Entre el 6 y el 10 de diciembre, en dos grupos, se llevará a cabo una nueva edición de la Prueba de Transición para la Admisión Universitaria (PDT) con la cual miles de alumnos podrán postular a la educación superior, en alguna de las 45 casas de estudio adscritas al sistema de acceso centralizado que administra el Mineduc.
En ese contexto, varios planteles han implementado cambios en las exigencias de ingreso a sus carreras, sobre todo en la ponderación de Notas de la Enseñanza Media (NEM).
Desde la Subsecretaría de Educación Superior explican que en marzo del año pasado se anunció el inicio de un proceso de cambios, gradual pero profundo, a la admisión universitaria. Uno de ellos, agregan, dice relación con darles mayor espacio a las universidades para que puedan ponderar los tres factores de selección (pruebas, NEM y ranking de notas) de una manera más flexible, pudiendo definir el orden de relevancia.
Así, a partir de la admisión 2021 se permitió disminuir el requisito de ponderación mínima obligatoria de las pruebas, desde un 50% a un 30%, lo que abrió el espacio para un mayor peso del NEM y del ranking.
“En términos prácticos, lo que hemos visto es que las universidades, en general, han aumentado la ponderación del ranking y del NEM, lo que permite reconocer de mejor manera las trayectorias escolares de los postulantes”, dice Juan Eduardo Vargas, subsecretario de Educación Superior.
Uno de los casos más decidores es el de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, donde en la última admisión pidieron el 10% de NEM en sus 60 carreras, mientras que para el proceso venidero subirán hasta un promedio de 19,2% de notas de enseñanza media en las distintas carreras.
Y es que, aunque hay algunos planes que mantendrán el 10% de ponderación -como Derecho o Licenciatura en Biología-, lo cierto es que la mayoría de las carreras pasará a pedir el doble o más, con Ingeniería en Alimentos al tope, que ahora tendrá un 25% de ponderación de notas.
No son los únicos. La Universidad Católica del Norte pasó de pedir para el ingreso de sus carreras el 20,1% de promedio en notas en 2021, a los 24,3% que requerirá en 2022. Ahí también hay marcados ascensos, como las carreras de Ingeniería Civil, Analista Químico o Contador Auditor, que subieron de 20% a 35% de exigencia NEM.
En tanto, la Universidad de Magallanes mantuvo su propia tendencia de dar mayor relevancia a las notas de la enseñanza media (pasaron de 27,8% en 2021 a 28,1% en 2022).
“Hace varios años ya que la Universidad de Magallanes privilegia la trayectoria académica por sobre los resultados de las pruebas de admisión. En general entre NEM y ranking ponderamos el 70%, que es el tope para la mayoría de las carreras. Así, la Umag selecciona por trayectoria escolar principalmente, relegando las pruebas a un 30%”, señala Víctor Pérez, director de Admisión, Registro y Titulación.
¿La justificación? “La realidad de la región y de la propia universidad es que recibimos alumnos de colegios vulnerables que necesitan entrar a la educación superior y quedarse en la zona. Todos los alumnos se merecen tener la posibilidad de que, por su trayectoria escolar, logren postular y entrar a la educación superior y no quedar fuera por pruebas estandarizadas que los discriminan en forma negativa, sobre todo cuando en esos colegios no completan su currículum, ya sea por huelgas, por la pandemia o los problemas de la virtualidad”, añade el directivo, quien cierra: “Exigirles un alto resultado en esas pruebas los discrimina aún más y por ello la institución les da la posibilidad de que, si tienen buenos resultados escolares, puedan optar a estudiar una carrera”.
