Las pruebas presentadas por la Fiscalía en la formalización por el triple homicidio de carabineros en Cañete

Pasadas las 18 horas de esta jornada, y debido a la extensión de los alegatos, el juez Cristián Rosenberg de la Fuente, del Juzgado de Garantía de Cañete, determinó aplazar hasta mañana miércoles a las 14.30 horas la formalización de los imputados por la muerte de tres carabineros en un hecho registrado en abril pasado en esa localidad de la Región del Biobío.

Esto tras un operativo realizado este lunes donde Carabineros logró la captura de tres de cuatro de los presuntos homicidas, identificados como Jefferson y Felipe Antihuen Santi, además de Nicolás Rivas Paillao. Por su parte, existe un cuarto sujeto con orden de detención, Tomás Antihuen, quien escapó antes de ser capturado por la policía uniformada.

Y tras la extensa jornada de este martes, el fiscal regional de la Araucanía, Roberto Garrido, quien presentó una serie de elementos para probar la participación de los imputados en el hecho, indicó que “esta es una investigación muy compleja. Se trata de una indagatoria que parte sobre la base solo de indicios, no hay testigos presenciales ni víctimas que nos puedan dar cuenta de qué fue lo que ocurrió”.

“Por lo tanto, en la recopilación de antecedentes, la elaboración de hipótesis de investigación, la posibilidad de ir descartando algunas líneas de investigación y corroborar otras es lo que ha requerido todo este trabajo que nos permite hoy día presentar, desde nuestro punto de vista, de manera muy sólida una serie de elementos que justifican la imputación de cargos”, agregó el persecutor.

Consultado por el peso de las pruebas, principalmente del armamento encontrado en el operativo que culminó con las tres detenciones – y de las cuales el fiscal nacional, Ángel Valencia, indicó que “tienen características” similares a las usadas por carabineros asesinados-, el fiscal Garrido indicó que “el registro de los domicilios y de sus inmediaciones era fundamental y por eso es que se realizó junto a las órdenes de detención, para evitar alertar a los imputados y evitar que desaparecieran estos elementos de convicción”.

“Este trabajo ha dado resultados muy positivos para esta indagatoria que vienen a corroborar todos estos antecedentes que ya habíamos reunido: hemos encontrado parte de las protecciones de los funcionarios de Carabineros en el predio, hemos encontrado dos armas, las pistolas que los carabineros portaban también fueron encontradas ahí y también una escopeta que también pertenecía a los funcionarios”, agregó.

En este sentido, el fiscal destacó que “el hallazgo de estos antecedentes luego de requerir estas autorizaciones viene a ratificar y a ser otro elemento más en la demostración de la participación de estas personas en los delitos imputados”,

Asimismo, el persecutor indicó que en el operativo se encontró parte de las vestimentas de los carabineros, elementos de seguridad que portaban, etiquetas de sus chalecos antibalas.

“Estos hallazgos nos demuestran que las pesquisas realizadas, la recopilación de antecedentes, que se realizó de forma paulatina, no solo a través de un testimonio, sino que también del análisis de antecedentes, del levantamiento de perfiles biológicos que nos permiten hacer comparaciones, de las coincidencias balísticas, todo nos indica que estas personas efectivamente son quienes participaron en los hechos”.

Consultado por la protección que se entregará a un tío de los imputados, cuyo relato fue clave para su captura, el fiscal Garrido sostuvo que “hay varias personas que entregaron antecedentes que son muy valiosos y estas personas obviamente tienen la calidad de testigos protegidos. Al respecto se adoptan medidas, en ese sentido, de resguardar su identidad y el resto de las medidas de protección, si pretendemos que sean efectivas, no las podemos dar a conocer”.

En tanto, requerido sobre si el tío de los hermanos Antihuen tenga participación en el homicidio de los carabineros, el fiscal regional de la Araucanía indicó que las pruebas presentadas por la Fiscalía “no se basa solamente en la declaración de una persona, sino que en un cúmulo de antecedentes. No hay, por el momento, otras peticiones de la Fiscalía en cuanto a imputación, pero creo que los antecedentes que estamos recopilando, sin duda van a implicar un nuevo impulso a la investigación, es decir, abrir nuevas líneas de investigación y veremos qué es lo que ocurre una vez que tengamos el resultado de todas las pruebas y las pericias que hemos requerido a contar de estos nuevos hallazgos”.

Consultado sobre el rol del tercer detenido, identificado como Nicolás Rivas Paillao, quien no habría estado presente en el lugar donde se cometieron los asesinatos, el fiscal Roberto Garrido indicó que “sin perjuicio de que él no esté presente en el sitio del suceso (…), su participación nos parece fundamental y creo que está demostrada”.

“Él es la persona que provee armamento a los hermanos Antihuen para participar en las acciones de violencia, no solamente en este caso, sino que también en otros. La existencia de esta escopeta, la coincidencia balística entre lo que se encuentra en su domicilio y en el sito del suceso número dos también demuestra de que el armamento que él proporciona es el que se utiliza para matar a los funcionarios de Carabineros”, destacó.

Los hechos se dieron a conocer pasada la medianoche del sábado 27 de abril, mismo día en que Carabineros se aprestaba a celebrar un nuevo aniversario de la institución.

Esa noche, personal de Bomberos dio la alerta a la policía de un vehículo tipo camioneta que se encontraba en combustión en la ruta. La sorpresa fue tal cuando en el pick up del móvil se hallaron tres cuerpos calcinados y que correspondían a los cabos Sergio Arévalo (34), Misael Vidal (30) y al sargento Carlos Cisterna (43).

Hasta el momento, se sabe que las víctimas salieron de la Cuarta Comisaría de Los Álamos hasta esa zona luego de tres llamados al 133 efectuado por desconocidos quienes pedían auxilio por ser presuntas víctimas de un asalto.

Al llegar al lugar -según antecedentes preliminares- recibieron una ráfaga de disparos con escopetas y se cree -también- por las municiones halladas en el sitio del suceso (calibre .45) con fusiles. De hecho, uno de los disparos atravesó el motor.

Los uniformados se habrían bajado del vehículo para intentar repeler la emboscada, pero los disparos siguieron hasta que los tres -según fuentes del caso- cayeron sin vida en la ruta. Los atacantes habrían luego apilado los cuerpos en el pick up del vehículo, para luego rociar bencina y encenderles fuego.