María Teresa Valenzuela, impulsora del Registro Nacional de Inmunizaciones: “Nos entrega información en tiempo real sobre quiénes están recibiendo la vacuna, qué tipo, qué lote”
Su voz se oye en La Moneda, donde es miembro del Consejo Asesor Covid-19, pero también en Argentina, Perú o Nicaragua, donde colabora junto a la OPS en estudios de evaluación para implementar el conteo de datos. Su visión ha ayudado a crear el método con el que Chile hoy mide en tiempo real a los vacunados contra el Covid-19, del que habla en esta entrevista.
En 2010, mientras presidía el Instituto de Salud Pública, la epidemióloga María Teresa Valenzuela junto a su equipo fue una de las impulsoras del Registro Nacional de Inmunizaciones (RNI). Un trabajo que tiene que ver más con ingeniería, plataformas y softwares creados con el objetivo de contar con un método y un soporte lo más exacto posible en obtener y monitorear los datos de cobertura de vacunación, tanto de vacunas incorporadas en los esquemas, como en las campañas.
El sistema comenzó recopilando solo los datos de los vacunados contra la influenza, pero este año ha tomado tanta fuerza, que hoy mantiene a Chile como uno de los países pioneros en el registro de inoculados contra el Covid-19 en tiempo real en América Latina.
Su voz es escuchada en distintas latitudes: desde La Moneda, donde es integrante del Consejo Asesor Covid-19, hasta Argentina, Perú o Nicaragua, donde colabora junto a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en estudios que evalúan el impacto de la introducción de vacunas en los esquemas nacionales, hoy una herramienta vital para controlar la pandemia.
¿Qué tan importante ha sido para Chile tener un Registro Nacional de Inmunizaciones online?
Este registro fue una meta planteada por la Organización Panamericana de la Salud para los distintos países de América Latina y el Caribe. Ha sido muy relevante para los Programas Nacionales de Inmunizaciones, pues su objetivo es mejorar y hacer mucho más ágil la información de la cobertura de vacunación, tanto del programa regular como las campañas. La OPS se encarga de recoger experiencias de desarrollo de estos sistemas, lo que va enriqueciendo la experiencia de los otros países, pues hay una retroalimentación con cada uno de ellos.
¿Quiénes tienen acceso a él?
Tienen la posibilidad de conectarse tanto el sistema público como el privado, pues es un registro nacional. Hoy existen otros centros que están actuando como vacunatorios, pero gracias a este desarrollo tecnológico se ha podido también conectarlos a través de una tablet o un celular inteligente. La función es fundamental, pues entrega información en tiempo real sobre quiénes están recibiendo la vacuna, qué tipo y qué lote de ellas, además de su edad y comuna de residencia. Eso permite realizar de forma oportuna la trazabilidad en caso de cualquier evento adverso que se produzca.
¿Cómo ha sido la evolución del RNI durante su primera década?
Ha sido una evolución constante. Ya sea desde el software que se usa como qué información se utilizará. Se deben establecer alianzas con otras instituciones, tales como el Registro Civil y, por ende, se van uniendo datos con ellos, lo que permite planificar una mejor vacunación en Chile. Eso ha ayudado a que hoy en día, con la vacunación contra el coronavirus, mucha gente crea en el sistema y vaya a vacunarse, porque Chile tiene una cultura de vacunación muy fuerte.
¿Cómo evalúa el proceso de vacunación contra el Covid-19?
Es el proceso de vacunación más grande que se ha planificado en Chile y ha sido un éxito. Principalmente, porque se comenzó a planificar con mucha antelación. Ya en abril, en una etapa muy temprana, los ministerios de Salud, Ciencia y Relaciones Exteriores, citados por el Presidente, comenzaron a llegar a acuerdos comerciales para conseguir la vacuna y ofrecer a Chile como parte de los estudios de eficacia de las vacunas, para obtener beneficios de precios especiales y dosis necesarias.
¿Qué le ha parecido el rol de los municipios en el proceso?
Muy positivo. Ellos conocen la realidad que se vive en cada una de las localidades del país mucho mejor que a nivel central. Han establecido centros de vacunación que normalmente no se usan para ello, como estadios, y lo han podido realizar de muy buena manera.
Aunque algunos alcaldes establecieron sus propias poblaciones prioritarias...
Estamos en una pandemia y quien debe dar las directrices debe ser alguien del nivel central al nivel nacional. No cabe duda de que el riesgo fundamental son las personas que están atendiendo a pacientes contagiados, por lo que ellos son prioridad. Luego, vienen todas las personas mayores, porque son la mayoría de las personas que requieren hospitalización y el 84% de los fallecidos por el virus son de ese grupo etario. El número de vacunas es reducido, por lo que hay que hacer calzar la disponibilidad de vacunas con los grupos de riesgo. Lo importante es tener la paciencia para esperar el turno de cada uno, porque hay un orden de priorización.
¿Los profesores pueden estar tranquilos?
En ese caso, el riesgo está puesto en las comunas más afectadas por el virus. Pero ya con la primera dosis, los profesores deben estar tranquilos de que ya recibirán la segunda. Lo importante es comprender que la vacuna no reemplaza las medidas no farmacológicas. Vivir en modo Covid-19 es fundamental para prevenir la propagación del virus.
¿Cuándo se comenzarán a notar los efectos de la vacuna en la población?
Para finales de abril deberíamos comenzar a observar los beneficios de la vacuna, principalmente con un descenso en los casos críticos que requieran hospitalización y, sobre todo, en las muertes. Esto también ayudará al personal de salud, que ha estado desde el principio en las trincheras, dejando a sus familias y sus vidas de lado por combatir esta pandemia.
¿Para cuándo debería estar inmunizada la población chilena?
Estimo que para julio o agosto. Todo dependerá de que las dosis comprometidas lleguen, porque disponiendo de ellas y con la colaboración de la ciudadanía en ir a vacunarse, debería cumplirse esta estimación.
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