"Los habitantes de Santiago se merecían un transporte público de calidad, cómodo, seguro y digno, porque el Transantiago fue una muy mala experiencia. Le estamos diciendo adiós al Transantiago". Las palabras del Presidente Sebastián Piñera vinieron a reafirmar la promesa de campaña que lanzó en 2017: el fin del actual modelo de transporte público capitalino por superficie, creado hace doce años por la administración del expresidente Ricardo Lagos. Para la actual administración, este sistema se convirtió en una política que generó "dolor" en la población.
Hoy, en medio de la inauguración de la nueva Línea 3 de Metro, que unirá Quilicura y La Reina en 30 minutos, Piñera reforzó que el actual sistema será reemplazado progresivamente. Un paso clave será la ampliación de la red de Metro con las futuras líneas 7 (Renca-Vitacura), 8 (Providencia-La Florida) y 9 (Santiago-La Pintana), que hoy están en fase de diseño. Las tres deberían quedar terminadas en 2026.
"Cuando estén construidas estas líneas, la mitad de los habitantes de Santiago podrá llegar caminando a una estación de Metro, lo que cambiará la vida a millones de personas porque tendrán tiempos reducidos de viajes", explicó.
Louis de Grange, presidente de la estatal, coincidió en la voluntad de dejar atrás al actual modelo de transporte capitalino. "El Transantiago ya murió y lo reemplazaremos por medios más seguros. En ese sentido, la expansión de Metro es clave para mejorar la calidad de vida de las personas", enfatizó.
Los proyectos del ferrocarril subterráneo contemplan una inversión de US$ 6.113 millones. No obstante, hasta ahora hay recursos asegurados para la Línea 7, por US$ 2.500 millones. Con esa expansión, el tren subterráneo se convertirá en el "eje estructurante" del transporte capitalino, aseguró De Grange. Metro calcula que el crecimiento de la red será sustantivo: de los 140 kilómetros actuales pasará a 215 kilómetros, y se espera que las tres estén en obras a fines de la actual administración, en 2021.
Para cumplir con los plazos comprometidos por el gobierno, el timonel de Metro reconoció que se deberá acelerar el ritmo de construcción. Por ello, aumentará el personal de la estatal dedicado a planificación. Al mismo tiempo, se prevé que las nuevas obras generen más empleo, con un peak de 14 mil personas. Por ahora, la Línea 7 se encuentra en fase de ingeniería básica, y las 8 y 9 están en etapa de estudio de ingeniería conceptual.
Fin de los contratos
La ministra de Transportes, Gloria Hutt, planteó que otra clave para cambiar el modelo actual tiene que ver con la renovación de los contratos con las compañías operadoras de los buses a 2020, a partir de la nueva licitación del sistema. "Termina esta etapa de los contratos y comienza una nueva, lo que es una oportunidad. Se renovará la flota y se aplicará un nuevo modelo competitivo", destacó. En este plano, recordó que el certamen que se efectuará este año sumará nuevas empresas, para favorecer la competencia en el sector.
Hutt recalcó que ya están terminadas las bases de licitación del proveedor de flota, modelo que implica un cambio radical con el escenario de hoy. Con el nuevo esquema, una empresa externa administrará la compra y mantención de los buses que serán operados por quienes ganen la licitación. Se estima que ambos procesos, la adjudicación del proveedor y la adjudicación de los servicios, estén terminados a fines de 2019.
La llegada de buses eléctricos también es una clave de los cambios. Hasta ahora hay 100 vehículos circulando a cargo de Metbus y la cartera de Transportes anunció que añadirán otros 100 con la misma tecnología la primera semana de marzo próximo.
Hutt recordó que otra iniciativa que se espera concretar es el teleférico de Santiago, cuya concesión fue adjudicada en 2018 por el Ministerio de Obras Públicas. Se prevé que el proyecto ingrese a tramitación su evaluación ambiental el próximo año.
La ministra Hutt también señaló que entre sus planes está analizar la viabilidad de una extensión hacia el aeropuerto de Santiago.