Los colores se toman la nueva ruta del Metro
La futura Línea 3 tiene carácter. Sus estaciones están pintadas con llamativas tonalidades que contribuyen a mejorar la experiencia de viaje, según sus diseñadores.
Cuatro de cada diez pasajeros del Transantiago viaja en el Metro cada día. No solo se trata del medio de transporte que los acerca a sus trabajos o sus lugares de estudio. Las instalaciones se han convertido en sitios de encuentro, de compras, descanso y lectura.
Debido a que este espacio público ya forma parte de las vidas de miles de capitalinos, la arquitectura también vio una oportunidad de "embellecerlos". Esa estética es recogida por la nueva Línea 3, que debutará en enero próximo. Se trata de un trazado de 22 kilómetros que unirá Quilicura y La Reina en media hora.
El tramo posee 18 estaciones que registraban hasta este fin de semana 98,1% de avance.
Esta semana, imágenes transmitidas a través de redes sociales permitieron apreciar vistas de la Estación Matta, ubicada en ese histórico barrio de Santiago Centro. Lo que más llamó la atención fue la tonalidad púrpura que predomina en el cielo de su pasillo central o mezanina. Otra estación vecina, Parque Almagro, ubicada en calle San Diego, exhibe un color amarillo en el arco de la mezanina.
Cada uno de estos espacios de la Línea 3 tiene su propio matiz definido, que también se plasma en los pictogramas o símbolos asignados a cada estación.
Louis de Grange, presidente de Metro, explica que el tren subterráneo ya dejó de ser solo "una solución como medio de transporte. También es un espacio público que aporta belleza a la ciudad". El directivo plantea que los nuevos diseños en los recintos "mejoran la experiencia de viaje de las personas". En este plano, de Grange recuerda que un pasajero puede llegar a pasar largo tiempo cada día en los trenes, por lo que la estatal ha intentado hacer los recorridos más amables.
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Parque Almagro ya instaló sus juegos de luces. Foto: Metro[/caption]
El arquitecto Sebastián Gray, académico en el área de urbanismo de la U. Católica, sostiene que los colores en las estaciones permiten que los usuarios puedan reconocer de inmediato en qué punto se encuentran y qué rutas deben recorrer para llegar a sus destinos. Agrega que las diferencias de colorido intentan imprimir una personalidad propia a estos sitios que "son naturalmente oscuros y sombríos por estar bajo tierra. Además, vemos que hoy las dimensiones de las estaciones son aprovechadas para exhibir arte de diversas maneras", como ocurre en Línea 1 con el mural de Mario Toral en la estación U. de Chile o las obras del artista Guillermo Lorca en Baquedano.
En Metro, asimismo, explican que la iluminación y el color de las estaciones "terminan siendo elementos importantes, pues ambos indican intuitivamente el camino hacia la superficie".
Afinan últimas obras en el exterior, jardines y fuentes
Por otra parte, a toda marcha laboran los trabajadores de las empresas contratistas de Metro para concluir los últimos detalles de las instalaciones de la Línea 3, cuyas operaciones está previsto que comiencen en enero próximo.
Aunque en la superficie de algunas estaciones aún se pueden observar escombros por retirar, materiales y camiones, otras muestran espacios más despejados tras los paneles que ocultan los trabajos desde la calle.
El alcalde de Ñuñoa, Andrés Zarhi, reconoce que los vecinos de las zonas en construcción no han denunciado haber sufrido molestias por los cierres perimetrales. Por el contrario, apunta, están "expectantes" ante la próxima apertura de la línea. "Habrá menores tiempos de viaje para los ñuñoínos, además descongestionará el tránsito vehicular", celebra.
Una de las estaciones donde se pueden apreciar las nuevas obras en superficie es Parque Almagro, recinto que posee 12 mil metros cuadrados. La estación debió ser emplazada a más de 25 metros de profundidad y, de hecho, una de sus escaleras posee esa enorme longitud.
En la superficie de la estación, ubicada en San Diego con Santa Isabel, se mantuvo el carácter del Parque Almagro, con césped bien conservado y una fuente de agua de color celeste. En el entorno también se mantuvieron los árboles, pues la municipalidad impidió removerlos sin autorización. Los vecinos, en tanto, apuestan a que la entrada en operaciones de la estación potenciaría el comercio local, caracterizado por una suerte de galería de libreros presente en las cercanías de la Iglesia de Los Sacramentinos desde la década de los 80, además del clásico sector dedicado a las bicicletas en calle San Diego.
Las inmobiliarias que tienen proyectos en esa área ya comenzaron a realizar campañas de marketing, aprovechando la presencia de la estación, rodeada de universidades y del parque.
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