La pandemia ha dejado al descubierto una serie de precariedades. Una de las escenas más penosas de estos días difíciles fue la gran cantidad de ciudadanos extranjeros acampando en las afueras de sus embajadas y consulados, en espera de ayuda para regresar a sus países. Y varias instituciones la entregaron. Fue en ese contexto, en silencio, casi de forma anónima, que tres colegios de Vitacura abrieron sus puertas a familias de Perú: el Saint George’s College, el Sagrados Corazones de Manquehue y el Liceo Amanda Labarca. En el primer recinto se encuentran 85 personas desde el viernes pasado, mientras que en el segundo fueron acogidas 53, desde el martes en la tarde.
“Nos sorprendió muy gratamente el colegio con la noticia, con un espíritu solidario de los sacerdotes de la congregación (...). Cuando se informó, la comunidad completa estuvo muy contenta, sabiendo que estas situaciones no son sencillas, porque se necesita un protocolo. Fue una decisión muy responsable”, señaló Mario Tapia, presidente del Centro de Padres del Saint George’s College.
La comunidad educativa se organizó tras conversar con el rector, el sacerdote David J. Halm. “Si bien el consulado peruano se hizo cargo de la alimentación, nosotros los apoyamos con bebidas calientes, artículos de aseo y otras mercaderías, y los profesores también les fueron a dejar queques y otras cosas. En un principio llegaron 86 personas, pero se tuvo que ir una por no respetar los protocolos”, explicó el representante de los apoderados de un colegio que, en los albores de la pandemia, fue un foco importante de Covid-19.
En el SS.CC. Manquehue la iniciativa también prendió rápido. “Ante la necesidad imperiosa de muchas personas que no han logrado retornar a sus países y están viviendo en la calle, con todo lo que eso implica, empezamos a considerar en serio la posibilidad de que nuestras dependencias fueran usadas para ayudarles. Tanto el Centro de Estudiantes como el Centro de Padres comenzaron a manifestarse a favor de que fuéramos albergue, y esto lo pudimos concretar a partir del llamado de Núcleo Humanitario, para recibir personas en nuestro colegio”, señaló Tomás Sanhueza, vicerrector de formación y encargado del albergue de emergencia.
Añadió que “desde el martes 23 ellas se están quedando en el recinto. Y lo que para Núcleo Humanitario fue una petición de espacio, para nosotros está siendo una oportunidad valiosa de ayudar”.
Núcleo Humanitario es una entidad que trabaja en conjunto con el Servicio Jesuita a Migrantes y con el Instituto Católico Chileno de Migración. “Se movieron distintas redes para ir organizándose y se armó un pequeño movimiento, al que yo me sumé”, contó Felipe González, representante de la ONG en el Manquehue, quien detalló también la situación del grupo: “Hay una mezcla entre migrantes que vinieron a trabajar y quedaron cesantes, temporeros y turistas. Un equipo de Núcleo ve estas situaciones y la va derivando a municipalidades y colegios”.
El enfermero técnico Joel Guerrero (34), oriundo de Chiclayo, es uno de los albergados en el colegio de calle Padre Damián de Veuster. “Ingresé a Chile el 15 de enero como turista, mi viaje iba a ser por 10 días, pero me gustó la fraternidad de la gente y me quedé por más tiempo. Se presentó lo de la pandemia y cerraron las fronteras. Un primo me acogió, pero el espacio era reducido”, relató. “Nos organizamos para reunirnos un día afuera del consulado. Primero llegamos como 80 personas; luego, la lluvia. Estuvimos en la calle sintiendo lo que es el frío en Chile. Ahí llegó Núcleo y nos está ayudando”, dijo.
Amanda Labarca
Ambos colegios recibieron la ayuda de la Municipalidad de Vitacura, que ya tenía la experiencia con el Liceo Amanda Labarca. “Ellos no nos comunicaron su decisión. Entonces, cuando supimos y como tenemos alguna experiencia, porque en nuestros colegios hemos tenido ciudadanos bolivianos y ecuatorianos, nos coordinamos para prestarles colaboración con nuestros protocolos, que han sido bastante exitosos, además de ver el tema de los exámenes PCR, de los que nos estamos haciendo cargo, y coordinar la seguridad”, explicó el alcalde Raúl Torrealba.
Y apuntó: “la idea es que se cumpla con el protocolo de seguridad sanitaria; también nos coordinamos con la Seremi de Salud, para que la cuarentena sea validada, porque, si eso no ocurre, no pueden ser repatriados”.
En el Amanda Labarca fueron albergados 120 ciudadanos bolivianos, quienes ya volvieron a su país. Para la próxima semana se espera que suceda lo mismo con 49 personas de Ecuador. En la misma línea, a principios de mes el colegio San Ignacio de El Bosque también acogió a migrantes.
Entre hoy y la próxima semana se realizarán los respectivos test PCR para, en el caso del Saint George’s y del Manquehue, determinar si alguien debe ir a una residencia sanitaria o puede volver a su país.