden cumplir las funciones de un ventilador convencional de intensivo, pero requieren más supervisión y mantención, ya que no están diseñadas para ventilación prolongada en cuanto a días”.

El ministro Mañalich esta semana ha recalcado que las clínicas han ido mucho más lento que los hospitales en cuanto a la reconversión de sus áreas para sumar más camas intensivas. Sobre ese tema, Rocco cree que la diferencia se explica debido a que la demanda ha sido mucho mayor en el sector público que en el privado: “El gran porcentaje de la población es Fonasa, por ende es el sistema público el primer afectado. Ahora que están llegando pacientes al sector privado, ellos rápidamente se alinearán, no me cabe duda”.

Hasta ayer, en todo el país, el Minsal registraba 4.647 personas hospitalizadas por coronavirus, el doble que hace 12 días, de las cuales 986 estaban en Unidades de Cuidados Intensivos.