Solicitudes para rendir la PAES en condiciones especiales crecieron 43% en el último año

Solicitudes para rendir PAES en condiciones especiales
Aumentan las solicitudes para rendir PAES en condiciones especiales

En ocho años, el porcentaje de quienes aplican para dar las pruebas con más tiempo, pausas y salas con menos gente por alguna discapacidad o necesidad educativa especial, pasó del 0,24% del total de los que se inscribieron a 6,51%. Eso sí, los expertos advierten que, aunque las cifras van al alza, aún están por debajo de la realidad chilena.


Por estos días, los miles de estudiantes que rindieron la PAES están conociendo los resultados de sus postulaciones a las universidades que son parte del sistema de acceso. Y dentro de ese grupo hay un puñado de jóvenes que pudo rendir los exámenes de una forma no tradicional. Se trata del llamado “ajuste”, que para el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre), a cargo de la admisión a las universidades chilenas, son aquellas personas que cumpliendo ciertos requisitos pueden dar las pruebas bajo condiciones especiales, lo que ha ido al alza.

De hecho, de acuerdo con cifras que pudo revisar La Tercera, de 2023 a 2024 (admisiones 2024 y 2025, respectivamente) el número de solicitudes para rendir las pruebas en condiciones especiales tuvo un alza de 43%, al pasar de 13.404 a 19.168 en el último proceso, con mayor preponderancia en comunas socioeconómicamente más altas.

Las Condes, por ejemplo, es la comuna desde donde más solicitudes de ajustes se hicieron a nivel nacional en la última edición, con 835 estudiantes que aplicaron. O sea, el 11,5% de las solicitudes de la Región Metropolitana se hizo desde esa zona, las cuales también representan un 4,7% si se quiere analizar la totalidad de las peticiones a nivel nacional. De estas, además, más de la mitad correspondían a personas que venían de establecimientos privados.

Cabe hacer presente, en el mismo sentido, que todo el sector oriente de la capital -Las Condes, La Reina, Lo Barnechea, Vitacura, Providencia y Ñuñoa- representó el 38,44% de las solicitudes de la RM.

Estudiantes asisten a realizar la prueba PAES en la comuna de Providencia
Jonnathan Oyarzun/Aton Chile

El panorama

Carlos Guajardo, académico de la Facultad de Educación de la Universidad Central, dice que esta concentración de solicitudes en territorios con mayor poder adquisitivo, lo que generalmente trae aparejado padres más atentos a la educación de sus hijos, no es casualidad. “La única diferencia es que los padres de esos sectores pueden tener más recursos para apoyarlos (...) estos colegios lo que seguramente hacen es que cuentan con más profesionales, más educadores diferenciales y psicólogos”, sostiene.

Santiago, por ejemplo, solo representó el 3,46% de solicitudes a nivel regional en la última prueba, con 251 peticiones, de las cuales se aprobaron 150. Al final, cree el especialista, todo se reduce a un tema de acceso a la información.

Este tipo de solicitudes se realizan cada año por parte de los estudiantes que estén en situación de discapacidad o que presentan alguna necesidad educativa especial, pudiendo pedir ajustes, adecuaciones y apoyos necesarios para resguardar la igualdad de oportunidades en la rendición de las pruebas. Y si bien es una medida que comenzó en 2015, recién fue a partir de la Admisión 2018 (año 2017) que se implementó un protocolo y se formalizó como tal. Y de a poco ha ido sumando interesados.

Desde 2017 a 2024 las solicitudes de ajustes han aumentado considerablemente, específicamente de 733 a 19.168. Esto significó un explosivo crecimiento de 2.515%. Si en 2017 quienes solicitaron rendir en condiciones especiales fueron apenas 0,24% de los 295.365 que se inscribieron para dar la prueba, el peso específico para este proceso subió y ahora significaron 6,51% de los 294.097 que se anotaron para darla.

De esos 19.168 que aplicaron durante todo 2024 -PAES de Invierno y Regular-, 13.218 vieron aprobadas sus solicitudes.

