"Mi papá era de la zona del carbón y partió haciendo mucho zapato de construcción, principalmente botines. Esa fue por años la característica de Albano. Por eso nos iba muy bien en el sur". Fuerte, resistente, compacto, pero cómodo a la vez. Todoterreno. Así recuerda Cristián Aravena los comienzos de la emblemática fábrica de calzado de Concepción, de la cual hoy es gerente general. Aunque no por mucho tiempo más, luego de que se anunciara su cierre definitivo.
"Era un zapato de buena confección, con buenos materiales, con planta de caucho, pero después el negocio comenzó a evolucionar", agregó el hijo de Osvaldo Araneda, dueño y fundador de esta empresa, que se inició como un pequeño emprendimiento en la ciudad de Coronel. Se trata de una historia que se mantuvo 43 años confeccionando zapatos de cuero y caucho en sus instalaciones del sector Aurora de Chile en Concepción.
Los motivos para esta decisión, según explicó Cristián, se deben, entre otras cosas, a la irrupción de productos asiáticos "Hemos visto cómo otras empresas emblemáticas en Chile y en el extranjero -como Gacel y Caprice- cerraron producto de la competencia implacable y descarnada. Así es el mundo. Los exigentes márgenes y las casi nulas rentabilidades han minado la producción de calzado en Chile y en la Región del Biobío".
Aunque el cierre de la fábrica es inminente, se mantendrá en operación el área de ventas, con sus ocho locales en Concepción, Temuco, Villarrica y Pucón.
El derrotero de esta marca comenzó en 1975 con el nombre de "Albano", en honor al cantante italiano y a la producción sofisticada de zapatos de ese país. Sí, Albano Carrisi, el exmarido de Romina Power, aquel de "Siempre, siempre" y decenas de éxitos más.
En 1993, dos de sus hijos se integraron a la empresa en el área de ventas y producción. De esta última se hizo cargo Cristián. Su gusto por los autos lo llevó a utilizar el nombre de sus modelos favoritos en los diseños de zapatos como el "Hummer" , que fueron furor en los años 90.
"Después teníamos otro diseño llamado Raptor, nombre también relacionado con un vehículo, con materiales repelentes al agua; y nos fue muy bien con esas ventas, sobre todo en la zona centro-sur", añadió Aravena.
Epoca de esplendor
El experimentado periodista Salvador Schwartzman recuerda muy bien la época de esplendor de estos calzados, fabricados solo en Concepción. "Era una marca que daba prestigio a quien lo llevaba. Eran de muy buena calidad y duraban años. Aún recuerdo que llamó mucho la atención cuando se abrió una sala de ventas en la fábrica. Eso era nuevo".
En 1998, gracias a un proyecto Corfo, la empresa abrió operaciones en Lota, dando trabajo a cerca de 60 personas. El proyecto duró cuatro años, pero sus dueños lograron "rescatar" a cerca del 80% de los trabajadores para que pudieran continuar en la fábrica de Concepción, que llegó a tener más de 200 funcionarios.
Así lo recuerda Andrés Candia, quien trabajo 40 años en Albano. "Llegué en 1978 y ahí aprendí el oficio del armado de zapatos. Al principio era todo manual y cuando hubo las máquinas tuvimos que aprender todo de nuevo. Hice mi vida en esa fábrica, que aportó mucho a la zona del carbón. Nosotros fuimos parte del auge de esta empresa y por eso nos duele que se termine".
Son cerca de 160 trabajadores los que se quedarán sin su fuente laboral, información que les fue entregada mediante un correo electrónico, ya que se encuentran de vacaciones desde el pasado 5 de noviembre.
Marcelo Parra, secretario del sindicato de la empresa, en la cual trabajó durante 24 años, indicó que "el lunes vamos a ir para que se nos notifique. Acusan que el zapato asiático los llevó a la quiebra, pero vienen importando esos zapatos hace mucho".
Cristian Aravena, gerente de la fábrica, aseguró estar esperando al liquidador "para hacer el pago de las indemnizaciones con el remate que se haga de los activos (...) las tiendas seguirán funcionando porque tienen un stock suficiente, y más adelante estoy pensado en poder arrendarlas o tomar alguna franquicia", dijo.