Tal como se ve en la serie Narcos, de Netflix, a fines de los 60 y principio de los 70, Chile apareció en el mapa internacional como un importante lugar de procesamiento de cocaína. Laboratorios en el norte y asentamiento de organizaciones criminales, transformaron al desierto de Atacama en un "corredor de la droga", especialmente hacia Estados Unidos.
De hecho, el personaje de la serie Steve Murphy, un agente de la DEA (organismo antidrogas de EE.UU.) que narra la historia, señala que "en 1973, Chile (iba) camino a convertirse en el mayor centro mundial de procesamiento y exportación de cocaína".
Según los registros policiales de la época, esto realmente ocurrió. De hecho, en este contexto, el 8 de noviembre de 1973, Carabineros, a petición del gobierno de EE.UU., creó el Departamento Antidrogas OS-7, para contrarrestar el narcotráfico. El primer jefe de esta unidad, que hoy cumple 45 años, fue el mayor Luis Fontaine Manríquez.
"Nos convertíamos en un lugar importante de preparación de cocaína. Por esto, a medidos de 1973, EE.UU. solicitó a Chile la extradición de ciertos traficantes que se encontraban radicados en nuestro país. La Corte Suprema accedió a dicha petición, solicitando a Carabineros la ubicación y detención de estos, enviando a aproximadamente 20 narcotraficantes", explica el teniente Pablo Ardiles Herrera, vocero del OS-7.
Uno de ellos, según los expedientes de la época, fue Sergio Lazo Vargas, un funcionario del Servicio Nacional de Salud con contactos en los aeropuertos y que ayudaba a traficar las sustancias. "Con fecha 24 de julio de 1974, fue denunciado por el gran jurado del distrito de Nueva York, formulándose cargos por violación a las leyes federales de narcóticos", dice el documento histórico en manos de OS-7.
En el mismo escrito se detallan las cargos en su contra: "En diciembre de 1968 se le acusa de haber recibido en Santiago seis kilos de cocaína; en enero de 1969 por haber recibido en Santiago otros seis kilos de cocaína; en febrero de 1969 participa en el contrabando de cocaína, llevando a EE.UU., preparando las botellas y garrafas usadas para tales efectos".
Otro caso que destacó el OS-7 fue el de un laboratorio de cocaína enterrado en La Tirana, al interior de Iquique. "En 1973, nuestro informante Erwin Santos fue intermediario de Blanca García y el químico elaborador Enrique Brito, alias 'el Quico', quienes fueron a buscar 40 kilos de sulfato a la localidad de Palpune, Bolivia, mercadería que fue entregada a la señora Blanca en el cruce de Humberstone, la que la trasladó en auto (...) hacia La Tirana para su elaboración", dice el expediente. Agrega que "la mercadería era de propiedad de María Contreras Guerra, la cual registra ficha de traficante y está prófuga, residiendo en Nueva York".
Desde el 0S-7 explican que hubo otros que tuvieron suerte y lograron eludir a la justicia para instalarse en Argentina y Colombia, donde finalmente se aliaron con Pablo Escobar.