Aumentar la dotación de personal al doble y potenciar la ciberinteligencia. Esas son dos de las prioridades del vicealmirante (R) de la Armada, Gustavo Jordán, el director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), quien fue designado por el Presidente Sebastián Piñera el 15 de noviembre, en reemplazo del abogado Luis Masferrer.
La ANI opera desde 2004 en un edificio en la calle Tenderini y se encarga de coordinar a los organismos de Inteligencia en el país, que lo componen las inteligencias de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, además de la PDI y Carabineros. Esta institución -que ha recibido cuestionamientos por diversas materias, que van desde aportar pocos antecedentes para aclarar los atentados explosivos de los últimos años hasta no anticipar la crisis social que empezó el pasado 18 de octubre- estaría próxima a cambiar.
Por ley, la entidad tiene 98 cupos de planta, pero hoy solo ocupa cerca de 40 de esos puestos y el resto de los funcionarios está a contrata u honorarios. En total, suman alrededor de 140 personas entre analistas, operadores y directivos -de profesión abogados, periodistas, ingenieros, sociólogos, técnicos en computación, entre otros-, distribuidos en seis divisiones.
Para Jordán es fundamental aumentar el número de funcionarios en al menos 120 personas más y ojalá llegar a los 250 trabajadores. Esto, porque -según quienes conocen la percepción de Jordán sobre el funcionamiento de la agencia- con el personal actual no están dando abasto.
Para concretar el ingreso de más gente a la ANI, su director ha conversado con Interior y Defensa. Así, entre otras fórmulas, el gobierno evaluaría -en el segundo trámite legislativo del proyecto de ley que moderniza el Sistema de Inteligencia del Estado (SIE) que ingresó y avanza en el Congreso- incorporar una indicación con un informe financiero más abultado, con al menos 50 personas adicionales a las existentes.
El proyecto de ley que moderniza el SIE fue aprobado en la sala del Senado el pasado miércoles en forma unánime. La iniciativa crea un Consejo Asesor de Inteligencia e incorpora nuevos organismos al sistema (como Gendarmería, Servicio Nacional de Aduanas, Unidad de Análisis Financiera y el Servicio de Impuestos Internos) y entrega mayores facultades para exigir información de inteligencia a las instituciones.
Actualmente, el presupuesto anual de la agencia es de cerca de $ 6 mil millones. A esto habría que sumar los $ 80 millones anuales que busca aumentar el gobierno para crear el cargo de subdirector de la agencia. Y a eso agregarle aún más dinero para costear el importante aumento de personal que busca Jordán, monto que aún no está visto presupuestariamente y que esperan tener claro para marzo o abril próximo.
El área más importante para la ANI es la de inteligencia, división que está a cargo del director de Inteligencia de la Armada entre 2017 y 2019, el contraalmirante (R) Allan Nettle. El exmarino fue nombrado por Jordán en enero y -según fuentes ligadas a la agencia- está reformulando los procesos internos de cómo se produce la inteligencia. Generalmente piden a esta sección que realice una investigación (que es lo que hace la policía una vez que ocurre un hecho delictivo), pero Nettle busca levantar información predictiva que alerte antes de que algo vaya a ocurrir.
La división con más personas en la ANI es la de contrainteligencia, la que, además, incluye un departamento de ciberinteligencia. Contrainteligencia está a cargo del abogado Jorge Chocair (exjefe de la Unidad Especializada de Cooperación Internacional y Extradiciones de la Fiscalía Nacional), y se dedica a analizar las amenazas que podría haber sobre terrorismo desde el exterior y de inteligencias de otros países que podrían estar funcionado en Chile y afectar la seguridad nacional. Entre los países aliados con los que Chile comparte regularmente información están las agencias de Italia, Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Brasil y Argentina.
Otra de las áreas se llama Gestión y Fuentes Abiertas, liderada por Antonio Marangunic (exjefe de Gestión e Informática en la Fiscalía Occidente) y se dedica a ver el logro de resultados, los factores de riesgo en procesos internos, el análisis de fuentes abiertas (por accesos a bases de datos del Estado) y a proveer información.
La sección de Asuntos Sectoriales está a cargo del carabinero (R) José Manuel Mauricio y se dedica a monitorear lo que ocurre particularmente en regiones o en sectores específicos de la productividad, como en sindicatos, o problemas medioambientales. Por ejemplo: conflictos que se pueden crear con agrupaciones de pescadores o movilizaciones que pueden tener los puertos.
También está el área de Coordinación del Sistema de Inteligencia, liderada por el militar (R) Jorge Velásquez, y de Finanzas, que estaba a cargo de Felipe Vache, quien renunció hace poco y lo reemplaza Fabián Martínez.