El barrio donde se formaron "Los Prisioneros", la comuna del tradicional Instituto Miguel León Prado y de las casonas de El Llano Subercaseaux. Esa es parte de la postal de San Miguel, comuna de 107 mil habitantes que se ha identificado, históricamente, con la clase media, pero que desde este martes aparece ubicada en el quinto lugar del Índice de Calidad de Vida Urbana 2018, en un puesto similar a Las Condes, Vitacura o Providencia.
El estudio del Instituto de Estudios Urbanos de la UC y la Cámara Chilena de la Construcción contempla la medición de 93 comunas de áreas como calidad de las viviendas, conectividad, condición laboral, medioambiente, salud y negocios (ver infografía).
Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción, dice que San Miguel registra una "buena calidad de las viviendas y, con ello, ha mejorado su entorno. Esto fue posible por el desarrollo que permitió el plan regulador". Así, señala que como efecto dominó, se genera comercio, centros de salud y escuelas de mayor calidad, tal como ha sucedido en otras zonas del país, donde habitan 2,8 millones de personas.
El alcalde de la comuna, Luis Sanhueza, añade que han renovado los barrios en la última década con proyectos habitacionales. "En los próximos años se van a entregar 12 mil propiedades. Esto se ha visto favorecido por la presencia clave del Metro, autopistas que conectan con el centro y espacios públicos". Pero el alcalde advierte que el crecimiento de la población también trajo "atochamientos vehiculares y presión sobre el agua en algunas zonas". Por ello, agrega que se limitó la altura de los edificios a 10 pisos y se bajó la densidad por hectárea.
¿Por qué San Miguel subió del lugar 40° al quinto en un año? Arturo Orellana, académico del Instituto de Estudios Urbanos UC, explica que incidieron variables como la conectividad: se sumó la Línea 6 de Metro y se detectó que hay una mayor cantidad de inmuebles que pagan contribuciones, lo que allega recursos a la municipalidad, la que puede invertir.
Al respecto, el ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, afirma que esa comuna "es un buen ejemplo de la regeneración urbana, modelo que el gobierno pretende implementar. El ministerio tiene como prioridad la regeneración urbana, no solo en barrios vulnerables, sino que también en áreas centrales o del casco histórico", como el de San Miguel.
Contrastes
El ranking ubica en los primeros puestos las comunas de la zona oriente, como Providencia, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. La alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, señala que se obtuvo esta posición porque en su administración se han adoptado medidas como "seguridad, mejoramiento de espacios públicos, áreas verdes y oferta cultural". También tiene alta nota el nivel educacional de sus habitantes, además de acceso a las principales clínicas y hospitales (Del Salvador, Calvo Mackenna).
En la otra cara de la Región Metropolitana aparecen con déficit comunas como La Pintana y zonas rurales como Talagante y Peñaflor. Arturo Orellana, académico UC, afirma que en Santiago se presentan ambos polos, en parte, porque "el Estado ha discriminado: ha invertido en infraestructura solo en algunas zonas, se instala el metro y nuevos servicios educacionales o de salud. En cambio, no se piensa en las zonas más pobres, que tienen viviendas deterioradas y pocas áreas verdes para sus habitantes". La alcaldesa de La Pintana, Claudia Pizarro, dice que su comuna requiere de manera urgente "no seguir relegada en el patio trasero. No tenemos cuestiones básicas, como notarías o cajeros automáticos". Similar situación tienen otras comunas donde viven 4,5 millones de personas.
Pero en regiones también hay ciudades que destacaron en la medición, como es el caso de Punta Arenas, Coyhaique, Valdivia, Viña del Mar y Concepción.