Pasadas las 15.30 horas, el provincial de la Compañía de Jesús, Cristián del Campo, dio a conocer los resultados de la investigación que encargó la congregación para indagar sobre posibles abusos cometidos por el sacerdote Renato Poblete, luego de que en enero de este año se recibiera una denuncia contra el religioso.

De acuerdo a lo señalado por la investigación del abogado penalista Waldo Bown, se recibieron 22 testimonios de mujeres que sufrieron abuso sexual de parte del sacerdote entre los años 1960 y 2008.

Revisa las principales declaraciones: 

Denuncias

"Esta investigación comenzó gracias a la denuncia de la señora Marcela Aranda, pero después se recibió el testimonio de 21 mujeres más que sufrieron alguna experiencia de abuso sexual de parte de Renato Poblete entre 1960 y 2008. Dentro de las víctimas existen cuatro menores de 18 años cuando ocurrieron los hechos denunciados".

"Respecto del tipo de abuso, de esos 22 testimonios uno es el de Marcela Aranda, otros 16 se refieren a abusos sexuales de mujeres mayores de edad consistentes en un abordaje sexual inesperado y violento, en el que intempestivamente se intenta besa y tocar a la víctima. Cuatro de esos 22 casos corresponden a menores de 18 años, referidos fundamentalmente a besos y tocaciones de connotación sexual. En estos cuatro casos de menores, los abusos se generaron en el marco de relaciones de dependencia sicológica, moral o económica con las familias de las víctimas".

"El último caso se refiere a una relación estable y aparentemente consentida, en el que la víctima ha ido elaborando recientemente la situación abusiva en la que se encontraba".

"El informe llegó al convencimiento de que en el periodo de 48 años, Renato Poblete mantuvo seis relaciones estables por algún periodo de tiempo. No todas estas relaciones están planteadas como denuncias, pero el investigador estima la existencia de aspectos abusivos en al menos cinco de ellas".

"En el caso de los tres abortos denunciados, aún cuando no se conoció de otros casos que involucraran abortos, el investigador consideró que en al menos en uno de ellos habría antecedentes que corroboran la participación de Renato Poblete".

Responsabilidades

En cuanto a las responsabilidades individuales, la investigación recogió diversos antecedentes que dan cuenta de que existió un número significativo de personas, jesuitas y laicos que tuvieron alguna información de comportamientos inadecuados de connotación sexual del sacerdote Renato Poblete, los que fueron conocidos de primera fuente por terceras personas o a modo de rumor".

"El informa del abogado Waldo Bowm dice que no se encontró ningún caso de un jesuita que haya tomado conocimiento de abuso de menores, violaciones y abortos. Ninguna víctima señaló haber comentado este tipo de delitos a algún jesuita".

Encubrimiento

"El investigador no acreditó la existencia de encubrimiento, sin desconocer que corresponde al Ministerio Público y a los tribunales de justicia  determinar su existencia. Sin embargo, el informe señaló que algunos jesuitas recibieron algún tipo de información, la mayoría consistente en rumores o comentarios de terceros, lo que implicaría una responsabilidad ética en su actuar".

Perdón

"Luego de conocer los hallazgos más importantes de esta investigación quiero hacer un reconocimiento de nuestra responsabilidad institucional y expresar nuestra petición de perdón a todas y cada una de las víctimas de abuso. Lo primero y fundamental es el el valor de la verdad. Esta investigación nos ha permitido esclarecer los hechos abusivos y la responsabilidad de Renato Poblete a partir de la contundencia de cada testimonio".

"Hemos llegado a esta dura verdad gracias a la valentía de todas las personas que estuvieron dispuestas a compartir sus dolorosas y traumáticas experiencias de abuso, en particular de la señora Marcela Aranda".

"Quiero en nombre de la Compañía de Jesús pedirles perdón a las víctimas de abuso sexual en este caso y en los otros cometidos por jesuitas. El daño infringido ha sido enorme y en muchos casos tan grande que es difícil de dimensionar con palabras".

"Pedir perdón no obliga a las víctimas a perdonar, pero como compañía de Jesús queremos reconocer el daño que hemos hecho y que ustedes han sufrido tan profundamente. Deseamos la ocasión de expresarles personalmente la petición de perdón en los próximos días".

"Como Compañía de Jesús no solo en este caso, sino que también en otros casos de abuso, fallamos en reaccionar con decisión, diligencia y eficacia ante las noticias, informaciones y señales preocupantes. Esta inacción permitió que se llevaran a cabo abusos de gravedad, sin impedir que el comportamiento abusivo continuara. Pedimos perdón porque no actuamos con la prontitud y seriedad que se requería, con una mirada puesta en quienes estaban sufriendo en silencio".

"Nos avergüenza y desgarra saber que hay personas a las que hemos dañado".