En cuanto a los requisitos, son 11 las condiciones específicas por las que una persona puede solicitar estos ajustes. Y de ellas, las que han experimentado un aumento más significativo en cuanto solicitudes aprobadas y pruebas rendidas son las de ítems referentes a discapacidades o necesidades educativas especiales.

Si bien los datos actuales aún se están procesando, el Demre ya publicó el desglose de nuevas cifras relevantes sobre las solicitudes de este último proceso. De estas, destacan las procedencias de las aplicaciones para ajuste, especificando región, comuna y tipo de establecimientos, dentro de lo cual resulta llamativo el aumento en colegios particulares que, en línea con el mayor acceso a información detallado anteriormente, desde 2017 a 2024 -Admisión 2025- han duplicado sus porcentajes de solicitudes de ajustes para personas en situación de discapacidad (PeSD), pasando de un 10,37% a un 26,81% del total.

“Puede ser un tema de información. En estas comunas se enteran más de que el Demre y la PAES tienen una adecuación para este tipo de estudiantes, por lo que establecimientos y padres ponen un esfuerzo en poder apoyar a los hijos para que les vaya bien”, señala Guajardo desde la U. Central.

En contraparte, las solicitudes en los establecimientos municipales se redujeron de 40,93% a 29,77%. Con todo, por tipo de establecimiento, los alumnos que más solicitudes presentaron a nivel nacional para la pasada PAES provenían de colegios particulares subvencionados, seguido por los municipales y particulares pagados.

Provengan de donde provengan, lo cierto es que todos los estudiantes deben seguir los mismos pasos para solicitar las condiciones especiales, lo que incluye la presentación de certificaciones sobre la situación del estudiante o, en su defecto, un certificado de evaluación diagnóstica integral.

¿Podría ser que la importancia de la prueba llevase a personas a intentar aprovecharse de esta herramienta?

Leonor Varas, directora del Demre, se apresura en señalar que “si bien siempre existe el riesgo de que alguien trate de obtener ventajas indebidas (...) contamos con estrictos protocolos y mantenemos una actitud vigilante. Además, hemos ido aumentando los controles y la documentación que se solicita para acompañar las solicitudes de ajustes para rendir las pruebas. La información que solicitamos proviene de distintas fuentes -postulante, médico, colegio- y, por lo tanto, se puede contrastar”.

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Las necesidades educativas

A la hora de especificar las cuatro categorías que tienen mayores alzas, las cifras desagregadas referentes a las pruebas tomadas el 2023 indican que hay una mayor preponderancia de trastorno de déficit atencional (1,55%), seguido por trastorno de espectro autista (0,88%), trastorno de déficit de aprendizaje (0,52%) y déficit intelectual (0,38%).

Así, los estudiantes que rindieron la prueba bajo las anteriores disposiciones mencionadas pasaron del 0,49% del total de la Admisión 2020, al 4,31% en la Admisión 2024.

Estos cuatro casos presentan ajustes muy similares en sus condiciones para realizar la prueba: todos cuentan con un tiempo adicional de 50% -una hora-, una pausa de 15 minutos, y a todos se les permite solicitar una sala con pocas personas y estímulos reducidos. Otras condiciones especiales también incluyen la posibilidad de selección del lugar en el aula o ayudas con las instrucciones por parte de los facilitadores. En el caso de discapacidades físicas las ayudas varían.

Pero aunque las cifras van al alza, la psiquiatra Nathali Pereira advierte que estas aún se encuentran por debajo de los promedios nacionales e internacionales de población infanto-juvenil que presenta este tipo de condiciones. “Por ejemplo, en el caso del deficit atencional la población a nivel mundial es entre el 3% y 5%, y en Chile hay algunas estimaciones de que sería bastante mayor la cifra, que llegaría casi al 10%”, dice.

De hecho, la directora del Demre asevera que las cifras al alza “no les han sorprendido” y que se encuentran dentro de lo esperado, considerando que en Chile ha aumentado mucho, por ejemplo, el diagnóstico de déficit atencional, aunque aclarando que no todos quienes han sido diagnosticados tienen necesidades educativas especiales y, por lo tanto, no necesariamente requieren ajustes para rendir las pruebas.

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