“Hoy es cuando debemos estar más unidos que nunca, hoy es cuando debemos hacer carne el lema de orden y patria, hoy les pido ser cooperadores activos en esta reforma y modernización institucional”. Esa era la presentación del hasta hoy general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, en la web de la institución, frase que desaparecerá luego de que se concretara su renuncia a días de su formalización.
Yáñez asumió en noviembre de 2020 cuando la institución era duramente criticada por hechos de violencia contra manifestantes en el contexto del estallido social y debió enfrentar múltiples bajas tras juicios de DD.HH. al interior de sus filas. Esos hechos -y varios otros- concluyeron con su salida de la institución, luego de que el gobierno instalara el criterio de que ninguna autoridad puede ejercer su cargo si enfrenta una formalización ante la justicia.
Una de las problemáticas que transversalmente marcó su gestión fue la crisis de seguridad que se tomó la agenda política con los múltiples homicidios y crímenes violentos, especialmente durante los fines de semana largos.
Otra “marca” que tuvo su gestión fueron los asesinatos de uniformados. Tras la muerte a tiros de la sargento segunda Rita Olivares en Quilpué, que generó fuertes críticas hacia la administración del Presidente Boric, el general zanjó diciendo: “Tenemos absolutamente el respaldo del gobierno. Nunca habíamos tenido tanta compra de equipamiento y material para ejercer nuestra labor policial”.
Otra de las víctimas entre las filas de Carabineros fue Emmanuel Sánchez, quien murió al intentar repeler un asalto en Quinta Normal cuando iba en su vehículo junto a su esposa e hijo.
El trágico triple asesinato de uniformados en Cañete movilizó a Yáñez a adoptar un rol de soporte en la institución, que se vio reflejado en medio de una ceremonia en honor a los fallecidos y donde el general destacó la importancia de “fortalecer el trabajo en terreno, cambiando nuestras tácticas, modificando nuestros planes. Todo es dinámico. Lo que enfrentamos es algo totalmente distinto a lo que habíamos vivido antes, y eso nos obliga a hacer cambios en conjunto con el resto de instituciones”.
Al dejar su cargo, Yáñez declaró ante la prensa que “el respeto hacia la institución, el respeto hacia mis carabineros, el respeto hacia el uniforme que porto y a mi trayectoria institucional me obligan a tomar esta decisión que duele, pero que es un deber cumplirla por cuanto este uniforme se debe honrar y dignificar”.