El rector de la Pontificia Universidad Católica (PUC), Ignacio Sánchez, cuestionó el proyecto presentado por el gobierno para la Reorganización y Condonación de Deudas Educativas y nuevo Financiamiento para la Educación Superior, conocido como FES, este plan busca poner fin al Crédito con Aval del Estado (CAE), método que actualmente funciona como opción para financiar la educación superior.

En conversación con Radio Duna, Sánchez señaló que tiene “bastantes interrogantes” en torno al proyecto. “Estamos recién conociendo los textos que van a entrar al Parlamento, pero yo tengo cierta preocupación”, afirmó.

Si bien, el rector reconoció que “es una buena noticia que se alivien ciertas deudas impagables del sistema (…) es positivo para el beneficio de los estudiantes y de su familia”, su preocupación está en “ver cómo se implementa eso, cuánto le cuesta al Estado, cuáles van a ser los recursos que se van a poner ahí y que se van a dejar de poner en otros ámbitos de la educación”.

Por otra parte, destacó un factor que le “preocupa fundamentalmente”, respecto a “cuál es el impacto en las universidades, en las instituciones de educación superior, de esta propuesta”.

“Una propuesta es la renegociación o condonación parcial de deudas. Y la otra es el nuevo financiamiento de la educación superior, el cual hoy día, a diferencia de lo que existe con la ley de educación superior vigente, liberaría de copago a todos los estudiantes de los deciles 7, 8, 9, lo que produce un daño enorme en las instituciones universitarias”, afirmó.

En ese sentido, criticó que, a su parecer, “se está pensando en la familia, en los estudiantes, en cómo favorecer su acceso a la educación superior, pero no se está tomando en cuenta qué significa para las instituciones que los reciben”.

Entre sus argumentos, destacó que “suspender el copago en esos deciles va a significar un detrimento enorme para, fundamentalmente, las instituciones de mayor calidad del país”.

Imagen referencial estudiantes universitarios. Foto: Andrés Pérez.

“En el caso nuestro hemos estado participando en la política de gratuidad desde el principio, con todas las complicaciones, los déficits económicos que significan ello. Y hoy día se nos pone entonces esta nueva disminución de ingresos, que hace muy difícil mantener la calidad de las universidades”, afirmó.

En esa línea se cuestionó: “Qué sacamos con preocuparnos solamente de las familias de los estudiantes, si finalmente en unos años más vamos a tener instituciones que van a tener que disminuir su calidad, porque no van a tener los recursos para tener los profesores que tienen hoy día, la infraestructura, el material docente, el material educativo que nuestros estudiantes se merecen”, sostuvo el rector.