Los factores que empujaron a Los Ríos y Aysén a la nueva normalidad
Tras bajar los casos y lograr una alta trazabilidad, ambas regiones liberarán cinco restricciones. Autoridades y empresarios recibieron el anuncio con expectación y algo de reticencia.
El próximo lunes, las regiones de Los Ríos y Aysén iniciarán el camino hacia la nueva normalidad. El gobierno anunció que ambas zonas cumplen los criterios sanitarios para iniciar paulatinamente el desconfinamiento, por lo que ese día se levantarán las primeras cinco restricciones.
Así, tras permanecer 114 días cerrados, los restoranes y cafés podrán abrir, pero solo usando el 25% de su capacidad. Lo mismo pasará con los cines y teatros. Además, se permitirán eventos deportivos que involucren hasta 10 personas en áreas cerradas y un máximo de 50 en lugares abiertos, pero sin público, y los adultos mayores de 75 años podrán salir a caminar una vez al día.
El ministro de Salud, Enrique Paris, dijo que estas regiones, que suman 513 mil habitantes, tienen “tasas de incidencia de casos que son las más bajas de Chile. Además, también tienen tasas de positividad de exámenes de PCR que son las más bajas y están muy por debajo del 10%, que es el índice que pide la OMS”.
Paris detalló que, para decidir el desconfinamiento, se consideró también la trazabilidad de casos y la disponibilidad de infraestructura hospitalaria, como lo recomendó el Consejo Asesor Covid-19 la semana pasada.
¿Qué factores permitieron la reapertura? Aysén tiene los mejores indicadores sanitarios del país, pues sumó 23 contagios nuevos en los últimos 21 días y solo el 1,3% de los test PCR aplicados en ese período fueron positivos. Además, posee solo el 38% de sus camas críticas en uso, la cifra más baja de la red, y un 95% de trazabilidad de sus casos.
Mientras, Los Ríos registró 185 contagios nuevos en los últimos 21 días, la segunda cifra más baja de Chile, y el 3,9% de los exámenes PCR de ese período fueron positivos. En tanto, el 70% de las camas críticas está en uso y la trazabilidad de casos es del 100%.
Así, las autoridades locales ya están trabajando en el desconfinamiento. La seremi de Salud de Los Ríos, Regina Barra, dice que tendrán que reforzar la fiscalización, pues “si antes estábamos enfocados en que no se consumieran alimentos en los restaurantes y cafés, ahora tenemos que vigilar que se usen solo al 25% y que tengan protocolos de seguridad”.
Hasta ahora han podido trabajar en terreno con funcionarios enviados en comisión de servicio a la seremi, lo que ahora deberán ampliar. “Con la Seremi de Deportes estamos trabajando en asesorías a clubes deportivos y ahora fiscalizaremos cines y teatros con la Seremi de las Culturas y las Artes”, añade.
Alejandra Valdebenito, seremi de Salud de Aysén, cuenta que tienen solo 13 casos activos y que han logrado trazar a casi todos los enfermos, excepto a dos. Dice que hay solo un paciente de Covid-19 hospitalizado en una cama crítica y que están haciendo cien exámenes PCR diarios, pero con una capacidad para hacer 130. “Nuestro principal problema es la gente que pueda traer la enfermedad de otras regiones. Entonces, cuando llegan al aeropuerto, un vehículo particular los va a buscar y tienen que alojar en casas sin adultos mayores. Así hemos logrado contener los brotes”, explica, agregando que 220 dueños de restaurantes podrían reabrir si cumplen las condiciones.
El epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, Gabriel Cavada, concuerda en que es el momento de intentar abrir las regiones, pero con prudencia, “como si fuera un plan piloto, para ir probando el funcionamiento de restaurantes, porque sirve para preparar la apertura de la Región Metropolitana”.
A la defensiva
En las zonas desconfinadas hay expectación, pero también incertidumbre. Y algo de reticencia. El alcalde de Coyhaique, Alejandro Huala, apoya la reapertura de restaurantes y cafés, por ser negocios que han tenido grandes pérdidas, pero advierte que debería haber una fuerte fiscalización. “Si no hay un control de las medidas que se dictan, no se cumplirán”, dice el edil.
Patricia García, representante de la agrupación de gastronómicos de Aysén, valora la decisión del gobierno, pero advierte que el Minsal debería “capacitar sobre el manejo de los recintos por el Covid-19, cómo se deben disponer los espacios e interactuar con los clientes de manera segura”. Afirma, por ejemplo, que no tienen claro si el tope de personas por local implica un límite al número de mesas.
En Valdivia, algunos locales de comida celebran la decisión, preparan sus mesas y desempolvan utensilios. Se veía movimiento en la ciudad. “Vamos a partir de a poco, la gente se quiere tomar un cafecito tranquila”, cuenta Elena Reyes, dueña del Café Dobie.
Otros se lo toman con distancia. Joel Driver, uno de los duelos del restaurante El Glower de la Isla Teja, duda que abran antes de un par de semanas. Aquí la capacidad es de 140 personas. “Estamos haciendo arreglos de infraestructura, en la cocina y en las salas, para el tema de la distancia social. No vamos a dejar entrar a la gente de un día para otro, es muy peligroso”, manifiesta.
Sobre el funcionamiento de instalaciones deportivas como las de fútbol, Huala dice que en el caso de que sean municipales, se aplicará un protocolo de sanitización en las canchas.
Los dueños de canchas abrirán con cautela. Hugo Sáenz es parte del directorio del Gimnasio Wanderers Collico, de Valdivia, y lo grafica claramente: “Aquí hay una cancha y el directorio decidirá si se abre. En ese caso, podrían jugar 10 personas, pero caminando desde el auto al partido y luego de regreso, con un sendero demarcado. Sin pasar a camarines ni a otro lado”.
Algo similar opina Virginio Lobera, dueño de Fútbol Centenario. “Tenemos varias canchas, pero se usará solo una y sin acceso a camarines. Después de cada partido sanitizaremos hasta las mallas de los arcos. Probablemente también se acorten los horarios”.
Como sea, ambos recintos ya tenían solicitudes de cancha a partir del lunes.
En este escenario, el presidente del Colegio Médico de Aysén, Claudio Vallejos, advierte que la desescalada “se debe tomar con mucha prudencia, porque hemos logrado cifras positivas con mucho autocuidado, barreras sanitarias permanentes y esperamos que todo eso se mantenga”.
El profesional también advierte que “nuestra infraestructura es muy frágil y si se viene un gran brote será complejo responder rápidamente”.
En el caso de Valdivia, el alcalde Omar Sabat señala que el desconfinamiento es positivo para el sector comercial, “pero no significa que esto ha terminado, sino que hay que redoblar esfuerzos. Empieza el invierno, aumentan las enfermedades respiratorias y puede haber un colapso en los centros de salud”. Agrega que el anuncio de la desescalada “debe venir de la mano de una mayor fiscalización, porque si ello no se cumple, puede haber rebrotes”.
Alfonso Sánchez, presidente del Colegio Médico de Valdivia, dice que no es partidario “de abrir la sociedad en este momento en forma completa, habría que ver la trazabilidad y lo que los infectólogos opinan, para tener la certeza de que la situación sea segura cuando levantemos las barreras”.
Añade que “el hecho de que haya buenas cifras no significa que se levanten las barreras cautelares. Tenemos la gracia de estar entre Osorno y Temuco, que tuvieron cuarentenas, y quizás esa es una razón por la cual estamos bien”.
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