Ustedes proponen flexibilizar las evaluaciones, ¿de qué se trata?
Este es un debate largo en el sistema educacional. Aparte de resolver lo prioritario en esta crisis, hay que verla como una oportunidad de cambio. Mucho de lo que hagamos en este proceso de reorganización de nuestro sistema puede proyectarse a futuro. Respecto a las evaluaciones, por ejemplo, hace tiempo que la Agencia de Calidad de la Educación viene haciendo avances cualitativos con la propuesta de evaluaciones formativas y progresivas.
¿Por qué proponen no aplicar repitencias este año?
Estamos en una crisis compleja, con un país muy desigual, donde las respuestas también son desiguales, por lo que no podemos esperar que se siga evaluando de la misma manera. Entonces, cuando proponemos que no haya repitencias, es porque nos parece que lo importante es que los estudiantes aprendan lo necesario y que se retome una evaluación integral, que se preocupe de los escolares como personas. Pondría el énfasis en que los estudiantes aprendan lo básico y desarrollen habilidades y tengan un equilibrio socioemocional. De lo contrario, cualquier otro aprendizaje no será posible.
¿Cómo impactará esta crisis en el sistema escolar?
Un cambio que se puede aplicar ahora, y que tendrá consecuencias en el futuro es el del currículum escolar. Tenemos la posibilidad de replantearnos la gran cantidad de contenidos que tiene nuestro currículum comparado con el de otros países a los que les va bien en evaluaciones internacionales. Nuestro currículum está atiborrado de contenidos y si se hiciera una priorización curricular, los educadores podrían potenciar mucho más el desarrollo de habilidades y actitudes, porque si se aprenden los conocimientos nucleares, tendrías chicos que aprenden lo esencial y desarrollan habilidades para aprender todo lo otro. Este es un año pasa pensar cuáles son los aprendizajes prioritarios y en que se vuelve más importante que nunca desarrollar habilidades.
¿Qué significa cambiar hacia un enfoque de habilidades?
Por ejemplo, en Lenguaje es mucho más potente desarrollar habilidades de comprensión lectora, producción de discursos y aprender a escuchar y dialogar, porque eso sirve para cualquier disciplina. Y esto supone un tipo de evaluación cualitativa, un acompañamiento mayor y una mayor autonomía de los estudiantes. El esquema de evaluaciones tradicionales, que es más objetivo, quedaría un poco obsoleto.
También recomiendan no aplicar el Simce, ni siquiera de forma evaluativa. ¿Por qué?
Tiene que ver con la desigualdad de la que hablaba. Si se aplica una misma prueba para todos los escolares, es absolutamente inadecuado. Los diagnósticos deberían ser formativos, más localizados y focalizados en los territorios, y los colegios también tienen herramientas internas. Sería injusto para los niños aplicar una misma prueba Simce. Habría que mover la prueba para 2021, para que los colegios desarrollen sus planes de mejora.