La tarea del exministro de Educación Gerardo Varela era clara: mejorar la calidad en todos los niveles del sistema educacional. Y tras 151 días en el cargo, el segundo período más breve en la cartera después de Martín Zilic (125), no solo dejó inconclusa esa materia, sino que, además, sus opiniones y declaraciones polémicas terminaron eclipsando a una de las carteras más importantes. Algunos, incluso, les atribuyeron a sus palabra parte de las razones que explicarían la fuerte baja que sufrió el gobierno en las encuestas.
La última de las llamadas "varelicosas" fue la que más dolió en La Moneda. El 21 de julio, el ahora exministro señaló en un acto público que "los colegios debían hacer bingos para arreglar goteras y no pedir recursos al Estado", levantando una serie de críticas que él mismo se encargó de mantener vivas hasta hoy, cuando le respondió a la expresidenta Michelle Bachelet: "Ojalá tengamos más Estado y más bingos".
El abogado ya había recibido algunos llamados de atención del Presidente Sebastián Piñera semanas antes, y desde la Secom se monitoreaban sus apariciones públicas y sus puntos de prensa.
Este jueves, al dejar La Moneda tras la ceremonia de cambio de ajuste ministerial, Varela reconoció que "creo que hubo errores comunicacionales, pero lo importante es que queda un ministerio con un tremendo equipo al cual yo le agradezco toda la ayuda. Queda un desafío de calidad, quedan proyectos de ley presentados y otros en preparación".
En materia de gestión, alcanzó a presentar dos grandes proyectos en educación superior. Uno para que la gratuidad llegue al 70% de los alumnos más vulnerables de los IP y CFT y otro que crea el Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS). Sin embargo, el avance de ambas iniciativas ha sido lento.
Muchas de las gestiones que encabezó el abogado en el Congreso apuntaron a corregir aspectos de la reforma educacional impulsada por el gobierno anterior, por ejemplo, para postergar el inicio del nuevo sistema de admisión ("tómbola") en la Región Metropolitana.
La diputada María José Hoffmann contó que pudo ver de cerca la gestión del ahora exministro y afirmó que "más allá de los errores comunicacionales, él tuvo dos grandes virtudes: haber formado un muy buen equipo y haber realizado un trabajo técnico subterráneo que lamentablemente tuvo poca visibilidad". Y agregó que "logró cambiar el eje de la discusión sobre educación desde una contingencia ideologizada a poner el foco en la calidad".
En tanto, el diputado Diego Shalper (RN) manifestó que "hay que reconocer que Gerardo Varela, más allá de los errores que pudo haber cometido, intentó liderar una agenda muy importante, que era volver a centrar la discusión de educación en calidad".
Juan Santana, diputado (PS), manifestó que "este cambio responde "a la desprolijidad en el cargo y a la falta de sintonía con los desafíos de la educación pública".
Desde el movimiento estudiantil dicen que el cambio responde a "la presión social", según afirmó el presidente de la Feusach, Juan Pablo de la Torre. "Cometió una serie de errores con sus declaraciones y su situación no daba para más".