Para los latinoamericanos, Chile se ha transformado en un lugar para surgir. En los últimos años, miles de extranjeros llegaron al país en busca de oportunidades y, para muchos de ellos, la educación superior es el lugar que mejor les podría garantizar un futuro.

Ese es el objetivo que persiguen los 5.411 extranjeros que estaban inscritos para dar la Prueba de Selección Universitaria (PSU), y que hoy con nerviosismo y esperanza acudieron a los locales de rendición, para enfrentarse con un facsímil cuyos contenidos y dialectos les resultan ajenos.

De los inmigrantes, la comunidad más grande que fue a dar la PSU es la peruana, con 1.399 inscritos. José Timana es uno de ellos y cuenta que la prueba de Lenguaje y Comunicación, rendido hoy, le fue difícil, "por su prolongación, porque fue larga y me aburrí demasiado".

El joven, que quiere estudiar Electricidad Automotriz, cuenta que tuvo dificultades para adaptarse al sistema educacional chileno, pues en Perú los cursos funcionan por trimestres y no por semestres. Pero está confiado en su futuro, pues "una prueba no determina lo que vayamos a hacer en la vida".

Pero quienes tuvieron muchas más dificultades fueron los haitianos, cuyas lenguas de origen son el creol y el francés. Tlchlisl Serafín, de 27 años, llegó a Chile con su madre y esposo, y acá tuvo un hijo. Dice que no tuvo mucho tiempo para contestar, pues hizo "todo muy rápido. Pienso que no lo hice bien".

Lezard Gamero, de 23 años, es otro de los 1.148 haitianos que se inscribió para dar el examen. Llegó hace un año, arrancando, según dice, de un hechizo de magia negra, y sin saber casi nada de español, hoy dio la prueba de Lenguaje. Relata que la contestó de forma lenta, porque "fue muy larga, tenía como tres o cuatro textos y nadie me pudo ayudar".

Muchos de los jóvenes haitianos que llegaron a dar el test dicen que quieren estudiar carreras de la salud. Ese es el caso de Nennen Michel, quien trabaja en un hospital y quiere ser técnico en enfermería. "Me gustaría ser una parte de la sociedad, para aprender cada día más", explica.

Y el mismo deseo tiene Alisca Renis, para quien la PSU "es una oportunidad para cambiar mi futuro, muy importante para entrar a la universidad". Quiere ser ingeniero en electromecánica, y luego de estudiar le gustaría integrarse en la sociedad "para trabajar, tener mi casa y vivir como los chilenos. Para tener una mejor vida".

"Somos humanos"

Los inmigrantes saben que en un país ajeno, al que llegaron escapando de crisis y dramas, no tienen mucho que pedir. Pero sí les gustaría contar con la acogida y el apoyo de nuestra sociedad. Por ejemplo, a Richard Luis, uno de los 84 ciudadanos de República Dominicana que está dando la prueba, le gustaría que los chilenos seamos más solidarios.

"Todos somos seres humanos. Pido que no nos diferencien por ser extranjeros, simplemente eso", plantea, pues enfrenta dificultades sobre todo a nivel de enseñanza. "En mi país, la educación era muy distinta, totalmente diferente. Me sé toda la historia de mi país, pero no toda la historia de Chile. En Lenguaje me pasaban otras cosas, y en Matemática, en ninguno de los dos países enseñan lo mismo", afirma.

Otros buscan aprovechar sus habilidades, como Andy Cuevas, dominicano de 19 años que quiere estudiar Pedagogía en Educación Física y que está viendo "qué universidad me puede ofrecer una beca deportiva, pues juego baloncesto".

Los 709 colombianos inscritos en el proceso enfrentaron un escenario un poco más fácil. Laura Serrano cuenta que en la PSU de allá, que se llama ICFES, "se presentan todas las pruebas en un mismo día, y eso es más pesado", y que la educación es mejor en Chile. Y Janner Angulo, de 18 años, dice que en el test de Lenguaje "me fue bien, aunque en una que otra pregunta no sabía y tuve que responder al azar".

También había 506 venezolanos inscritos, muchos de los cuales arrancaron de la crisis y ven en la PSU una oportunidad para surgir. "Espero que exista compañerismo, porque como somos extranjeros, no podemos decidir muchas cosas sobre lo que ustedes pueden hacer por nosotros, pero sí espero que haya respeto", dice Génesis Morales.