En tanto, en la Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem) también tienen ejemplos de carreras que apuntan más alto a la ponderación NEM para el ingreso, como Ingeniería en Administración Agrioindustrial, que pasó del 20% al 25%. “Se debe a que en cada proceso de admisión se estudia el perfil de los estudiantes que postulan a la universidad y se analiza la trayectoria de los estudiantes de tal manera de elegir los mejores indicadores de futuro rendimiento y permanencia. En esto nos parece que el NEM es un buen indicador”, expone Luis Sandoval, de la Dirección General de Docencia. En su caso, el NEM se decide tras un análisis que cada facultad hace y que luego deben ser aprobadas por el consejo académico de la institución.
Algo similar ocurre en la Universidad Austral, quienes presentan un alza en la exigencia NEM. Cristián Salazar, director de Estudios de Pregrado del plantel, justifica que “frente a los distintos escenarios de incertidumbre que han vivido nuestros jóvenes y considerando otros factores personales y sociales que pueden influir directamente en el resultado de una prueba de acceso al sistema universitario, como universidad hemos decidido valorar la trayectoria escolar en la admisión a nuestras carreras, elevando la ponderación en el ranking de notas y en las notas de enseñanza media, los cuales en su conjunto pueden llegar hasta un 50%”.
Dependiendo de la carrera, en dicha institución es posible apreciar distintas fórmulas y es materia de cada escuela esa decisión. “Hemos podido apreciar que estudiantes que han ingresado por estas vías de acceso más inclusivo, han demostrado buen rendimiento académico”, cierra Salazar.
Pero también hay casos opuestos, esos que para el proceso de admisión 2022 bajarán el porcentaje exigido en cuanto al NEM. Tal es el ejemplo de la Universidad Alberto Hurtado, que el año pasado tenía diversidad de exigencia en sus carreras (entre un 10% y un 15%) y que este año optó por equipararlas todas en un 10%, pero a la vez, incrementó lo exigible en cuanto al ranking de notas en un promedio de 15% por carrera, disminuyendo a su vez la ponderación de la PDT.
“Para la admisión 2022 realizamos ajustes a los requisitos de ingreso buscando ajustarnos a las tendencias del sistema nacional, que busca mayor equidad en el acceso, una modalidad más justa e inclusiva que reconozca con mayor énfasis la trayectoria escolar”, señala al respecto Lorena López, vicerrectora académica de la casa de estudios.
La Universidad Católica Silva Henríquez y la Católica del Maule también bajarán -aunque poco, entre el 1% y el 2% de promedio- sus ponderaciones NEM.
Otros planteles mantendrán la exigencia NEM inalterable. La Autónoma, la Central, la de Aysén, la de Concepción, la de Talca, la de Valparaíso y la de Playa Ancha son algunas de ellas.
“La Universidad de Playa Ancha no ha cambiado sus criterios de ponderaciones ni ha aumentado las exigencias en cuanto al NEM. Nos parece relevante mantener los criterios sin agregar requisitos adicionales, por tanto las ponderaciones se mantienen en torno a las históricas”, expone Ivonne Fuentes, directora general de Pregrado. Y añade, involucrando también al ranking de notas: “No tenemos el foco solo en la PDT, sino que también nuestro foco está en aquellos estudiantes que han demostrado ser buenos estudiantes durante la enseñanza media, que han obtenido buenas notas y que, por tanto, nos asegura que serán estudiantes que se pondrán al día en aquellas áreas deficitarias”.
La Adolfo Ibáñez también las mantuvo, “pero aumentó la del ranking -a cambio de una menor ponderación para las pruebas PDT- en todas sus carreras, como una forma de equilibrar mejor las distintas capacidades y talentos que la UAI busca atraer a sus aulas”, expone María Paz Siraqyan, directora de Admisión de Pregrado, quien además explica que las distintas ponderaciones se deciden en función de la evaluación y proyección del desempeño de los estudiantes con determinados puntajes, acorde al perfil académico de los programas de las carreras de la UAI.
Con todo, el subsecretario Vargas cierra: “Es importante aclarar que para el proceso de admisión 2022 siguen siendo las pruebas los instrumentos que, en promedio, muestran una mayor ponderación en el cálculo de los puntajes ponderados (sobre el 55%)”.