La madre de la desaparecida Narumi Kurosaki rompió su silencio este miércoles en Francia durante una nueva jornada del juicio en contra del chileno Nicolás Zepeda, acusado de haber asesinado a la joven estudiante japonesa.
Nicolás Zepeda es un “execrable mentiroso”, dijo firmemente Taeko Kurosaki en el estrado del juzgado de Besanzón, en el este de Francia, en alusión al acusado, de 31 años, que desde el pasado 29 de marzo está siendo juzgado por el asesinato, a fines de 2016, de su exnovia japonesa Narumi Kurosaki, cuyo cuerpo nunca fue encontrado.
La joven realizaba un intercambio universitario en Besanzón en el momento de su desaparición, el 4 de diciembre de 2016. Según la acusación, Zepeda viajó a Francia para volver a verla, motivado por los “celos”, y luego la mató.
El chileno, que rechaza los cargos, arriesga una pena de cadena perpetua.
“Me da pena su desaparición”, afirmó el joven ingeniero al ser interrogado hace un par de días, asegurando que él “también quisiera saber” qué ha sido de su exnovia.
“¿Dónde está?”
“Desde hace más de cinco años, estoy destruida”, dijo la madre con un hilo de voz, entre sollozos, al inicio de su deposición de tres horas y media, en traducción alternada del japonés.
Acompañada por una fotografía de su hija colocada sobre un atril, la mujer hizo un recorrido cronológico de la relación de Narumi con Zepeda, gracias a un diario en el que fue anotando todo, y mencionó un vínculo marcado por las “rupturas y las reconciliaciones continuas”.
Zepeda y Kurosaki se conocieron en Tsukuba (al noreste de Tokio), donde ella estudiaba, en octubre de 2014 y cinco meses después la joven presentó al chileno a su familia, que “lo acogió con los brazos abiertos”, según la madre.
Según el testimonio, Zepeda fue ocupando un lugar cada vez más importante en la familia, al punto de que la hermana pequeña de Narumi, Kurumi, sintió que Zepeda le estaba “robando” los últimos momentos íntimos con Narumi antes de su partida a Francia, en agosto de 2016.
“Desde el día en que por fin entendí que él era el culpable, comprendí que nunca volvería a ver a mi hija”, indicó la madre, vestida sobriamente con una holgada blusa negra.
Zepeda “es alguien que no cede hasta que consigue lo que desea”, apuntó. “Nunca dirá la verdad durante este proceso”, agregó con voz firme y cargada de rabia.
“Teníamos planes de ir a Francia en febrero de 2017, habíamos comprado los billetes y Narumi se había comprado los billetes de tren para unirse a nosotras”, explicó. “Así que las [hipótesis] de la evaporación o la desaparición voluntaria de Narumi no son posibles en absoluto”, afirmó.
Después de su madre, Kurumi Kurosaki, cuatro años menor que su hermana desaparecida, admitió ante el juez que la familia esperaba “con mucha impaciencia este proceso”.
Y, dirigiéndose a Zepeda, “quien le robó para siempre el futuro a mi hermana”, imploró: “¿Dónde está? Solo quiero saber eso”.
“No sé qué poder hacer”
Taeko Kurosaki admitió que se había “intentado quitar la vida muchas veces”, pero que “todavía tiene dos hijas” y está decidida a “no dejar a ese monstruo en libertad”.
“Voy a seguir protegiendo a todas las mujeres y el precio de mi voluntad será mi vida”, apostilló, mirando fijamente al juez.
Durante su intervención, Zepeda, con camisa blanca y corbata azul marino, la observaba con semblante tranquilo, impasible, casi sin moverse.
Tras la intervención de las dos mujeres, el juez le cedió la palabra, y él, diciéndose “emocionado”, aseguró, expresándose en castellano: “simplemente no sé qué poder hacer para confortar su dolor”.
Los padres de Zepeda, Humberto Zepeda y Ana Luz Contreras, no desviaron su mirada de la mujer durante toda su intervención, incluso cuando esta les aludió, alegando que “el deber de los padres no es solamente proteger y amar a sus hijos cuando cometen errores, sino enderezarlos y mirar de frente la verdad y la realidad”.
El pasado martes, ambos defendieron la inocencia de su hijo ante la corte.
Por la mañana, Arthur del Piccolo, un francés de 26 años que tenía una relación sentimental con Kurosaki en el momento de los hechos y que también es parte civil en el proceso, declaró como testigo desde Tokio, por videoconferencia.
“Pareciera que (Zepeda) controlaba la relación, privaba (a Narumi) en cierto modo de su libertad y ella no podía disfrutar del intercambio universitario”, declaró.
Cuando Del Piccolo conoció a Narumi, en septiembre, esta todavía era novia del chileno. La relación terminó a principios de octubre de 2016.
Según el programa oficial, el juicio se prolongará hasta el 12 de abril.