"La historia está hecha de continuidades y cambios". Así comenzó la historiadora Lucía Santa Cruz su exposición este jueves en el seminario "Los cambios del poder", organizado por La Tercera con motivo de su aniversario número 68 y que se realizó en el hotel Sheraton.

Santa Cruz -quien expuso en el evento junto a Carlos Peña- planteó que ha habido cambios generados en la élite chilena por el crecimiento económico y los cambios en las condiciones materiales de vida, y por la introducción de una economía de mercado.

Así, la historiadora señaló que hoy existe "una elite más amplia, más diversa y más vinculada a los logros que a las posiciones heredadas".

"La clase ya no es un factor persistente que condiciona la existencia", planteó Santa Cruz, añadiendo que en las últimas décadas se había avanzado desde un país con amplios números de pobreza a ser "un país de clases medias".

Santa Cruz expuso que durante buena parte de su historia Chile fue "una sociedad segregada y excluyente, rígida y poco permeable", y que la movilidad social empezó a surgir desde las instituciones del Estado.

"La modernización y la implantación de una economía abierta ha producido una transformación profunda", afirmó la historiadora, exponiendo que Chile pasó a ser una sociedad más moderna, en la que "predomina un sistema de premios al esfuerzo, al mérito y a la capacidad", y donde "la composición de los diversos grupos está en permanente flujo".

"Obviamente los criterios de nacimiento ya no son funcionales (...) La élite tradicional ha sido entonces reemplazada por otra", agregó.

Santa Cruz dedicó una parte de su exposición a hablar sobre la situación de la mujer. Allí, señaló que ha sido la ciencia y la tecnología la que ha cambiado el rol de las mujeres en la sociedad, modificando las tareas que tradicionalmente se les asignaban.

"Hay una asimetría de poder insoportable y dolorosa que persiste", señaló al hablar de la pobreza, que tiene "un núcleo duro de transmisión intergeneracional".

Como mirada final, Santa Cruz afirmó que en Chile está pendiente "la profunda reflexión que debe hacer el país sobre qué debemos enseñar en el siglo XXI".

"Sólo así podremos alcanzar una mejor distribución del poder", cerró la historiadora.