Un diagnóstico similar tiene el sector privado y el Ministerio de Obras Públicas: Chile mantiene un déficit en infraestructura en cuanto a conectividad, a pesar de ser un país que depende del movimiento del sector exportador. Lucas Palacios, subsecretario de Obras Públicas, afirma que, en este tema, la cartera tiene un plan para fortalecer la movilidad, que incluye una gran plataforma aérea y portuaria. Sobre el primer punto, se busca que las terminales aéreas tengan un estándar internacional para pasajeros y carga. Además, aborda lo que las empresas denominan "permisología", para llevar adelante proyectos con trabas.
¿Cómo se ampliará la capacidad aeroportuaria? ¿Qué ciudades se priorizará?
Nos compete diseñar las bases para relicitar aeropuertos concesionados en regiones (Chacalluta, Loa, Austral, Atacama, La Serena, Temuco y Aysén). A nivel mundial ha cambiado la operación aeroportuaria: los vuelos son masivos. Tenemos un solo terminal de tipo internacional, el de Santiago, por lo que se necesitan aeropuertos internacionales de forma urgente, en el norte y en el sur. Eso implica inversión, pero también personal del Servicio Agrícola y Ganadero, de Aduanas y de la PDI. Tenemos opciones como el Diego Aracena de Iquique, por los flujos comerciales que posee. En el sur, podría ser Concepción y Temuco. Chile es un espacio de salida a Asia, por lo que se debe mejorar la infraestructura aeroportuaria, los pasos fronterizos y puertos. Los proyectos que se planean tienen un período de diez años, por lo que hay tareas de corto, mediano y largo plazo. Tendremos una mesa para abordar el estado del aeropuerto de Santiago y queremos definir qué lugares podrían ser terminales internacionales. Algunas iniciativas las vamos a dejar con estudios de ingeniería y otras para ser financiadas en el próximo gobierno. El estándar internacional para estos lugares lo da el instrumental, pero además el personal. El modelo de concesión es una política de largo plazo que permite financiamiento.
Los concesionarios afirman que para obras como las que menciona deben pedir numerosos permisos y enfrentan largos plazos para concretar iniciativas.
Estoy de acuerdo. En Chile los procesos son largos, complejos e implican muchos permisos. Hay muchos ministerios que intervienen. Entonces lo que nos ha pedido el Presidente Piñera es que los plazos sean más breves, a través de cambios de ley o mecanismos internos. La idea es incentivar los proyectos que dan empleo y riqueza.
¿Qué cambios concretos harán como cartera?
No solo los proyectos confeccionados están sujetos a trámites y permisos. Los proyectos del MOP y tradicionales también lo están. Hay que revisar la figura del inspector fiscal, que es muy importantes. No ha tenido una evolución respecto de la complejidad de su labor. Esta figura recibe asesorías de empresas y pensamos que estas deberían asumir tener responsabilidad y que no todo el peso de las decisiones recaiga sobre él. Además, nuestros contratos se quedaron en el pasado y son extraordinariamente rígidos.
El puente sobre el Chacao parece ser que no tiene avances. ¿Hay plazo de término?
Es una obra emblemática. Efectivamente ha habido atrasos respecto del puente; ha habido ajustes de los equipos para agilizar los procesos. A fines de 2022 o inicios de 2023 podría estar terminado. Hyundai es una empresa sólida, compró su participación, y la firma brasileña está a la espera de lo que determine el Tribunal de Quiebras para traspasar su parte. No se ha interferido el normal desarrollo del proyecto.
Respecto a conectividad, como MOP, ¿qué piensan de un tren rápido entre Santiago y Valparaíso? ¿Debe ser concesionado?
Es un proyecto interesante y buscamos la manera de incorporar nuevos modos, como el caso de un tren rápido. Esto lo verá el comité de ministros de territorio, pero no me quiero adelantar. El tren es un proyecto con doble finalidad: carga y pasajeros.