Marcela Cubillos recuerda que el jueves 9 de agosto, a eso de las 3 de la tarde y mientras preparaba un viaje a Antofagasta en su rol de ministra de Medio Ambiente, a su celular llegó un llamado de Sebastián Piñera. "Fue muy breve, me dijo que quería contar conmigo en Educación. Yo, la verdad, lo que pensé ahí, y es lo que he pensado siempre, es que el Presidente me invitó en enero a formar parte de su gobierno y a trabajar por Chile. Y bueno, me tocó en los primeros meses trabajar en una cartera específica y ese día me llamó para asumir en otra. Así que lo acepté".
A menos de un mes de ese cambio de gabinete, la ahora ministra de Educación da por finalizada la fase de instalación para iniciar en propiedad una gestión que, desde ya adelanta, estará enfocada en la sala de clases, en elevar la calidad del sistema y, especialmente, en los más pequeños. "El Presidente nos ha dicho que la gran reforma pendiente es la calidad de la educación parvularia y para eso ya estamos trabajando en un proyecto".
¿En qué consiste ese proyecto?
La próxima semana tendremos una reunión con el Presidente para zanjar la presentación de un proyecto de ley que creará una subvención a nivel de educación parvularia, que permitirá a las familias elegir un jardín infantil a partir de los dos años de edad. Aspiramos a que exista esta subvención, que concentre los recursos en los más vulnerables, que les permita a los padres elegir y que vayamos corrigiendo, de esa manera, ciertas desigualdades que hoy existen. Hoy hay establecimientos de educación parvularia Junji, Integra y otros que funcionan vía transferencia de fondos. Y son muy distintos los recursos que se entregan a unos y otros.
Con este anuncio, el gobierno buscará continuar con la reforma a la educación parvularia que comenzó en 2013, mediante la modificación constitucional que estableció el acceso gratuito y universal al nivel medio menor (dos a tres años) y el kínder como parte de los cursos obligatorios. Con esta propuesta, que apuntará a replicar el modelo que hoy existe en el sistema escolar subvencionado, se pretende lograr una mayor uniformidad en la entrega de recursos públicos a nivel parvulario. "Queremos enfocarnos ahí, porque nos importa que haya educación parvularia de acceso universal, gratuita y de calidad", apunta Cubillos.
Esta subvención, ¿tiene un monto establecido? ¿Es comparable con la escolar?
Tenemos reunión la próxima semana con el Presidente precisamente para zanjar el texto definitivo del proyecto, que esperamos ingresarlo a tramitación en las próximas semanas.
Con esta subvención, ¿los padres podrán llevar a sus hijos a cualquier jardín?
Así es, a cualquiera que reciba financiamiento del Estado. Es una subvención que busca aumentar la cobertura y terminar con discriminaciones arbitrarias en acceso a educación parvularia. También estamos avanzando en el proceso de reconocimiento oficial y autorización de funcionamiento para todos los jardines infantiles y salas cuna del país, junto con el desarrollo de estándares de calidad para este ciclo.
¿Y cómo se encuentra el país en cobertura en educación parvularia?
Si la educación superior tiene una cobertura de 43%, en niños menores de tres años solo alcanza al 18%, lo que es una tremenda injusticia. El promedio Ocde es sobre el 33%.
¿Esta medida busca, en cierta medida, replicar el modelo que hoy existe en el sistema escolar? Hay que recordar que esto ha despertado muchas críticas por asociar el financiamiento a la asistencia de los alumnos, lo que -a juicio de los sostenedores- afecta el financiamiento de los establecimientos.
Hay evidencia robusta de que la asistencia es un factor determinante en el progreso escolar. Tenemos un compromiso con la creación de una subvención regular y preferencial que permita a todas las familias elegir un jardín infantil de calidad para sus hijos a partir de los dos años de edad. Los detalles de dicha subvención se conocerán cuando ingrese el proyecto en las próximas semanas.
Estimamos beneficiar a 500 mil niños. Pretendemos que la forma en que se fijen estos montos de subvención pueda garantizar a los niños calidad. Muchas familias hoy dicen que no mandan a sus hijos a los jardines porque los cuidan en sus casas. Eso quiere decir que ven a los jardines como guardería y nosotros creemos que un jardín infantil con calidad hace una tremenda diferencia. Todos los educadores dicen que ya en primero básico, un niño que haya tenido educación preescolar y parvularia de calidad llega con otras condiciones a iniciar su escolaridad básica.
¿Cómo se empalma este proyecto con el que se acaba de presentar y establece el derecho a sala cuna universal? Más aún considerando que para echar a andar este último existe un déficit de 11 mil parvularias, en relación a la nueva demanda...
Mire, aquí hay dos cosas distintas. El proyecto de sala cuna universal es del área laboral, que apunta a corregir la discriminación que sufren hoy las mujeres para ingresar al mundo del trabajo. Tan laboral es, que la forma de garantizarlo es muy distinta a la forma en que se hace en educación. Es decir, los recursos salen de otro lado y, por lo tanto, la manera de fiscalizar el uso de recursos es completamente distinto si son recursos que vienen del empleador o del empleado, por así decirlo, y no del Estado, como es una subvención. Ahora, estos dos proyectos corren por caminos paralelos.
