En agosto de 2019 todos los jardines públicos deben tener reconocimiento oficial del Ministerio de Educación, y los privados autorización de funcionamiento. Esto incluye una serie de exigencias en materia de infraestructura y la subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro, habló con La Tercera sobre las medidas que se están trabajando para facilitar los trámites a los jardines.
¿Cómo se está trabajando este tema?
Tenemos jardines nuevos, que se han construido en los últimos años y que tienen una infraestructura buenísima. Es una maravilla poder dar esa infraestructura a los niños que asisten a esos jardines públicos de Junji, Integra y los VTF a cargo de los municipios. Sin embargo, hay un montón de establecimientos que están lejos de eso, pero tenemos que trabajar para que puedan mejorar y por eso estamos apoyándolos de tal manera que puedan presentar proyectos de mejor infraestructura. El reconocimiento oficial es parte de lo que regula esto y estamos trabajando también en la flexibilización del reconocimiento oficial que se exige a los jardines infantiles y salas cuna.
¿Qué se va a flexibilizar?
Junto al ministerio vamos a lanzar una plataforma que va a permitir que todos los trámites para obtener el reconocimiento oficial sean online. Esto es clave porque se exigen tres carpetas: jurídica, pedagógica y de infraestructura, y los sostenedores y directores tienen que juntar una cantidad de papeles importantes e ir a dejarlos físicamente, y pasa desde que se pierden hasta que el tiempo que se requiere para ir a dejarlos y volver es mucho, entonces esta plataforma va a ser un tremendo apoyo. También hay una flexibilización al decreto 548 que tiene que ver con flexibilizar, mejorar y eliminar ciertos aspectos que hoy están haciendo más compleja la obtención del reconocimiento oficial.
¿Qué cambios se contemplan en materia de infraestructura?
Por ejemplo, hoy día se exige una sala de primeros auxilios para todos los jardines y se está llegando a un acuerdo para que solo se exija desde un número de niños hacia arriba, eso de acuerdo a criterios que tiene el Ministerio de Salud. Por ejemplo, si tienen más de 135 niños se les va a exigir la sala de primeros auxilios, siempre quedando con la posibilidad de que el Mineduc pueda establecer excepciones. Si tenemos uno pegado a un centro de salud, no hace sentido exigir esta sala aunque tenga 200 niños, porque lo más probable es que esa sala nunca se use. Lo que sí le vamos a exigir a uno de menos de 135 niños es que cuente con un botiquín adecuado y una camilla portátil. Y que haya al menos una o dos personas con los cursos de primeros auxilios certificados por una mutual. (...) Otro requisito que se pide es que tengan cierres perimetrales, y estamos estableciendo que se exija solo en lugares donde los niños tienen contacto hacia afuera, si da al estacionamiento del auto no es necesario el cierre.
¿Por qué se consideró esto?
Se tomó la estadística, revisamos por qué son rechazados habitualmente los jardines y estos dos aspectos componen hoy el 50% de los rechazos en promedio, y eso que los que se presentan al reconocimiento oficial son aquellos que creen que lo van a lograr. Tal vez si lo extrapolamos a todo el universo es probable que ese porcentaje crezca mucho más. El 1 de marzo teníamos un 3,8% de jardines reconocidos, que es muy poco entre privados con autorización de funcionamiento y públicos.
¿Cuál es su diagnóstico del sector?
El gran diagnóstico es que no tenemos una cobertura que permita que toda la demanda existente pueda acceder a la educación parvularia. Eso es una realidad que tenemos como prioridad hacernos cargo y particularmente vamos a poner foco en el nivel medio menor. Primero, porque es la brecha más grande que tenemos con respecto a los países OCDE, pero también en Chile es donde tenemos mayor demanda insatisfecha. De los padres que no llevan a los niños a la educación parvularia, hay un 75% que dice que no lo hace porque no confía mucho en el sistema. Porque cree que es simplemente una guardería, que los niños van solo para ser cuidados y les preocupa que se van a enfermar, a resfriar, etcétera. Eso es algo que nosotros tenemos que revertir.
¿Cuáles son las cifras OCDE?
Por educación inicial se entiende de los 0 a 6 años y en tres niveles: Sala cuna, niveles medios y niveles de transición. En niveles de sala cuna tenemos entre sala cuna menor y mayor un 18% de cobertura. Los países OCDE, por ejemplo, tienen un 33%. En los niveles medio menor y medio mayor, nosotros llegamos a 53% de cobertura y los países OCDE tienen 71%. Y en los niveles de transición 1 y 2 estamos bastante bien. Tenemos 95% pero los OCDE tienen 100% de cobertura. Entonces efectivamente tenemos ahí una brecha, pero que tiene que ver primero con que tenemos que hacernos cargo de implementar cobertura, de buscar cuáles son las mejores maneras de crecer y hacernos cargo de generar la calidad para que los padres confíen en el sistema y quieran llevar a sus hijos.
¿Cree que se ha estigmatizado la educación parvularia?
De alguna manera está un poco la creencia de que en los primeros años no pasa mucho y eso es erróneo, porque es en los primeros años donde pasa absolutamente todo. De hecho, es probable que la clave para prevenir el fracaso escolar sea la educación inicial. Si nosotros queremos prevenir no solamente el fracaso escolar, aunque es parte de él: prevenir la delincuencia, el uso de drogas y todo tipo de dificultades que empiezan a darse en niños mayores, la clave es hacerlo en la educación inicial.
¿En qué estado está la obligatoriedad del prekínder?
La ley hoy establece que el kínder es obligatorio, pero de todas maneras falta la regulación para que el prekínder también lo sea, y es probable que avancemos en eso. Ahí lo único que tenemos que tener presente es que si es obligatorio tenemos que asegurarnos de que el 100% de los niños va a poder acceder a este nivel.