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Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores: "El sector de Jaime Gajardo colaboró con la estrategia del gobierno"

En un balance del extenso paro docente, el dirigente cuestiona el papel que, a su juicio, jugó el dirigente comunista "para mostrar una división que no existía". También considera que a la ministra Cubillos "le faltó tino".

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El profesor de Educación Física y presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, está volviendo a su rutina luego de liderar un paro que duró 50 días. Hace un recuento positivo, critica duramente a la ministra Marcela Cubillos y a su opositor interno, Jaime Gajardo, y plantea que consiguieron apoyo ciudadano porque identificaron un malestar social.

¿Valieron la pena los 50 días que estuvieron movilizados?

Sí, valieron la pena. Diferencio los logros tangibles, que son los puntos del petitorio que alcanzamos, de los logros intangibles. Entre los segundos están el lograr una unidad gremial muy fuerte, porque sostener un paro por siete semanas requiere mucha cohesión. También tuvimos un gran respaldo ciudadano: las encuestas dicen que hubo cerca de 70% de apoyo a las demandas. Y el tercer logro intangible fue poner la educación en el centro del debate. Empezamos el paro el 3 de junio y el 1 de junio el Presidente había hecho su cuenta pública, en la que la educación estuvo prácticamente ausente.

El paro se acabó con una consulta con baja participación, por las vacaciones de invierno. ¿Cree que terminó de mala forma?

Cuando empezó el paro, nunca pensamos que se iba a extender tanto y que íbamos a tener un gobierno tan arrogante y tozudo, que demoró cuatro semanas en sentarse a conversar. Esto se pudo resolver antes. Pero para haber estado en vacaciones, el que hayan votado 20 mil docentes nos parece que es una alta participación.

Sus opositores en el gremio dicen que el paro se desinfló cuando usted opinó que había que bajarlo. ¿Fue un error mostrar esa postura?

La verdad es que ese sector ha sido inflado mediáticamente. No tiene un peso relevante en la organización y, de hecho, no tuvo mucha participación. El colega (Jaime) Gajardo participó poco, apareció al final, ni siquiera fue a todas las marchas. Y su sector tuvo poca incidencia, se le dio espacio en la prensa para mostrar una división que no existía. Fue una estrategia del gobierno y ellos colaboraron a que se viera una división.

¿Cómo evalúa a su adversaria, la ministra Marcela Cubillos?

Suponía que ella iba a tener más tino político, porque tiene una trayectoria como parlamentaria. Pero demostró poco tino al demorarse en sentarse a conversar. Creo que eso fue causa de la caída de la aprobación del gobierno y de ella misma. El país percibió que su actitud tozuda, arrogante y autoritaria de ninguna manera contribuía a solucionar el conflicto.

¿Atribuye el descenso de Cubillos en las encuestas al paro docente?

Creo que sí, porque ella tenía una agenda paralela. No se involucraba en el conflicto y durante los meses previos al paro se dedicó a impulsar los proyectos Aula Segura y Admisión Justa. Vivía en un mundo paralelo, desconectada de la realidad educacional y llevando adelante proyectos que fracasaron. Y cuando tuvo que salir al pizarrón para enfrentar un conflicto real, cayó su aprobación.

Ahora usted tiene que elaborar una estrategia de lucha. ¿Cuál será?

Vamos a monitorear que se cumpla lo que el gobierno ofreció en su última respuesta. Y respecto de los temas pendientes, queremos pasar a una fase con más involucramiento ciudadano, particularmente en la reforma curricular a 3° y 4° medio. Por ejemplo, anticipo que haremos una consulta ciudadana sobre el tema. Haremos distintas acciones para que estos temas se mantengan visibles.

En la asamblea nacional del gremio, usted dijo que esta movilización permitía reconstruir el tejido social. ¿A qué se refiere?

Nosotros tomamos la identidad de los "patipelados", porque justo en esos días la senadora Jacqueline van Rysselberghe (UDI) dijo que los "patipelados" se permitían criticar. Y nosotros convocamos a través de eso, porque en Chile hay un malestar por el trato despectivo de la élite a los ciudadanos. Está instalada la idea de que esa élite crea la riqueza del país y que casi tenemos que darles las gracias por tener trabajo, pero la cosa es al revés: la riqueza la producimos los trabajadores. Y creo que la gente nos apoyó porque nos atrevimos a exigir un mejor trato. El gobierno cree que Chile es una empresa y que nosotros somos sus empleados, pero no: somos ciudadanos. Y hay condiciones para que ese malestar ciudadano se siga expresando.

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