Uno tiene un eje en lo laboral y este es el que tiene para nosotros un eje en lo educacional, netamente. Ahora, para ambos tenemos que hacernos cargo y está trabajando muy fuertemente la Subsecretaría de Educación Parvularia, del déficit no solamente de educadoras de párvulos, sino que también de asistentes técnicos, que son tan importantes en la sala cuna.
Calidad y gratuidad
Cuando hablamos de educación, ¿cuál es la mayor deuda que identifica en el sistema?
Estoy convencida de que no podemos hablar de justicia sin calidad en la educación. Hoy día las desigualdades que existen entre la educación que reciben niños de grupos socioeconómicos altos con niños de los grupos socioeconómicos más bajos es muy alta, puede llegar a marcar hasta tres años de retraso. Estamos desarrollando planes que vamos a ir anunciando en las próximas semanas o días, para reforzar el aprendizaje en lectura, de mejoras de matemáticas, hay también un tema fundamental, que es revertir la deserción escolar: son cerca de 80.000 niños al año los que dejan el sistema formal y, por lo tanto, hay que tener alertas tempranas y volverlos a insertar.
A usted le va a tocar ejecutar una reforma que incluye la gratuidad y que no comparte. ¿Cómo se compatibiliza esa responsabilidad con su mirada personal?
Bueno, una cosa que aprendí en mis ocho años como diputada es que a veces se pierde y a veces se gana en las posiciones que uno tiene. Ahora soy ministra de Estado y a uno le toca aplicar leyes que llegaron democráticamente zanjadas y lo que a nosotros nos interesa es hacerlo o que tengan un impacto en calidad. Por ejemplo, estamos hoy día en pleno inicio del sistema de admisión escolar, que es un aspecto de la reforma y de la ley aprobada en el gobierno anterior. ¿De qué nos hemos preocupado? De que el sistema funcione lo mejor posible. Hemos detectado sobre la marcha algunas cosas que se han podido mejorar. Por ejemplo, que los directores de hogares del Sename puedan actuar como apoderados sin mayor inconveniente; algunos temas para los migrantes y también uno puede detectar ciertas cosas que a lo mejor a futuro en el diseño podemos mejorar, pero que no implican dejar de aplicar el sistema. Por ejemplo, que todos quienes viven bajo el mismo techo sean considerados hermanos al momento de la priorización a finales del sistema. No son consanguíneos, por así decirlo, pero son hermanos.
¿Se sintió representada por el movimiento feminista?
Yo creo que lo que ocurrió con el movimiento feminista es, por así decirlo, el lado de positivo que puedan tener las marchas o las manifestaciones, como formas de expresión y de visibilización de determinadas realidades. Me acuerdo el 2006, con la primera marcha de los pingüinos, cuando visibilizaron el tema de la calidad de la educación superior con un reclamo muy potente en esa materia. Y creo que hoy día se da lo mismo. Las mujeres lograron visibilizar un tema en que ya era hora de que Chile también se empezara a poner al día, que es el tema de discriminación y los sesgos que existen contra las mujeres.
Una de las primeras decisiones que tomó usted como ministra de Educación fue reponer los protocolos de orientación para abordar temáticas relacionadas con niños trans, que se habían bajado en la gestión de Gerardo Varela, ¿qué la llevó a adoptar esa decisión?
Cuando llegué se habían bajado ciertos protocolos que eran orientaciones para profesores que quisieran buscar apoyo para el trato de niños trans o en otras temáticas. A mí me parece que uno es ministra de Estado, que si los profesores quieren buscar orientaciones, puedan encontrar en la página web del ministerio ojalá distintas orientaciones, que le permita a cada colegio tratar, con libertad y autonomía, elaborar sus propios manuales de convivencia.
¿Cómo lo harán para estimular la matrícula en la educación pública?
Nosotros creemos en una educación pública fuerte y en una sociedad docente. Hoy día, por ejemplo, estamos revisando un catastro de toda la infraestructura de las escuelas públicas. Al mismo tiempo, avanzaremos en la implementación de la Ley de Nueva Educación Pública, que establece 70 servicios locales de educación. A nuestro gobierno nos corresponde crear 11 y ya hay cuatro que están establecidos. En esta materia, justamente, la ley exige la creación de un consejo de seis miembros, para que evalúe la reforma, y consideramos que no hay necesidad para demorar su creación.
Por lo tanto, ya estamos completando los seis nombres que dice la ley que tienen que ser representativos de las distintas sensibilidades y con fuerte experiencia en esta materia. Es un consejo bien importante al momento de evaluar la implementación de la reforma y lo queremos dar a conocer la próxima semana.
¿Cómo recibe la solicitud que han planteado algunos parlamentarios, que apunta a eliminar el Simce en los primeros niveles de educación básica?
Para nosotros es importante que las familias tengan información al momento de tomar decisiones respecto de la educación de sus hijos. Hoy, la Agencia de Calidad considera el Simce entre muchos otros indicadores y aplica factores de corrección por niveles socioeconómicos. Esta información es esencial no solo para las familias, sino especialmente para el Estado, para orientar su apoyo a las escuelas que tienen peores resultados. El Simce es un instrumento, puede haber otros. Lo importante es poner el foco en el aprendizaje de nuestros niños y en poder medir sus avances.