Una gorra marca Glock (firma de armas) botada en el suelo y tres personas heridas de bala. Ese era parte del escenario que a las 4.00 horas de hoy conmocionaba a los vecinos de Agustinas con calle Almirante Barroso, en el centro de Santiago. Minutos antes, los residentes del barrio habían sido testigos del desenlace de una violenta pugna entre tres taxistas y un conductor de Uber.
Hasta ahí eran tres los heridos: Álex Saguas (45), Santiago Ñiancuz (41) y Paolo Fontt (25). Sin embargo, este último falleció en horas de la madrugada en el hospital, lo que desató la angustia de sus familiares y la ira de sus colegas. Algunos incluso deslizaron advertencias. "Va a ser una guerra sin cuartel", dijo Claudio Morales, vocero general de la Coordinadora Nacional de Taxistas Independientes (Conataxi).
El caso fue asumido por el OS-9 de Carabineros, en conjunto con la Fiscalía Centro Norte, y pasado el mediodía ya contaban con el principal sospechoso detenido. Felipe Padilla Michea (27), sin antecedentes y coleccionista de armas (dos pistolas, una escopeta y casi 150 cartuchos sin percutar, todo hallado en su casa por la policía).
Testigos del incidente y fuentes del caso señalaron que Padilla habría disparado a los taxistas, luego de enfrascarse en una discusión con Fontt; sin embargo, este último habría llamado "refuerzos" mediante su radio, y en medio de una riña el imputado sacó un arma, disparó y huyó.
El caso es confuso. Existen versiones encontradas de quién inició los hechos. Fuentes de la investigación manifestaron que el detenido aseguró que fue víctima de una "encerrona" por parte de los taxistas y solo se defendió.
Así da cuenta la denuncia que a las 4.20 horas presentó Felipe Padilla en la 50ª Comisaría de San Joaquín, donde señaló que minutos antes fue interceptado por conductores de taxis, quienes, según el detenido, lo habrían golpeado con objetos contundentes, ocasionando daños en su parabrisas. Además acusó un golpe con un bate de béisbol en la cabeza, pero no dijo nada de que sus agresores portaran armas de fuego.
La presencia de la entonces víctima de agresiones en la comisaría no fue el primer contacto que tuvo con Carabineros. Según registros policiales, a las 3.40 horas, es decir, cinco minutos antes de los disparos fatales, Padilla llamó al 133 de Carabineros, acusando que estaba siendo víctima de disparos por parte de un grupo de taxistas, por lo que los seguiría y quería saber si podía usar su arma. De un minuto a otro la comunicación se perdió y al otro lado de la línea la funcionaria de Carabineros que tomó el llamado solo escuchó disparos.
Lo denunciado por Padilla en la comisaría, y el registro de su llamada al 133 no coinciden con lo expresado por una de las víctimas heridas.
Álex Saguas lo relata así: "Este hombre (el detenido) nos empezó a seguir y buscar el odio. Por eso nos bajamos y desde el primer momento sacó su arma y empezó a disparar. Ahí reaccionamos para tratar de quitársela. Nunca lo atacamos. Él se bajó con la pistola en mano y nosotros reaccionamos para defendernos. Ahí le apuntó a Paolo en el estómago, después Santiago se enfrentó con él; yo traté de quitarle el arma y me dio un tiro en la pierna. Pero en ningún momento lo perseguimos". Su familia anunció una querella contra el detenido.
El fiscal Centro Norte, Fernando Donoso, explicó que "todos son hechos que hay que ir analizando gradualmente para determinar con mayor precisión lo sucedido". En tanto, el general de Carabineros, Enrique Bassaletti manifestó que "hay que investigar todas las circunstancias, pero ya tenemos un detenido, quien será formalizado mañana (hoy)".
Desde Uber señalaron que "el sujeto detenido tenía una cuenta habilitada para manejar con la aplicación, pero no se encontraba conectado a ella al momento del incidente (...) Lamentamos profundamente este trágico hecho y condenamos cualquier forma de violencia. Llamamos a todos los socios conductores a respetar la legislación chilena, para preservar la seguridad y el orden".
Los hechos de violencia entre taxistas y conductores por aplicaciones móviles no son nuevos en las calles de Santiago. Desde que aplicaciones como Uber y Cabify entraron como servicios de transportes, los dueños de taxis y colectivos se han manifestado en contra de estos nuevos servicios. pero nunca se había registrado una víctima fatal.