Sagrado Corazón de Apoquindo (Las Condes): "¿Por qué no lo hicimos antes?"

El colegio Sagrado Corazón de Apoquindo inició los estudios para dar el paso a un modelo mixto en 2016, luego de diez años de evaluación previa con el fin de decidir sobre la incorporación de varones a sus aulas. Ese mismo año se aplicó una encuesta a las alumnas, quienes en su mayoría se mostraron a favor del cambio.

Tres años después, el establecimiento ya es mixto. Al ser consultada sobre si hubo resistencia en la comunidad educativa frente a la transformación, la directora del colegio, María Soledad Cifuentes, dice que, por el contrario, algunos apoderados incluso le preguntaron: "¿por qué no lo hicimos antes?".

El proceso incluyó un itinerario de capacitaciones a docentes y funcionarios sobre estilos de aprendizaje de niños y niñas, explica la directora. En paralelo, la comunidad educativa realizó visitas a establecimientos mixtos. "A un mes de la entrada de los niños a prekínder, podemos decir que hemos tenido una muy buena experiencia", indica Cifuentes. También destaca la buena acogida que han mostrado las alumnas del colegio a sus nuevos compañeros. "Valoramos que tuvieron una actitud positiva", señala.

San ignacio de el bosque (Providencia): "Florece lo mejor de hombres y mujeres"

Las primeras alumnas que ingresaron al colegio San Ignacio de El Bosque lo hicieron en marzo del 2014, y llegaron a prekínder. Hoy, las estudiantes cursan cuarto básico y serán las primeras mujeres en egresar del establecimiento, que hoy suma 423 alumnas dentro de una matricula total de 1.800 estudiantes.

Su director, Jorge Radic, precisa que en los cursos que tienen mujeres la matricula está dividida en partes iguales y proyecta que, en el futuro, cuando egrese la última generación del modelo monogenérico, la matrícula del San Ignacio de El Bosque será 50% para varones y 50% para a mujeres. "Todavía hay una historia que recorrer. Estamos muy contentos con el paso que ha dado el colegio. Mi impresión es que va floreciendo lo mejor de los hombres y mujeres", añade Radic, quien enfatiza la importancia, en este tipo de transición, de las capacitaciones y el trabajo diario.

"Este es un tema que hay que trabajar con los estudiantes, las familias y los educadores. No es un hito que se agota en el inicio: creo que es un tema permanente. Nosotros mantenemos un un plan de trabajo anual de coeducación que contempla la formación de educadores", señala.

Liceo Arturo Alessandri Palma (Providencia): Las mujeres que repuntaron la matrícula

"Llegué a un colegio que estaba cayéndose al suelo en matrículas. Apenas llegábamos al 84% (de los cupos). Hoy, en cambio, estamos con un 94%. Mejoramos los índices de eficiencia interna con el ingreso de alumnas", dice René Sporman, director del Liceo Arturo Alessandri Palma, cuyo modelo monogenérico llegó a su fin en 2018 tras movilizaciones de los alumnos para pedir la incorporación de mujeres.

"Formamos un consejo escolar teniendo ya la aprobación de la comunidad y autorizamos el ingreso a mujeres", explica. Hoy ya son 340 alumnas, equivalentes a 40% de la matrícula, y espera que pronto lleguen a 50%.

Sporman afirma que no hubo gran resistencia, pero sí aparecieron "ciertas señales de exalumnos, quienes decían que se iba a acabar la verdadera historia" del liceo. No obstante, fueron comentarios que no duraron más de un mes.

El director insiste en que el resultado es positivo y destaca el acompañamiento que recibieron desde la Municipalidad de Providencia, que entregó apoyo para el cambio de infraestructura, como los baños y camarines, además de la realización de charlas sobre diversidad.

Instituto Alonso de Ercilla (Santiago): "La mayor resistencia fue de exalumnos"

Hace 13 años que el Instituto Alonso de Ercilla (IAE) recibe a mujeres, un cambio que fue aplicado a otros dos colegios de la Congregación Marista y cuyas transformaciones estuvieron a cargo del hoy rector laico del IAE, Pedro Díaz.

La autoridad escolar dice que fue una decisión que la congregación estudió durante 20 años, atendiendo "los cambios socioculturales que estaba experimentado el mundo". Para adoptarla tuvieron que modificar métodos pedagógicos, refaccionar la infraestructura y "cambiar el paradigma formativo de los educadores, quienes, obviamente, estaban acostumbrados al trato solo con varones".

¿Cuál fue la principal dificultad? "La mayor resistencia estuvo dada por los exalumnos, quienes veían en este cambio el riesgo de perder la identidad del colegio", dice Díaz, pero cuenta que a poco andar se sumaron al proyecto mixto.

Ante las discusiones que existen hoy en otros establecimientos, el rector plantea escuchar a la comunidad interna y también el llamado de la sociedad, a la luz de lo que ocurrió en el Instituto Nacional. "Hay que hacerse la pregunta, ¿qué pasa con aquellas familias que desean que sus hijas estudien ahí?", dice.